A primera vista, el rifle parece un M162A2 con lanzagranadas incluido. Tiene hasta el sello “Made in USA” y la marca Colt impresos en el dorso, pero aunque este rifle sí puede matar y dispara granadas de 40 milímetros que seguramente harían volar un vehículo blindado, no todo es como parece: en el cañón dice “Launcher Granade” (sic). Está mal escrito en inglés.
En esencia, es un arma pirata y fue utilizada por un comando de sicarios para tratar de asesinar al secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, en junio de 2020.
Ese rifle, decomisado por el gobierno federal, tiene un trasfondo que rompe con los esquemas del tradicional tráfico de armas desde Estados Unidos. No vino del norte. Se hizo aquí y forma parte de un creciente fenómeno: la mexicanización de la producción de armas de alto calibre.
Como otras ametralladoras similares, fue producido por el Cartel Jalisco Nueva Generación, que ahora ya también elabora sus propias ametralladoras y lanzagranadas, de acuerdo al Buró de Alcohol, Tabaco, y Armas de Fuego de Estados Unidos (ATF por sus siglas en inglés).
Se trata de la que bien podría ser la primera generación de armeros mexicanos que trabajan para los cárteles de la droga, en específico para el de Jalisco.
Como si fueran unos lentes Ray Ban o unos jeans Levi’s piratas, estos artesanos letales aprovechan el nombre de las empresas estadunidense dueñas de los derechos de las armas para elevarles el perfil y acrecentar su precio en el mercado, de la misma forma que haría un pirata de Tepito.
“En los últimos años hemos encontrado armas que fueron hechas en México y a las que se ponían marcas estadunidenses para elevar su valor, pero son hechizas”, dijo a MILENIO Timothy Sloan, agente en jefe de la ATF en el país.
“Las producen en garajes, en pequeñas tiendas de máquinas aunque no tienen ninguna licencia ni están manufacturadas con autorización de los dueños”.
De acuerdo con una nota informativa de la ATF, “un lanzagranadas hechizo es fabricado con aluminio o, en algunos casos, el tubo de acero de 37mm es aumentado para poder albergar granadas de 40mm. En los Estados Unidos, los lanzadores de 37mm son comúnmente utilizados por fuerzas de seguridad para ser empleados con munición menos letal como lo son granadas de gas, humo y bengalas”.
Fuentes de seguridad consultadas por MILENIO detallaron que el primer caso registrado de armas piratas data de 2017, cuando la entonces Policía Federal descubrió en una bodega de DHL en Uruapan, Morelia, un paquete con siete lanzagranadas las cuales se dirigía a Culiacán. Todos eran piratas, con el logotipo de Colt impreso en el dorso.
Otra pista que apunta a que los lanzagranadas son falsos son los números de serie: son ficticios, alterados. Otro indicio interesante fue hallado en una fábrica de Zapopan descubierta en julio de 2019: ahí se encontraron dos rifles Colt pirata, con las consabidas faltas de ortografía y otro más que tenía inscripciones en cirílico, pese a que la empresa estadunidense no produce armas en Rusia.
En el caso del arma utilizada en el atentado contra el secretario García Harfuch, además de las faltas de ortografía, la ATF detectó que el logo de Colt (un caballo parado en dos patas) estaba chueco, pero esos errores gramaticales y estéticos no significan que estas armas no sean letales. Algunas disparan con precisión.
—¿Cuál es la naturaleza de estas armas hechizas?
—Son bastante sofisticadas. Tienen buenos materiales para armas aquí en México y algunas de estas organizaciones criminales sí tienen buenos expertos en armas, tanto que parecen verdaderas. Por alguna razón, las predilectas son las Colts y les gusta en particular esa compañía.
El fenómeno, que de acuerdo a la ATF ha ido tomando fuerza en los últimos años, ha llevado a que además de los lanzagranadas hechizos aparezcan también rifles Frankenstein en distintas partes del país. Son armas ensambladas en México por alguien con conocimiento balístico.
En esos rifles se han detectado todo tipo de partes. Desde mexicanas y estadunidenses, hasta algunas chinas.
Durante un recorrido en una bóveda de alta seguridad en Michoacán, MILENIO pudo ver uno de estos rifles, hecho de aluminio en algunas partes y en otras con acero. Tenía cerámica y para todo fin práctico era letal. En la parte inferior, se le había soldado un tubo para lanzar granadas de 40 milímetros.
“Supongo que las organizaciones criminales piensan que (esos rifles) asustan y se ven sexies”, dijo Sloan.
JLMR