El restaurante “Black Royce” en el que murió el empresario Iñigo Arenas Saiz, contaba con cinco años de antigüedad y sus dueños aparentemente engañaron a las autoridades municipales de Naucalpan, Estado de México, toda vez que anualmente renovaron su licencia de funcionamiento como un restaurant bar con venta de bebidas alcohólicas, pero al interior había el servicio de mujeres e incluso una pista de baile.
A decir de Ignacio Espinoza Castillo, Director General de Desarrollo Económico de Naucalpan, tras el fallecimiento del empresario, relució la ola de irregularidad del establecimiento.
En términos generales es restaurante bar y al parecer tener otro tipo de actividades como table dance y esa licencia no les permita llevar esa actividad”, indicó en entrevista.
El caso de este bar está en la opinión pública porque un empresario de 41 años fue reportado como desparecido y luego hallado sin vida en el citado inmueble. Los dueños del establecimiento precisaron a través de un video en redes sociales que brindaron los primeros auxilios para intentar salvar la vida del masculino, sin embargo, fue insuficiente.
El director informó que este bar operó con normalidad desde hace más de cinco años,es decir, desde la administración municipal del panista, Víctor Gálvez Astorga y que anualmente renovaron sus licencias como restaurantes con venta de bebidas alcohólicas y alimentos, mas no como centro nocturno, es decir, informaron a la autoridad municipal de una actividad económica, cuando en realidad hacían otras no contempladas en la normatividad estatal.
Al respecto, el servidor público informó que una vez que terminen los peritajes de laFiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) en el inmueble, podrían actuar en su contra al violentar la normatividad.
“Estamos explorando porque podemos actuar una suspensión, una amonestación que no creo que sea el caso y una clausura definitiva con revocación de la licencia correspondiente, porque hemos encontrado ahí diversas irregularidades y además, no cumplieron con lo que especifica la licencia de funcionamiento”.
Tras el hallazgo, Ignacio Espinoza Castillo, indicó que comenzaron con una serie de operativos para identificar giros que pudieran ofrecer una actividad y reportar otra ante las autoridades, a fin de proceder con la suspensión de los mismos.
Es de señalar que si bien el lugar fue asegurado por la fiscalía mexiquense y han realizado algunas pesquisas, lo cierto es que de manera oficial no hay información de personas detenidas por el hecho. Este medio de comunicación solicitó una entrevista con el apoderado legal del restaurante “Black Royce”, sin embargo, no ha sido localizado.
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