Histórico y sanguinario, el Cártel del Golfo se consolidó como la organización delictiva dominante en el noreste de México al menos desde los años 30’s cuando Juan Nepomuceno Guerra sentó las bases del tráfico ilegal de alcohol, drogas y tabaco a Estados Unidos.
Pese a que las actividades delictivas del cártel se diversificaron y múltiples personajes han asumido el liderazgo, lo cierto es que la presencia criminal ha convertido a Tamaulipas -y estados aledaños- en una zona de guerra en donde las balaceras, bloqueos y localización de cuerpos forman parte del día a día de sus habitantes.
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Con un largo historial de gobernadores y presidentes municipales vinculados a la delincuencia organizada, el estado fronterizo parece haber sido condenado a mantenerse en un interminable espiral de violencia pues, aunque grandes líderes criminales han sido aprehendidos o abatidos, desde las cenizas de lo que un día fue el Cártel del Golfo han surgido nuevas células delictivas que se disputan el control de plazas y las principales rutas de trasiego de drogas, armas y migrantes.
El apogeo del Cártel del Golfo
El control de las primeras rutas y redes de tráfico de marihuana y heroína que Juan Nepomuceno Guerra estructuró durante su trayectoria criminal quedaron en manos de su sobrino Juan García Ábrego en 1984.
Fue el joven tamaulipeco el que se encargó de llevar la organización a las grandes ligas del trasiego de drogas al negociar un acuerdo con el poderoso Cártel de Cali en Colombia, el cual buscaba nuevas rutas de acceso al mercado estadunidense.
De acuerdo con InSight Crime, la organización delictiva de García Abrego tendría como función encargarse de pasar los cargamentos de cocaína por la frontera, asumiendo los riesgos y obteniendo el 50% de las ganancias.
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Con García Ábrego al mando, el Cártel del Golfo logró construir una red de distribución en ciudades como Houston, Atlanta, Nueva York y Los Ángeles hasta que fue detenido y extraditado a Estados Unidos en enero de 1996.
Los herederos de aquel millonario y lucrativo negocio fueron los hermanos Osiel y Antonio Cárdenas Guillén. Corrían los primeros años de los 2000's y la alternancia política a nivel federal trajo consigo -entre muchas otras cuestiones- un papel más activo de las fuerzas federales en el combate a los cárteles mexicanos.
Fue así como Osiel Cárdenas Guillén se dio a la tarea de crear un brazo armado del Cártel del Golfo que años más tarde se consolidó como una organización delictiva por derecho propio y una de las más despiadadas que han operado en México: Los Zetas.
"Cárdenas reclutó al menos 31 antiguos soldados de las Fuerzas Especiales de México para actuar como agentes de seguridad por un salario hasta tres veces mayor de lo que recibían en la fuerza. Eran francotiradores expertos y estaban entrenados con armas inaccesibles para la mayoría de sus rivales narcotraficantes", se lee en un artículo publicado por la fundación dedicada al estudio e investigación de amenazas para la seguridad nacional y la ciudadana de América Latina y el Caribe.
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Con Los Zetas protegiendo el negocio y sembrando terror en otros municipios para expandir su poderío, el Cártel del Golfo alcanzó una “época dorada”, hasta que las disputas entre los hermanos Cárdenas Guillén, así como la aprehensión de Osiel comenzaron a marcar el declive de la organización delictiva, propiciando así el surgimiento de múltiples facciones que hasta la actualidad continúan tratando de controlar las principales ciudades de Tamaulipas.
¿Cuáles son las facciones del Cártel del Golfo?
Bajo el mando de la familia Cárdenas Guillén, se crearon distintas unidades que tenían como objetivo proteger a líderes y plazas específicas. De este modo, en Reynosa se asentaron Los Metros, en Camargo y Mier Los Rojos y Los Ciclones en Matamoros.
Las rencillas que los hermanos Cárdenas Guillén sostuvieron por el liderazgo de la organización delictiva figuraron como un factor clave para la reconfiguración de la presencia criminal en Tamaulipas.
Y es que, con Osiel Cárdenas encabezando Los Zetas, su hermano -mejor conocido como Tony Tormenta- también creó su propio grupo de ejecutores para proteger su parte del negocio y su vida misma: Los Escorpiones.
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La Kena, el líder de 'Los Escorpiones'
En 2010, cuando Antonio Cárdenas Guillén fue abatido, su brazo armado se replegó en Matamoros y se alió con Los Ciclones. El conglomerado de ambos grupos delictivos era encabezado por José Alberto García Vilano, alias La Kena, hasta el pasado 18 de enero de 2023 cuando fue aprehendido en un exclusivo centro comercial de San Pedro Garza García en Nuevo León.
Conocido también como Ciclón 19, el líder criminal se encargó de hacer del Grupo Escorpión una de las facciones más peligrosas y poderosas del Cártel del Golfo, desatando una sanguinaria guerra en contra de Los Metros, una facción que surgió como resultado de la inconformidad que algunos miembros del Cártel del Golfo expusieron durante el periodo de disputas de los hermanos Cárdenas Guillén.
Y es que tras la extradición de Osiel Cárdenas Guillén y el abatimiento de Tony Tormenta, Jorge Eduardo Costilla -alias El Coss- asumió gran parte del control de la organización delictiva y, junto a Los Metros, buscó desplazar a los fieles seguidores de los hermanos hacia el sur del estado en 2011. Aquellos miembros expulsados formaron una nueva facción conocida ahora como Los Rojos.
"Su base de poder se encuentra en el sur del estado, a lo largo de la frontera con Veracruz y se centra en Altamira, Ciudad Madero y Tampico", describe InSight Crime sobre las zonas en donde tienen presencia Los Rojos.
Otra facción que surgió del Cártel del Golfo son Los Panteras, la cual se ha ubicado en el sureste de Tamaulipas específicamente en los municipios de Abasolo, Soto la Marina, Aldama y González. Dicha célula es integrada por ex policías, sin embargo, por su zona de operaciones se presume que mantienen una colaboración neutral con las otras escisiones.
Las facciones de Los Zetas en Tamaulipas
Luego de que Los Zetas se independizaron del Cártel del Golfo y se asumieron como un cártel por derecho propio, se dieron a la tarea no solo de enfrentar a sus antiguos socios sino también de expandir su poderío a otros estados de la República Mexicana.
“Emplearon un nuevo modelo de crimen organizado basado en tomar y mantener el territorio violentamente y en utilizar el miedo —en lugar de la corrupción—como su recurso principal”, se señala en un artículo de InSight Crime.
Pese a que su violenta avanzada les permitió expandirse hasta Guatemala, el abatimiento y encarcelamiento de sus principales líderes -específicamente el de los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales- provocó que el cártel de la última letra también se fraccionara, dejando múltiples escisiones de su poderío criminal en los estados en donde tuvieron presencia.
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En Tamaulipas, por ejemplo, dos grandes facciones del antiguo brazo armado del Cártel del Golfo continuaron operando: Los Zetas Vieja Escuela y el Cártel del Noreste, el cual encabezó Juan Gerardo Treviño Chávez, alias El Huevo, quien también fue detenido durante el actual sexenio.
Las facciones de Los Zetas que continúan activas en Tamaulipas se disputan el dominio del territorio entre ellas pero también con las otras escisiones del Cártel del Golfo que controlan las principales ciudades fronterizas y Tampico, el importante puerto marítimo del estado.
La narcoguerra que las células delictivas perpetran a lo largo y ancho del estado mantienen al estado sumergido en una ola de violencia que, con la reconfiguración del hampa en el país, ahora también se enfrenta a la intrusión de un nuevo y peligroso actor: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Con el cártel de las cuatro letras asediando municipios clave y la reciente captura de La Kena, el panorama para Tamaulipas continúa siendo incierto, sin embargo, especialistas en crimen organizado como el periodista Óscar Balderas, coinciden en que el estado enfrentara una reconfiguración de grupos delictivos que continuarán dejando a su paso múltiples episodios violentos.
ATJ