Los vecinos de la colonia Morelos, en la alcaldía Venustiano Carranza, lo veían siempre armado. Ernesto “N” no era un extorsionador común, incluso en su forma de vestir. El 14 de septiembre pasado fue detenido por elementos del área de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México tras varios días de buscarlo en su zona de confort, donde andaba con traje y decía ser de la Guardia Nacional.
Ilustración: Moisés Butze
Aquel día, los agentes en turno daban un rondín para atraparlo. Cuando caminaban por el interior de un mercado aledaño en búsqueda de un sanitario, una mujer, al verlos, les preguntó si eran policías. Ella, un tanto tímida, al escuchar que sí, les comentó que muy cerca de ahí había un hombre con una pistola.
Los policías se acercaron a la calle Herreros 79, donde vieron a la persona mencionada, quien vestía traje y guardaba una pistola a la altura de la cintura, por lo que se aproximaron para realizarle una revisión preventiva.
“Observamos que como llevaba un traje, trató de acomodarse el saco, observamos el arma. Le pedimos hacerle una revisión, a lo cual indicó que era de la Guardia Nacional”, contó a MILENIO un agente de la SSC, quien recuerda que el detenido no acreditó la portación de la pistola y después dijo que había sido dado de baja de la corporación unas semanas antes.
Tras ello descubrieron que se trataba de Ernesto “N”, de 50 años, a quienes las autoridades ya buscaban por ser señalado de estar vinculado con delitos como extorsión, cobro de piso y narcomenudeo en las colonias Centro y Morelos, en las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.
Ilustración: Moisés Butze
Al hombre se le aseguró un arma de fuego corta con un cargador abastecido con cuatro cartuchos útiles, un recipiente de plástico que contenía 37 bolsitas de plástico transparente con posible cocaína, además de un gafete no oficial con la leyenda de la Guardia Nacional, un teléfono celular y dinero.
Sin embargo, Ernesto “N”, puso resistencia y charoleó argumentando a los elementos de la SSC que “no sabían con quién se metían”, que él era de la Guardia Nacional y si podían "echarle la mano” para entregar la droga "a un conocido". Pese a ello, los agentes no cayeron en su juego y procedieron a detenerlo.
“Ya habíamos tenido denuncias ciudadanas de una persona que se identificaba como elemento de la Guardia Nacional en la colonia Morelos y en Tepito. Nos constituimos en los lugares unos días antes e hicimos vigilancias fijas y móviles. Nos intentamos entrevistar con comerciantes, los cuales se negaron a darnos una denuncia. Solamente teníamos la característica de este hombre de nombre Esteban, a quien ubicamos en su zona de confort.
“Enseñó una charola de la Guardia Nacional e indicó que era compañero, entonces cuando se le pide que acredite la propiedad del arma, se empezó a poner agresivo, sacó la charola y dijo que no sabíamos con quién nos metíamos, por lo que fue asegurado al no acreditar la propiedad del arma y al hacerle la revisión se le encuentra un topper con algunas bolsas con cocaína; resulta que era Esteban, el mismos que estábamos buscando días anteriores”, contaron autoridades de seguridad con conocimiento del caso.
La captura de esta persona derivó gracias a labores de inteligencia que revelaron que en redes sociales había varias denuncias contra esta persona, sin embargo, la gente “decía que sí lo conocían, pero no se querían meter en problemas”.
Ilustración: Moisés Butze
Y es que a decir de los agentes de la SSC, el hombre amenazaba a sus víctimas diciéndoles que era de la Guardia Nacional y que “conocía a la policía y nadie se metía con él”, pero cuando fue detenido algunas de las personas a las que extorsionaba se presentaron a denunciarlo ante la fiscalía.
Otro de los agentes que participó en la detención recuerda que ese día, Esteban “N” tuvo una reacción agresiva, por lo que llegó otra unidad de la policía para trasladarlo ante la autoridad ministerial correspondiente.
Tras un cruce de información, se supo que Esteban “N”, contaba con al menos 10 investigaciones en su contra por delitos como abuso sexual, extorsión y robo. Pero el hecho de que haya querido escapar presumiendo que era un elemento de seguridad no impidió que los agentes lo detuvieran.
“Al final son delincuentes y si son policías o no, cumplimos con nuestro trabajo (…) a lo mejor sí tenemos miedo, pero tenemos que hacer nuestro trabajo”, refirió uno de los agentes.
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