Buscan en México a cura pederasta de Costa Rica

Dos víctimas de Mauricio Víquez, expulsado de la Iglesia católica en 2018, piden la colaboración de las autoridades mexicanas para dar con su agresor antes de que prescriba la única denuncia penal que hay en su contra en el país centroamericano.

Los jóvenes piden ayuda de la sociedad mexicana. (Especial)
Ciudad de México /

Michael Rodríguez, de 38 años, y Anthony Venegas, de 33, fueron abusados sexualmente al menos tres años de su adolescencia por un sacerdote en Costa Rica al que hoy buscan en México.

Los dos jóvenes costarricenses tienen pruebas que evidencian que el sacerdote Mauricio Víquez ingresó a México en enero de este año, luego de haber sido expulsado de la Iglesia católica tras acumular al menos nueve denuncias canónicas y una denuncia penal por abuso sexual a menores.


"Estamos pidiendo ayuda acá al pueblo mexicano para ver si nos dan una mano y logramos encontrar a este señor antes de que esto prescriba", pidieron Michael y Anthony en entrevista en MILENIO Televisión.

Víquez huyó de Costa Rica al enterarse de la denuncia penal en su contra, la única que podría causar que sea enviado a prisión. Sin embargo, la víctima cumplirá 28 años en septiembre y con ello prescribirá el delito, pues cuando la víctima presentó la denuncia la ley costarricense vigente determinaba que los delitos de abuso contra menores prescribían diez años después de que cumplan la mayoría de edad.

El 19 de febrero, el poder judicial de Costa Rica giró una orden de captura internacional en su contra e Interpol emitió una ficha roja para que el sacerdote de 55 años fuera detenido. A finales de abril, las investigaciones se centraron en México, cuando Interpol identificó que Víquez entró al país proveniente de Panamá.

A través de documentos del Instituto Nacional de Migración, se determinó que desde el 9 de enero llegó en avión a la Ciudad de México. Agentes de migración confirmaron a MILENIO que el sacerdote se trasladó a Jalisco y según la Interpol no ha salido del país. Sin embargo, no hay certeza de que las autoridades mexicanas lo estén buscando.

​De acuerdo con fuentes de la Interpol, Víquez podría estar en la "Casa Alberione" en Tlaquepaque, un lugar conocido como un centro de rehabilitación para curas pederastas. El vaticano y la Conferencia del Episcopado Mexicano han negado que el sitio tenga ese fin y aseguran que solo es un centro de rehabilitación espiritual de curas.

MILENIO ha hecho varias visitas al domicilio, sin haber captado ni obtenido información de la presencia de Víquez, aunque sí confirmó que es un lugar al que acuden los sacerdotes en retiro, que tiene canchas de basquetbol, un jardín de esparcimiento y otras comodidades.

Los costarricenses Michael Rodríguez y Anthony Venegas, dos de las nueve personas que presentaron denuncias canónicas contra Víquez, acusan que durante años la Iglesia católica en Costa Rica encubrió al sacerdote. Desde 2003 Anthony presentó la denuncia ante la Iglesia, pero sólo lo separaron de algunas funciones. En 2018, Michael presentó su denuncia en la Iglesia y supo que no era el primero.

Ambos dijeron que el padre abusó sexualmente de ellos cuando eran monaguillos. Anthony, entre los 13 y los 17 años, y Michael, entre los 14 y 17 años. Cuando se decidieron a denunciar por la vía penal ya era muy tarde.

Michael dijo que tardó en presentar la denuncia por "el miedo y la vergüenza, que encubre toda esta parte de ser abusado en tu niñez, en un periodo en el que te estás desarrollando y conociéndote pues lleva a uno a callarlo".

Incluso tuvo que acceder al deseo de sus padres para que el sacerdote lo casara, pues no estaban enterados de lo que le hizo.

"No sabían. Imagínate que este señor te casó. Mis padres me decían cómo no te va a casar él, si es como un padre para vos. Y el miedo de saber, y de decirle a mi familia que no quiero que me case, y de crear una sospecha de por qué decía que no, me llevó a decirle que él me casara", contó Michael.

Con ayuda de un diputado, ambos impulsaron el proyecto de ley Derecho al tiempo con el que lograron cambiar que la prescripción de los delitos sexuales no sea después de los 10 años de haber cumplido la mayoría de edad, sino que sea hasta 25 años después. Sin embargo, la única denuncia penal contra Víquez se presentó antes de que esta ley se aprobara.

​RLO

  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana

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