Erin Branscom, una joven mamá con un canal en YouTube de casi 60 mil seguidores, cuenta emocionada: “Hago este video porque la gente no puede creer cuánto pagué por mi cirugía plástica en México… ¡ustedes están supersorprendidos de lo que pagué!”.
La joven eligió Tijuana para hacerse un mommy makeover —procedimiento de restauración física para mujeres después de tener su embarazo y parto— y según la página del cirujano que se lo practicó, fue todo un paquetazo: aumento y levantamiento de busto, otra cirugía llamada Tummy Tuck con liposucción, es decir, la abdominoplastia que quería hacerse Tay McGee, así como moldeo de glúteos.
El paquete además incluye servicio de transporte. “Te recogemos en el aeropuerto de San Diego”, anuncian. Erin insiste en que ama las cirugías en Tijuana y aclara que no se operó a través de cupones de descuento, sino porque le gusta la atención que recibe en México.
Deja claro que una cirugía que cuesta en Estados Unidos 25 mil dólares en la ciudad fronteriza puede costar cinco mil. La influencer es una de las pacientes que han corrido con fortuna.
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Aunque no existen estadísticas oficiales de cuántas personas que cruzaron la frontera desde EU han muerto en quirófanos, tanto el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) como los colegios de cirugía estética, así como las fiscalías de Baja California y Tamaulipas, han reconocido que al menos van ocho decesos desde 2019, según una revisión realizada por MILENIO.
En la mayoría de los casos no se reporta una muerte inmediata en el quirófano, sino derivada de complicaciones después de la cirugía. De hecho, al menos una paciente falleció en uno de los cuartos de hotel que se ofrecen como parte del paquete, en las “habitaciones cómodas con espacio disponible”, como suelen promocionarse.
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Buscan belleza, encuentran la muerte
La muerte de dos ciudadanos estadunidenses que cruzaron la frontera rumbo a dos clínicas en Matamoros, Tamaulipas, es el eslabón más reciente de una cadena de muertes que desde 2019 se registra en las ciudades fronterizas mexicanas. Estos pacientes fallecieron debido a que durante el procedimiento estético les inyectaron una anestesia contaminada.
Una revisión de informes de salud nacionales e internacionales muestra que desde hace tres años año han muerto nueve ciudadanos de Estados Unidos en su intento por obtener belleza, todos ellos atraídos por seductores descuentos y precios bajos en las clínicas fronterizas que ofertan paquetes estéticos que incluyen estancia completa al estilo Disneylandia: autobús desde Estados Unidos, bebidas, snacks y un hotel donde recuperarse de la intervención.
Las dos ciudades donde se han dado estos casos son Tijuana, en Baja California, autoproclamada la capital del turismo médico, y la tamaulipeca Matamoros. Ahí, si bien existen centros hospitalarios de calidad, también se hallan clínicas “patito”, además de una amenaza que no tiene nada que ver con la belleza: el narcotráfico y su cauda de violencia.
Ataque insólito a turistas estadunidenses
Si bien desde 2019 el CDC lanzó una advertencia a los ciudadanos estadunidenses que planean realizarse cirugías plásticas en México en relación con los posibles riesgos que implicaba cruzar al vecino país, fueron las imágenes de marzo de 2023 las que pusieron evidencia de que la muerte no solo está en los quirófanos, sino en el camino hacia ellos.
El video es angustiante: una camioneta blanca detiene el tráfico a plena luz del día en una calle totalmente transitada de Matamoros. Los carros intentan dar reversa, pero se atoran unos con otros. Nadie quiere ver nada ni ser testigo pero, resignados, hacen alto total mientras esperan a que unos delincuentes terminen de secuestrar, frente a todos ellos, a cuatro personas.
Las víctimas resultaron ser Latavia Tay McGee, Eric James Williams, Shaeed Woodard y Zindell Brown, quienes viajaban desde Carolina del Sur a una clínica mexicana que realizaba cirugías estéticas.
Latavia, de 33 años, se sometería a una abdominoplastía, procedimiento que en México cuesta sólo 5 mil 500 dólares, mientras que en Carolina del Sur puede llegar a valer hasta 12 mil.
Los de la camioneta blanca subieron a la fuerza a dos de los estadunidenses, mientras cargaron los cuerpos de dos personas que, al parecer, ya estaban muertas luego de suscitarse una balacera; los agresores cargaban armas largas y llevaban chalecos antibalas. Arrastraron por el piso los cuerpos que ya no se movían, todo esto mientras ciudadanos a lo lejos grababan la escena.
Latavia, por supuesto, no alcanzó a llegar a su cirugía plástica. El procedimiento que tenía en mente consistía en una remodelación de su vientre, para el que había que quitar grasa, ajustar la piel y corregir la flacidez muscular.
La agresión que sufrió junto con sus acompañantes desató un conflicto diplomático. La Casa Blanca calificó al secuestro de inaceptable, los congresistas estadunidenses pedían la invasión de las fuerzas armadas en territorio mexicano y el Departamento de Seguridad Nacional inmediatamente pidió la cabeza de los criminales que se atrevieron a tanto.
Tay McGee y Eric James Williams sobrevivieron al secuestro. Después se supo que fue el Cártel del Golfo, en un hecho inédito y en un país acostumbrado a la violencia, el que entregó vivos a cinco de sus integrantes, presuntos asesinos y secuestradores quienes presuntamente actuaron “bajo su propia determinación e indisciplina”, como se explicó en una supuesta carta enviada por el grupo criminal.
Latavia McGee sólo quería hacerse una intervención que según la Sociedad Estadunidense de Cirugía Plástica Estética, en su reporte de abril de 2022, se realizaron aproximadamente 242 mil 939 personas.
Muerte en el quirófano
Las cirugías estéticas, quienes las realizan y las personas que se someten a ellas, dejaron de ser algo subrepticio. Si antes se hacían casi en secreto, los anuncios de las clínicas eran discretos y era raro ver publicidad en televisión fronteriza que anunciaban ofertas especiales, hoy todo eso ha cambiado. Incluso hay influencers que documentan todo el viaje de turismo médico desde Estados Unidos a México.
Una de esas muertes es la de Jennifer Louise Breen, una mujer de 52 años que viajó a Tijuana a realizarse una cirugía bariátrica en una clínica llamada Obesity Control Center. Tras la operación fue trasladada al hotel Marriot, uno de los más lindos de la ciudad. Según el medio Punto Norte, tras unas horas, su esposo y su hijo que la acompañaron desde Colorado se dieron cuenta que la mujer ya no respiraba.
Hay otros casos como el de la joven Dulce Herrera, de Phoenix, quien fue a operarse también a esa ciudad bajacaliforniana. Dos semanas después de la cirugía bariátrica y ya en su casa, la muchacha empezó a sentir dolor abdominal. Sobrevino la emergencia pero ya era demasiado tarde: falleció en mayo de 2021 por una infección grave en los intestinos debido al procedimiento estético.
Aunque tal vez uno de los casos más polémicos fue el de la muerte de la esposa del cónsul de Guatemala en la ciudad estadunidense de Denver, Colorado, Henry Giovanni Ortiz. María José Chacón falleció en julio del 2022, luego de operarse en el Hospital Jerusalem, también en Tijuana.
Un par de meses antes ese lugar, de hecho, había sido clausurado por la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), pero el personal del hospital no hizo caso a la clausura, siguió recibiendo pacientes y ganando dinero. Pero eso no fue lo peor: las autoridades estatales revelaron, después, que la clínica operaba con falsos médicos.
En marzo de este 2023 el director de la clínica, Juan Betancourt fue detenido por las autoridades.
Patógenos que traspasan fronteras
Desde el 2018 se prendieron las alertas de algunas autoridades en Estados Unidos, ya si bien estaban familiarizadas con las muertes esporádicas de pacientes a causa de intervenciones en clínicas fronterizas, ahora distinguían un nuevo problema: quienes cruzaban habían contraído infecciones causadas por organismos altamente resistentes a los antibióticos de su país.
El caso se registró en Tijuana, de nuevo, en una clínica llamada Grand View. Según un estudio realizado por el medio especializado Emerging Infectious Diseases, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades el 28 de septiembre de 2018, recibieron en Atlanta, Georgia, un informe del Departamento de Servicios de Salud de Arizona que revelaba que un cultivo de una herida abdominal de un paciente de 31 años arrojaba la presencia de la bacteria conocida como Pseudomonas aeruginosa, que produce daños en el corazón y en la sangre.
La investigación inicial determinó que el paciente se sometió a una cirugía bariátrica en Tijuana, 15 días antes de la recolección de la muestra. No fue el único sino que se fueron registrando otros siete casos y todos tenían algo en común: utilizaron la misma agencia de viajes que coordinó y arregló la atención de los turistas médicos. Estos pacientes también informaron que se sometieron a una cirugía bariátrica en el mismo centro de Tijuana, con el mismo cirujano.
“Se identificó múltiples fallas, incluidas prácticas deficientes de higiene de manos, registros clínicos incompletos, falta de indicadores químicos o biológicos para garantizar la esterilidad de los equipos y dispositivos médicos después del reprocesamiento. La falta de indicadores exponía potencialmente a los pacientes al riesgo de infecciones por patógenos transmitidos por la sangre, como el VIH y los virus de la hepatitis B y C, además de infecciones bacterianas”, dicen en la investigación.
En fechas recientes, el 25 de mayo, las autoridades de Tamaulipas confirmaron un brote de meningitis en dos clínicas especializadas en cirugías estéticas en Matamoros. Según el último reporte de la Secretaría de Salud, en México había al menos 23 personas contagiadas y dos personas fallecidas cuyo origen era… Estados Unidos.
Según el CDC en un breve informe publicado el 17 de mayo de este año, la causa fue una meningitis fúngica entre pacientes estadunidenses hospitalizados en Texas, después de someterse a procedimientos cosméticos bajo anestesia epidural.
"Los pacientes afectados se sometieron a procedimientos en al menos dos clínicas en Matamoros, México, incluyendo Riverside Surgical Center y Clínica K-3. Se podrían identificar otras instalaciones a través de una mayor investigación".
Según Cofepris, durante el 2022 clausuraron 78 clínicas donde se practicaban cirugías plásticas. Los motivos: no cumplían con los requerimientos establecidos y quienes atendían eran personas poco o nada profesionales.
FR/ROA