Militares, policías federales, estatales y padres de familia buscan a 58 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desde el viernes 26 de septiembre, cuando la policía de Iguala los atacó a balazos en dos ocasiones.
Padres de familia de la institución de Tixtla salieron hacia Iguala resguardados por la policía de Guerrero, que los escoltó a petición de la sociedad de alumnos Ricardo Flores Magón.
Indicaron que no se sabe el paradero de 58 jóvenes que participaban en el boteo del viernes, quienes al momento de los disparos corrieron para tratar de ponerse a salvo.
Mario César González Contreras, padre de César Manuel González Hernández, ambos son originarios de Huamantla, Tlaxcala, se enteró de lo ocurrido la mañana del sábado 27 de septiembre y vino hasta Iguala en raid porque no tenía dinero.
Llegó 11 horas después a la Normal Rural de Ayotzinapa. Ahí se enteró que su hijo, alumno de primer grado, está en la lista de jóvenes que no aparecen.
El gobierno de Guerrero informó que oficialmente buscan a 58 estudiantes normalistas; hasta el momento no se les ubica en hospitales ni agencias del MP.
También dio a conocer que realiza un operativo de rastreo que se reforzó con sobrevuelos de helicóptero en Iguala y localidades circunvecinas.
Integrantes de la sociedad de alumnos Ricardo Flores Magón de Ayotzinapa señalaron que hasta el momento solo se han reconocido dos cuerpos de los tres estudiantes que murieron en estos hechos.
Se trata de Daniel Solís Gallardo, originario de Zihutanejo, cuya familia podrá reclamar su cadáver en las instalaciones del Servicio Médico Forense de Chilpancingo.
El otro cuerpo es de Julio César Mondragón Fuentes, a quien sus compañeros apodaban El Chilango, porque vino de la Ciudad de México. Fue identificado por sus padres desde el sábado.
Autoridades de Guerrero detuvieron a 22 policías municipales por participar en los hechos de violencia del pasado viernes y sábado en Iguala, que dejaron seis muertos y 17 heridos. Todos fueron trasladados al penal de Acapulco.
Elementos de las fuerzas armadas custodiaron el traslado, debido a que familiares de los uniformados y otras personas amenazaron con rescatarlos.
La procuraduría de Guerrero reveló que por seguridad los sospechosos fueron llevados la noche del sábado de Iguala a Acapulco, pues “hubo movilizaciones de un número considerable de personas, algunas de las cuales manifestaron ser familiares de los probables responsables”.
En tanto, otros grupos de personas “que no fue posible identificar”, que se movían en unidades de transporte público, trataron de impedir la labor de la procuraduría y amenazaron con rescatar a los indiciados, por lo que fue necesario solicitar el apoyo de las fuerzas armadas.
Funcionarios del gobierno de Guerrero consultados por MILENIO indicaron que los municipales fueron llevados al Cereso de Acapulco para que rindan declaración y deslindar responsabilidades.