El juez federal Gerardo Alarcón López otorgó una última prórroga a Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex),en el caso Odebrecht, debido a que la Fiscalía General de la República (FGR) no le ha entregado declaraciones clave de directivos de la constructora brasileña en este entramado de corrupción.
Durante una nueva audiencia en el Centro de Justicia Penal Federal con sede en el reclusorio Norte, el juzgador fijó para el próximo 10 de marzo a las 12:15 horas la comparecencia en la que se definirá si Lozoya Austin irá a juicio o llegará a un arreglo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El juez Alarcón López aceptó los argumentos de la defensa del ex director de Pemex respecto a que no han tenido acceso a declaraciones de directivos de Odebrecht que señalan a Emilio Lozoya y que serían utilizados en un eventual juicio.
Alejandro Rojas Pruneda, abogado de Lozoya Austin, también reveló que la FGR les entregó el jueves pasado ocho discos compactos con 46 archivos y aproximadamente 900 fojas, así como cuatro videos con 4 horas y 43 minutos de duración en total en idioma extranjero, material que, dijo, no han podido terminar de revisar.
En esta audiencia, la madre de Emilio Lozoya, Gilda Margarita Austin y Solís, imputada también en este caso, pidió la palabra para enviar un mensaje al presidente López Obrador.
“Siento que lo mejor es que lleguemos a un acuerdo, es lo mejor para todas las partes (…) Confío en el sentido humano y de justicia del Presidente”, imploró desde su casa, donde compareció a través de videoconferencia
La madre de Lozoya Austin, por quien la FGR pide más de 22 años de cárcel por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, destacó que su hijo “ha cumplido en denunciar” y que no se ha negado a pagar menos de lo que las autoridades solicitaron como monto por la reparación del daño.
Gilda Margarita Austin y Solís lamentó estar involucrada en estos actos delictivos y recordó que en Alemania, donde fue detenida, estuvo en cinco diferentes cárceles, lleva más de mil días en prisión domiciliaria y tres años sin ver a sus nietos. “Sigo esperando que las autoridades tomen una resolución”, exclamó.
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