Uno de cada tres penales que visitó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene autogobierno, de acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017.
Para la elaboración del diagnóstico, personal de la CNDH visitó un total de 198 centros varoniles, mixtos y femeniles, los cuales representan 52.38 por ciento de los que hay en el país y cuentan con una población existentes en el país y al momento de las visitas contaban con una población de 186 mil 829 personas que significa 86.16 por ciento del total de los detenidos.
En 66 centros penales se detectó autogobierno, afirmó Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora de la CNDH.
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Al hacer un comparativo relativo a las condiciones de los centros mixtos que albergan mujeres y los femeniles, se observó que en promedio los centros femeniles obtuvieron una calificación de 7.26, mientras que los mixtos reflejaron una calificación promedio de 5.98 en 2017; lo que muestra que las condiciones de los centros específicos para mujeres en general son mejores, al considerar además que en dichos centros se cuenta con aspectos que atienden a sus condiciones específicas.
La visitadora señaló que las mayores deficiencias encontradas fueron la separación entre procesados y sentenciados, insuficiencia de personal de seguridad y custodia, deficientes condiciones materiales y de higiene en las instalaciones, hacinamiento, falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo, autogobierno y cogobierno, así como falta de prevención y atención de incidentes violentos.
También dio a conocer que en 16 centros penitenciarios federales hay insuficiencia de personal; en 14 carecen de actividades laborales y de capacitación y tienen deficiencias en la atención al derecho a la protección de la salud de las personas privadas de la libertad, en 13 se observaron insuficiencia de programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria, y en 11 deficiencias en la vinculación de las personas privadas de la libertad con el exterior.
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De las prisiones militares, mencionó que la queja principal es la falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo.
En la mayoría de los centros visitados no se cuenta con algún programa para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria y prevalecen deficiencias como inexistencia o insuficiencia de instalaciones para funcionamiento del Centro.
En 66 centros visitados se pudo observar "un pobre control" en el ejercicio de las funciones de autoridad por parte de los servidores públicos, así como deficiencias en actividades productivas, educativas y deportivas, en la alimentación, mantenimiento y limpieza, así como en el control del ingreso de visitas tanto familiar como íntima.
Y en 66 centros estatales se detectaron deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias, así como la falta de atención por parte del personal técnico. En 64 de los establecimientos locales supervisados existe hacinamiento, con áreas que rebasan de manera importante su capacidad.