Luego de que Milenio/Telediario diera a conocer que en el año 2019 el estado de Guanajuato rompió su récord en decomisos de armas con más de 876 puestas a disposición del Ministerio Público federal a pasar a solo noventa durante el año 2020, el experto en seguridad David Saucedo explica que esto se debe a un perfeccionamiento de los grupos delincuenciales para evitar que se corte su cadena de suministros.
"¿Qué es lo que hacen los carteles? Ajustan sus redes de importación de armas para que no sean objeto de decomiso. Lo que vemos más bien, es una eficacia de la portación de armas para los carteles, de modo que ahora, aunque hay un incremento de la violencia homicida, hay menos armas decomisadas y eso es juntamente una causa efecto, habiendo más armas en territorio mexicano y habiendo más capacidad de fuego de los carteles: de manera natural se incrementa el número de homicidios".
Y es que precisamente en el 2020 cuando bajó la incautación de armas, el número de homicidios dolosos en el estado de Guanajuato mostró un incremento significativo pasando de tres mil 549 en 2019 a cuatro mil 490 durante el 2020.
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El experto también señala que muchas de las armas decomisadas durante el año 2019 fueron aseguradas antes de llegar a manos de las organizaciones criminales, es decir durante el trayecto hacia las zonas finales de uso. Mientras que durante el 2020, y producto de la confrontación que les declaró el propio gobierno, estas armas fueron decomisadas en su mayoría después de haber sido utilizadas por los grupos criminales durante los operativos, donde son detenidos los llamados sicarios.
“Lo que estamos viendo más bien es un reacomodo del Cártel, porqué es necesario recordar que las organizaciones criminales también son empresas. ¿Y qué es lo que estaba ocurriendo en el año 2019? Que la empresa del Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cartel Santa Rosa de Lima estaban invirtiendo demasiado dinero en el equipamiento tanto de municiones como de armas para poder enfrentar a sus rivales y esos decomisos los estaban mermando en su capacidad de fuego”.
Gran parte de estas armas son traídas desde los Estados Unidos, por lo cual serían necesarias políticas más estrictas del gobierno del país para prevenir el blanqueo de capitales en su territorio y en segundo la venta de armas para los países de América Latina para evitar que las organizaciones criminales siguen armándose.