Marco Antonio Ríos Berber, implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida en 2014, recuperó su libertad este fin de semana. Sin embargo, en su declaración ministerial del 11 de octubre de ese año, dijo que era un halcón de Guerreros Unidos, grupo criminal para el que vigilaba la plaza en Iguala, Guerrero.
Admitió que el 26 de septiembre de 2014 tenía la encomienda de vigilar la entrada de los estudiantes de Ayotzinapa a Iguala, cerca de donde se llevaba a cabo el informe de labores de la presidenta del DIF local y esposa del presidente municipal José Luis Abarca, María de los Ángeles Pineda Villa.
Aseguró que los estudiantes dispararon al aire cuando llegaron al lugar, causando pánico entre la población y después intentaron huir, por lo que él, junto con policías municipales, los alcanzó y los llevaron a Pueblo Viejo, donde los asesinaron e incineraron.
En su declaración, Ríos Berber dijo que él compró el diésel para incinerarlos e incluso reabasteció de combustible cuando hizo falta. Afirmó que parte de la Policía Municipal de Iguala trabajaba para Guerreros Unidos, cuyo grupo era conocido como “Los Bélicos”.
Además, señaló que el entonces director de la policía de Iguala, Francisco Salgado Valladares, actualmente detenido, dio las órdenes para detener y entregar a los estudiantes a Guerreros Unidos.
Aseguró que el grupo criminal para el que trabajaba pensó que los normalistas formaban parte de Los Rojos, uno de los cárteles rivales de Guerreros Unidos.
Reconoció que Gildardo López Astudillo, El Gil, quien fue liberado hace unos meses, era el jefe de plaza de Guerreros Unidos en Cocula. Dijo que a él le entregaban a todos los rivales o “contras” que detenían.
Ríos Berber interpuso una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la que aseguró que lo detuvieron al interior de su casa sin una orden de cateo ni de aprehensión y que lo torturaron antes de ponerlo a disposición del Ministerio Público. Denunció que lo golpearon, lo asfixiaron y le sembraron mariguana.
Sin embargo, la CNDH no encontró elementos que probaran dicha tortura en este detenido. En su declaración preparatoria del 11 de noviembre de 2014, Ríos Berber se retractó de lo que dijo en su primera declaración y en dos ampliaciones más de la misma.
En junio de 2018 fue absuelto de los delitos de delincuencia organizada porque un juez determinó que las pruebas que se obtuvieron en su contra se lograron de manera ilícita, por lo que fue liberado bajo caución.
Sin embargo, huyó a Estados Unidos violando la medida cautelar impuesta por el juez de permanecer en el país, por lo que fue nuevamente detenido y deportado a México. El fin de semana pasado recuperó su libertad al pagar una multa de 10 mil pesos.
Con la liberación de Ríos Berber suman 79 personas que recuperaron su libertad de 142 que estaban detenidas por la desaparición de los 43 normalistas.
Entre los liberados se encuentran personas vinculadas a Guerreros Unidos conocidos como El Chereje, El Jona, El Pato, El Wereke, así como 23 ex policías y el ex secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez.
VJCM