Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo, asegura no ser quien los medios, las autoridades e incluso sus ex colegas dicen que era, o al menos no tan grande antes del homicidio del cardenal Posadas, del que este viernes, 24 de mayo, se cumplen 31 años de cometido, dijo desde la prisión de super máxima seguridad en la que se encuentra.
Sin esperanzas de volver a ver la luz del día, encerrado en una instalación en medio del desierto, el mítico líder del cártel de Sinaloa dice que el gobierno mexicano lo utilizó como chivo expiatorio para culpar a alguien por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, entonces arzobispo de la Arquidiócesis de Guadalajara, en Jalisco.
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En una carta, traducida y adaptada por su abogada, Mariel Colón Miró, enviada al juez Brian Cogan para solicitar un nuevo juicio, El Chapo asegura que ese día, mientras se dirigía a la playa, quedó atrapado en medio de un fuego cruzado.
“Ese día, el 24 de mayo de 1993, el señor Guzmán llegó al aeropuerto de Guadalajara para ir a la playa. Estacionó su auto y salió para buscar sus maletas en la cajuela. Cuando abría la cajuela de su auto para bajar sus cosas, otro carro llegó y se estacionó justo junto al auto del señor Guzmán. Mientras el señor Guzmán bajaba su equipaje, escuchó disparos muy cerca de él”.
“El señor Guzmán se dio cuenta de que algunos hombres estaban disparando al auto que estaba a su lado. La gente en el estacionamiento comenzó a correr, incluyendo al señor Guzmán, quien dejó sus pertenencias detrás para buscar donde esconderse. La identificación del señor Guzmán también se quedó en el piso del estacionamiento. El gobierno mexicano tomó ventaja de eso y se llevó la identificación del señor Guzmán para tener a alguien a quien culpar.”
Según El Chapo, al otro día, nació la leyenda. El gobierno mexicano esparció como pólvora la historia de Guzmán Loera como uno de los grandes líderes del narco mexicano. Que el cardenal había muerto por disparos tras un enfrentamiento entre sicarios de los Arellano Félix y el propio Chapo.
“Un día antes de ese evento el señor Guzmán no existía para el gobierno mexicano. Pero al otro día todo cambió.” Según Colón, a continuación, el gobierno estadunidense comenzó a fabricar una narrativa en torno a El Chapo.
“Más tarde el gobierno de Estados Unidos también comenzó una campaña negativa en contra del señor Guzmán y le dieron publicidad negativa. Había demasiada información mala en los medios que hicieron al señor Guzmán verse demasiado grande, por lo que tuvieron que arrestarlo porque la sociedad no podía entender cómo el señor Guzmán seguía libre. El gobierno tuvo que detenerlo para no lucir mal ante el público.”
La abogada Colón incluso recordó que durante su testimonio, Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, aseguró que los gobiernos de México y Estados Unidos inflaron el perfil de El Chapo Guzmán, durante su testimonio al ser cuestionado por Eduardo Balarezo, entonces representante de Guzmán Loera.
Eduardo Balarezo: “—¿Pero usted sabe que el compadre Chapo no lo mató cierto?—”
Vicente Zambada: “—Eso dije ayer, que él no lo mató.”
EB: “—Los Arellano Félix asesinaron al cardenal Ocampo.”
VZ: “—Sí señor.”
EB: “—Y usted sabe, de nuevo, por vivir en México en ese momento y por estar en el negocio en esos momentos que antes del asesinato del cardenal Ocampo, en su mayoría el público mexicano no tenía idea de quién era el compadre Chapo, cierto?”
VZ: “—Sí, señor.”
EB: “—Y solo cuando los medios los dieron a conocer fue que Chapo llegó al foco de atención.”
VZ: “—Sí señor.”
En enero de 2017, en un memorándum para solicitar prisión preventiva para El Chapo, el gobierno estadunidense admitió que como resultado de la batalla por puntos clave para el tráfico de drogas como Tijuana, llevó a conflictos entre cárteles.
Una de esas batallas fue entre los Arellano Félix y el cártel de Sinaloa, con El Chapo e Ismael El Mayo Zambada García a la cabeza.
¿Qué dice la carta de El Chapo?
“Este conflicto llevó al asesinado del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en 1993 durante un tiroteo en el aeropuerto de Guadalajara, México. Como resultado de este asesinato, el gobierno mexicano llevó a cabo su primer cacería a nivel nacional en contra de Guzmán, quien, aunque inicialmente evadió su captura al escapar a Guatemala, eventualmente fue aprehendido en 1993”, aseguró el gobierno estadunidense.
“Para detenerlo, el gobierno estadunidense fabricó un caso contra el señor Guzmán, usando servidores localizados en Países Bajos y también con un software llamado “FlexiSpy software. Ellos cometieron fraude, mintieron y lo secuestraron en el Distrito Este de Nueva York, violando la ley de extradición”, concluyó Colón.
RM