Una juez federal negó un amparo a Mario Alberto Cárdenas Medina, El Betillo o El Betito, líder del Cártel del Golfo y sobrino del capo Osiel Cárdenas Guillén, quien pretendía echar abajo el auto de vinculación a proceso por su probable responsabilidad en el delito de delincuencia organizada.
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La Fiscalía General de la República intervino su teléfono a inicios de 2019, por lo que pudo saber que el hijo de Mario Cárdenas Guillén, El M1, estaba involucrado en el secuestro y tráfico de indocumentados en Tamaulipas, así como en el trasiego de drogas y en la compra de armamento bélico.
Además, se obtuvo información de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, de Estados Unidos, donde una fuente identificó a El Betillo como la cabeza del cártel.
La FGR documentó en marzo de 2019, que Cárdenas Medina vivía en un inmueble de la calle Crestón, colonia Jardines del Pedregal, alcaldía de Álvaro Obregón, en la Ciudad de México.
El líder del Cártel del Golfo fue seguido por los agentes de la FGR al restaurante El Tenampa, en Plaza Garibaldi, donde lo identificaron físicamente, pero no lo detuvieron, porque prefirieron seguirlo para saber con qué personas se reunía y a quién daba instrucciones por teléfono.
“De las investigaciones se obtuvo que el imputado mantuvo conversaciones, en especial con las personas identificadas como Chicuito, Bebo, El Pildoras, Nachito, Willy y Sergio Lanzagorta; también con Víctor Manuel Vázquez Mireles (uno de los líderes históricos del cártel actualmente libre), así como con la licenciada, persona que es conducto por el que se comunica con su padre (El M1), recluso en Cefereso 1; pese a ser recluso, dirige y da instrucciones al grupo criminal. La comunicación se localizó en una zona identificada como Carboneras en Tamaulipas”, detalle el expediente judicial.
La FGR aseguró que El Betillo “todo lo hacía vía telefónica”, daba órdenes a los demás miembros en Tamaulipas, que se dedicaban al tráfico de armas, droga y personas y también “llevando y bajando dinero”.
“El 29 de marzo de 2019, desde al menos esa fecha se tiene registro que dirige ininterrumpidamente la compra y resguardo de armamento bélico; también se logró identificar el lenguaje utilizado, como referirse a armas como juguetes, mencionar quinceañeras, chivitos, cortas, tiros, huevos de toro, calibre de alto calibre; también se estableció una actividad de trasiego de narcótico que era vendido con destino final a Estados Unidos, esto se hacía con diferentes fases; se conoció que se referían a nacional como droga que se produce en territorio nacional, frío refiriéndose a hielo ice, cocaína como galleta, el corte, para verificar corte o pureza de cocaína; tonta como toneladas, manita a cantidades con número cinco, diente cantidades con número diez, quinceañera a cantidades de quince, ventilador a cantidades de veinte, mueble a vehículos para transportar la droga”, indica la carpeta de investigación.
Por esta razón, Abigail Ocampo Álvarez, juez Primero de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Federales en el Estado de México, consideró que a partir de los datos de prueba, “hay indicios idóneos y suficientes para colegir que Mario Alberto probablemente “cometió los hechos que la ley señala como delitos” y que es presunto líder de una organización criminal, motivo por el cual le negó el amparo y seguirá preso.
El Betillo fue detenido en el municipio de Naucalpan, Estado de México, a fines de junio de 2019, en poder de un arma de fuego con diez cartuchos útiles, narcóticos y cuatro teléfonos celulares de diferentes marcas y modelos.
kvd