Cae la calificación de CNDH sobre los penales de Guanajuato

Disminuye a 6.84 la evaluación en el diagnóstico de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; destacan la sobrepoblación en las cárceles.

Los penales en Guanajuato vieron caer su calificación ante la CNDH | Especial
Ana Ortigoza
León /

En los últimos años la calificación presentada de distintos penales del estado de Guanajuato ha mostrado una considerable disminución en el diagnóstico nacional de la CNDH, registrando un puntaje general de 6.84 en el publicado este 2022.

Son diversas las observaciones que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha emitido tras llevar a cabo su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, debido a que los ocho penales que forman parte del estudio presentan distintos tipos de deficiencias, tanto de infraestructura como de mecanismos vinculados a la seguridad o supervisión de las personas privadas de su libertad.

En el 2016, hace tan solo seis años, la entidad presentaba una calificación de 8.22, la más elevada desde el 2011, siendo, en ese momento, el único estado que se encontraba en semáforo verde, y registrando desde luego el puntaje más alto a nivel nacional.

De acuerdo con los registros de la CNDH, esto se debía a que los centros penitenciarios del estado incluidos en el diagnóstico (cinco hasta entonces), contaban de manera general con las condiciones necesarias para garantizar la integridad y la estancia digna de los internos, e incluso reflejaban la capacidad para mantener el control de los mismos.

Sin embargo, desde ese año y contando con la evaluación de más penales en el diagnóstico, ese puntaje ha ido disminuyendo, al punto que en cada uno de los documentos publicados saltan a la vista cada vez más observaciones.

Y es que, en el documento publicado el pasado mes de abril, los penales de Valle de Santiago, San Felipe, Acámbaro, Guanajuato, León, Irapuato, San Miguel de Allende y Celaya, aparecieron en alerta, con puntajes que van desde el 6.12 hasta el 7.58.

Entre las múltiples problemáticas que se enlistan, destaca la sobrepoblación y hacinamiento que está presente en cada uno de los centros de reinserción; situación que además ha sido externada por autoridades y mostrada en otros análisis, como los realizados por el Inegi.

Aunado a ello, también impactan hallazgos como las insuficientes condiciones de higiene, así como las deficiencias en la atención a personas indígenas, de miembros de la comunidad LGBT, o de los programas para la prevención de adicciones.

De manera particular, el puntaje más bajo es presentado por el Centro de Reinserción Social de Acámbaro, que no presenta ni una sola calificación positiva en los distintos rubros; considerando también los de Irapuato y Celaya, cuyos desempeños van a la baja.

Por otra parte, es importante mencionar el caso del Centro de Reinserción Social de Valle de Santiago, que en el 2016 recibió un puntaje de 8.42, mostrando una mejora respecto al año 2015.

En el diagnóstico del 2021 su calificación fue de 7.58, teniendo como principales problemáticas unos escasos materiales e higiene en las instalaciones, la insuficiencia de vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos y una deficiente separación entre procesados y sentenciados.

Además, este penal ha estado en el ojo público en distintas ocasiones, ya que en el año 2019 cinco de sus custodios fueron ejecutados por un grupo de sujetos armados; y que, luego de una riña entre presos que tuvo lugar en 2020, su director Oscar Ríos Álvarez, fue atacado a balazos en la puerta de su domicilio, en 2021.

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