Los agentes de la policía de la Ciudad de México no aceptaron su dinero. Ella les aseguró que si la dejaban ir les daría más de medio millón de pesos en ese momento; sólo bastaba una llamada para que alguien les trajera el dinero. La mujer de 28 años sabía que era buscada por obligar a dueños de bares en la colonia Condesa a vender drogas y no sólo eso, sino que presuntamente está detrás del asesinato de un ex miembro del grupo delictivo La Unión Tepito.
El 19 de noviembre, Karina Hazel, quien se desempeñaba como sobrecargo en una aerolínea, fue aprehendida cuando viajaba en un automóvil Nissan Tiida con placas 611-WYV sobre la calle Anáhuac y Viaducto Presidente Miguel Alemán Valdés, en la colonial Roma Sur, alcaldía Cuauhtémoc.
Ilustración: Moisés Butze
Denuncias anónimas ayudaron a que los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México pudieran ubicarla. Aquél día, junto a ella iba su cómplice Mario Alberto, de 32 años; ambos fueron sorprendidos comercializando droga con una tercera persona.
Él iba al volante del carro; ella como copiloto. La puerta del conductor se abrió y Mario Alberto bajó para dirigirse a una persona que se encontraba esperándolo para comprarle bolsas de plástico con mariguana.
Cuando los agentes en campo se acercaron al carro, la persona que compraría la droga alcanzó a verlos y huyó, mientras que la mujer y Mario Alberto fueron arrestados de inmediato.
Ilustración: Moisés Butze
Tras identificarse, los policías inspeccionaron a ambos y les aseguraron bolsas de plástico con vegetal verde con características propias de la mariguana, 24 bolsitas que contenían una sustancia sólida en piedra color blanco y $400 pesos; dinero obtenido de la compra-venta de los narcóticos.
"Empezamos a ubicarlos y a darles seguimiento, corroboramos la información que nos proporcionaron en las denuncias ciudadanas hasta llegar con la detención de estos generadores de violencia, en específico de estas personas teníamos alrededor de dos semanas que habíamos recibido las denuncias y nos dimos a la tarea de investigar y poder hacer una acción controlada para detener a los objetivos", comentó a MILENIO un comandante de la policía.
Karina Hazel y Mario Alberto vendían droga en la zona de la Condesa, principalmente. Su forma de operar consistía en ingresar a algún bar como clientes o "como una presentación directa", donde obligaban y amenazaban a los dueños o responsables de los establecimientos para que vendieran diferentes narcóticos.
La forma de acercarse a los bares era llegando armados y dejando tarjetas con mensajes intimidatorios para exigir que le vendieran mariguana y cocaína a los clientes.
Ilustración: Moisés Butze
Sin embargo, la policía capitalina ya realizaba labores de investigación y de campo, en coordinación con el personal del C2 y C5, para ubicar en tiempo real donde se desplazaban ambos delincuentes.
Pero aquél día, al verlos en un acto flagrante los arrestaron. "Ellos se dirigían a la zona de la Condesa a distribuir narcóticos o para quedarse de ver con personas para realizar sus actividades", dijo el oficial.
Aunque Karina Hazel y Mario Alberto portaban una pistola con dos cartuchos útiles cuando fueron arrestados, no intentaron disparar contra los agentes, pero una vez detenidos quisieron evadir la justicia ofreciendo dinero a los policías.
"Intentaron sobornar a los oficiales en campo con más de medio millón de pesos con el argumento que los dejaran hacer una llamada y que una tercera persona iba a llegar al lugar a darles esa cantidad de dinero para que ella se pudiera retirar", comentó el comandante.
Las investigaciones refieren que las denuncias generadas fueron principalmente contra Karina Hazel. En éstas era descrita como una mujer que siempre iba en el mismo vehículo.
De ella se sabe que trabajó en diferentes lugares, "pero sí efectivamente como sobrecargo en la Ciudad de México". Fuentes del sector en aviación comentaron a MILENIO que la mujer formó parte de Aeroméxico Connect.
A decir de las pesquisas de la policía capitalina, la mayoría de los narcomenudistas emplean automóviles de lujo para desplazarse, pero ella nunca cambiaba de carro y el Nissan Tiida en el que iba había sido ubicado por las autoridades.
Incluso mantenía un perfil "ambiguo" y cuando ella comercializaba droga "vestía de una forma muy casual y común para no causar sospecha y pasar desaparecida".
Ilustración: Moisés Butze
En tanto, también estaría ligada al homicidio de Sergio 'N', El Pisape, miembro de La Unión Tepito, quien ya había sido detenido por narcomenudeo, pero luego fue ejecutado en octubre y hallado en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México, pero la línea de investigación por estos hechos aún continúa.
"Parte de las denuncias la describían como que posiblemente podía integrar a un grupo delictivo (…) pero tenemos datos suficientes que apuntan a más temas de investigación para más detenciones tanto de este tipo como de otros más". puntualizó el oficial.
Con información de Roberto Valadez
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