Las autoridades sabían que el sospechoso no era un delincuente común y detenerlo debía ser una labor quirúrgica. El objetivo era Mauricio ‘N’, agente de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, señalado por supuestos nexos con Agustín ‘N’, Don Agus, presunto líder de Los Maceros, grupo dedicado a la distribución de drogas, tráfico de armas y lavado de dinero.
El 18 de marzo, personal del Grupo Especial de Reacción Inmediata (GERI) ubicó en un inmueble de la colonia Santiago Tepalcatlalpan, alcaldía Xochimilco, a Mauricio ‘N’. El agente Raymundo, a quien llamaremos así por seguridad, y otros compañeros fueron asignados al operativo para detenerlo.
Recuerda que aquel día, su equipo implementó un protocolo para que el cateo fuera exitoso y se lograra la misión sin disparos o muertes. Afuera del domicilio, algunos agentes del GERI se desplegaron de manera perimetral para estar atentos ante algún peligro.
Sin conocer el inmueble por dentro o los riesgos, Raymundo y sus compañeros fueron avanzando con cautela, observando que nadie les apuntara desde la azotea o ventana, hasta que poco a poco comenzaron a intervenir el lugar.
Ingresaron a las habitaciones y descartaron alguna amenaza en ellas. Confiado en el trabajo de su equipo, Raymundo llegó a una zona del inmueble donde había un patio que conectaba a otra casa, pero al acercarse a ésta, salió un hombre con un arma larga “que ya estaba cargada, abastecida y lista para dispararse”.
“Estábamos interviniendo el lugar, fuimos avanzando, tomando habitaciones, pasillos y llegamos a un punto en donde había un patio intermedio. El inmueble contaba, desde la calle, con unos cuartos o estructuras y hasta el fondo estaba una casa (…) cuando salimos de ellos para entrar a la casa que estaba en el fondo salió un individuo con un arma larga, era como un rifle”, relató a MILENIO.
"Empezó a pandear el arma; decía que nos fuéramos"
Aquel hombre era Mauricio ‘N’, de 53 años, apodado El compadre y quien se desempeñaba como policía de investigación y posiblemente filtraba información al grupo delictivo de Don Agus.
El agente Raymundo comentó que El compadre, “al ver toda la presencia policial lo que hizo fue apuntar con el arma y decir ‘¿Quiénes son?’”
“Nos apuntó a todos, no apuntó específicamente a un compañero y empezó a pandear el arma a todos. Decía que nos fuéramos. Aquí entró la preparación de los compañeros, quienes a pesar de esa amenaza que teníamos enfrente, no echamos paso atrás”.
Como indica el protocolo del uso de la fuerza policial, Raymundo implementó mandos de voz y le pidió que bajara el arma. En ese momento, la cantidad de agentes del GERI sorprendió a Mauricio ‘N’, lo que hizo que se rindiera.
“Sí dijo ‘Salí, los vi y realmente fue tanto el impacto visual que ustedes dan y la velocidad en la que se están desplazando’. La persona se bloqueó y eso fue lo que ocasionó que no accionara el arma. Ver cómo nos desplazábamos, cómo nos movíamos y nos veíamos; eso es lo que le hizo decir ‘¡Híjole! Ya no supe ni a quién’ y por eso empezó a pandear el arma y si en ese momento iba a disparar ya no supo a quién. Como en cualquier investigación le dijimos ‘¡Baje el arma!’ Y en ese momento se reduce (detiene al policía), se le leyeron sus derechos y se le colocaron las esposas”.
"Sometido, lo único que pedía eran disculpas"
Raymundo se acercó a él, quien en ese momento “pedía una explicación”, pero el agente del GERI sabía que esa no era su función sino del Ministerio público y El compadre sólo “tenía que guardar silencio y quedarse así”.
Mauricio ‘N’ quedó bajo custodia del agente del GERI, quien lo mantuvo en resguardo, mientras sus compañeros seguían tomando el inmueble para descartar amenazas. “Ya cuando estaba, se puede decir que sometido, lo único que pedía eran disculpas, lo que hizo pensar a Raymundo que “si el realmente (El compadre) hubiera disparado y herido a un compañero esas disculpas no tendrían ningún sentido”.
Sólo pasaron 16 segundo desde que los agentes ingresaron al lugar, tomaron cuatro cuartos, salieron al patio y detuvieron al presunto cómplice de Don Agus, acción que, según Raymundo, es el reflejo de la capacidad que tiene este grupo policial en el combate a casos de narcomenudeo, secuestros y otros delitos.
“Desde la entrada, la limpieza o descartar amenazas en los cuartos y la toma de todo un patio grande en el que cabían unos ocho carros aproximadamente, hasta llegar al punto de la detención del individuo con el arma. Nos tardamos como unos 16 segundos más o menos (…) El trabajo que hacemos es muy rápido sin conocer el inmueble por dentro y la velocidad; lo tenemos que tomar”.
Tras el cateo fueron aseguradas 24 bolsas de plástico transparente con vegetal verde, al parecer mariguana, 101 envoltorios de color negro, cuatro de ellos café con sustancia sólida color blanco, con características propias de la cocaína, 96 envoltorios traslúcidos con una sustancia blanca y azul, que podrían ser metanfetaminas, una bolsa de plástico con la misma sustancia y un arma de fuego calibre nueve milímetros.
El inmueble fue asegurado, mientras que el detenido y los objetos hallados fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Investigación para el Delito de Narcomenudeo, donde se integró una carpeta de investigación por el delito contra la salud.
El 20 de marzo, la fiscalía informó que suspendió definitiva y permanentemente de sus funciones a Mauricio ‘N’, posiblemente relacionado en delitos contra la salud.
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Personal del Consejo de Honor y Justicia le notificó al detective sobre la suspensión de sus funciones, así como del procedimiento para destituirlo del cargo.
El policía, quien fue puesto a disposición de un juez de control en el reclusorio Norte, fue detenido por su probable participación en delitos contra la salud y posesión de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
Ocho días después, una jueza de control le dictó auto de vinculación a proceso por la probable comisión de los delitos contra la salud, en su modalidad de narcomenudeo, hipótesis de posesión simple; cohecho; y posesión de arma de fuego.
Luego de que el Ministerio Público, adscrito a la Fiscalía de Investigación de Asuntos Relevantes, formuló la imputación correspondiente, la jueza mantuvo como medida cautelar, la prisión preventiva oficiosa y fijó un mes para el cierre de la investigación complementaria. Por otro lado, la juzgadora declinó competencia a la federación por el delito de posesión de arma de fuego.
Casos como estos hacen que Raymundo crea que “compañeros que andan en malos pasos y únicamente utilizan este trabajo para sacar provecho de sí mismo, pues tienen que ser detenidos”.
“Es una mezcla de emociones. Por ejemplo, hablando por mí, se siente feo el saber que es un compañero (a quien se detiene), pero a la vez también dices ¡híjole!, no me gustaría trabajar con un compañero así que no sé qué hace en sus tiempos libres y muchas veces no es justo.
“No puedes ser policía y estar haciendo cosas con las cuales se supone tienes que procurar (…) se supone que se está para un servicio público. A nadie le gustaría tener un compañero que ande haciendo cosas malas y hasta te vaya a meter en un problema cuando uno tiene sus objetivos bien definidos”.
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