'El Transformer', pieza clave en el caso Ayotzinapa

Como parte de una investigación, la DEA tuvo acceso a las conversaciones de 'El Transformer' entre el 18 de octubre de 2013 y el 3 de noviembre de 2014, semanas después de la desaparición de los 43 normalistas de Iguala, Guerrero.

Pablo Vega Cuevas es líder de una célula de Guerreros Unidos en Chicago, Estados Unidos.
Adyr Corral
Ciudad de México /

Pablo Vega Cuevas, El Transformer, líder de una célula de los Guerreros Unidos en Chicago, se le conoce por dos cosas: por su sobrenombre fuera de lo común, y por estar implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

De acuerdo con una acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, fechada en 2014 y de la que MILENIO guarda una copia, El Transformer era el encargado de organizar el trasiego de drogas, principalmente heroína y cocaína, desde Guerrero hasta Estados Unidos ocultas en autobuses comerciales que cubren la ruta México-Chicago.

De hecho esa es, hasta el momento, una de las principales líneas de investigación que busca esclarecer lo sucedido en la noche del 26 de septiembre del 2014 en Iguala, donde 43 estudiantes normalistas quedaron en medio de los intereses del grupo criminal, considerado heredero de los Beltrán Leyva, cuando abordaron unos camiones, que se presume, venían cargados de droga.

La amenaza que eso representaba para el negocio del cártel no era menor. Según información obtenida por la propia DEA, a través de estos autobuses, Guerreros Unidos traficó, entre 2013 y 2014, al menos183 kilos de droga, que le dejaron una ganancia estimada en 11 millones de dólares.

Esa es parte sustancial de la acusación contra Vega Cuevas que lo tiene en una prisión estadunidense desde finales de 2014, cuando fue detenido en Oklahoma, y por la que se enfrenta a una sentencia de entre 10 y 40 años de prisión.

La caída de El Transformer, de acuerdo con el relato del agente especial a cargo que encabezó la investigación en su contra, Adam Stachecki, comenzó cuando la DEA enfocó sus esfuerzos en descubrir quienes estaban detrás del tráfico de drogas enviadas desde México a Chicago.

Después de una investigación que incluyó la intercepción de comunicaciones, operativos de vigilancia, historiales criminales, registros telefónicos, e incluso información proporcionada por un informante, del que la DEA no da más detalles, el nombre de Pablo y el de otros siete narcotraficantes empezó a salir a la luz.

Luego de que el juez Paul Biebel Jr. autorizara la intercepción de comunicaciones a la célula de Guerreros Unidos en Chicago, la agencia antinarcóticos estadunidense espió el Blackberry de El Transformer entre el 18 de octubre de 2013 y el 3 de noviembre de 2014. Es decir, la DEA estaba atenta en su teléfono y en el de otros integrantes del cártel cuando se registró la llamada Noche de Iguala.

Pero esa no fue la única forma en la que la DEA hurgó en su Blackberry en busca de evidencia incriminatoria. Un narcotraficante, identificado únicamente como CS-1, que decidió colaborar con la agencia luego de ser detenido, les dio acceso a una conversación cifrada que mantenía con Pablo gracias a la tecnología del dispositivo.


En algunas de esas conversaciones entre El Transformer y CS-1, el líder de Guerreros Unidos le pedía a su subalterno, que terminó traicionándolo a cambio de una reducción de su condena, que se encargara de algunas diligencias para el tráfico de drogas.

En una conversación cifrada a la que tuvieron acceso las autoridades estadunidenses, registrada el 16 de agosto de 2013 entre las 19:12 y las 22:39 horas, Vega le dijo CS-1 lo que se transcribe a continuación:

-El Transformer: Amigo, cuida al tipo (que entrega narcóticos a) El Chika. Haz que te diga lo que necesita.

- CS: Ok, sin problema.

-El Transformer: Muy bien, gracias. Avísame qué (narcóticos) le das.

- CS-1: Ok, ellos quieren tres grandes (tres kilogramos de narcóticos) y dos pequeños (dos kilogramos de narcóticos)

De acuerdo con lo revelado por CS-1 a las autoridades de EU, tras ser capturado poco después de ese intercambio con Vega, él mismo entregó los narcóticos a los que se hacía referencia en la conversación.

Unos días después, el 20 de agosto, Vega y CS-1 tuvieron otra breve conversación. En esta ocasión, el líder de Guerreros Unidos en Chicago le pidió a su subalterno recoger dinero en efectivo fruto de la venta de narcóticos.

-El Transformer: Acabo de dar tu número de teléfono para que te entreguen doscientos mil dólares hoy. Te van a decir que están hablando de parte de El Transformer.

-CS-1: Ok

Según la versión de CS-1, consignada en el expediente, el individuo al que Vega le dio su número para coordinar la entrega del dinero sí tenía intención de pagar los 200 mil dólares, el único problema fue que la policía decomisó los billetes antes de que pudieran completar el trato.

De acuerdo con la información recolectada por la DEA, Vega Cuevas tenía como su base de operaciones la ciudad de Aurora en Illinois, en el 641 de Grand Avenue para ser más específicos, para importar y distribuir narcóticos provenientes de México, así como para recolectar las ganancias a nombre de Guerreros Unidos.

La dirección donde fue detectada la señal de su Blackberry es una casa en un barrio residencial de clase media. Con casas de madera y amplios jardines. Desde ahí dirigía a la célula de Guerreros Unidos en Chicago.

​AESC

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