Mariana Rivas, oficial de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), realizaba en bicicleta un rondín de vigilancia en la colonia Narvarte, alcaldía Benito Juárez, cuando el 28 de septiembre, un hombre le pidió ayuda ya que una pareja lo amagó con un arma punzocortante y una pistola para robarle su quincena; los delincuentes huyeron en un taxi.
El robo había ocurrido entre las calles Concepción Beistegui y Palenque. Tras escuchar esto, Mariana pidió por radiofrecuencia el apoyo de más policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Al lugar llegaron en patrulla Héctor Molotla y Karla de Jesús, dos compañeros de la corporación.
Los dos subieron en el vehículo a la víctima con el objetivo de resguardarlo y que los acompañara para ver si lograba identificar a los delincuentes. En tanto, la oficial Mariana tomó su bicicleta y pedaleó unas cuantas calles para sumarse a la búsqueda de los ladrones.
La víctima contó a la policía que aquella mujer que lo asaltó iba vestida de enfermera, lo que hizo pensar a los oficiales que posiblemente, con base en la bitácora de delincuentes buscados en la zona, era la misma persona que se ostentaba como enfermera y contaba con varias denuncias de haber estafado a diversas personas haciéndoles creer que necesitaba dinero para pagar su taxi o para la grúa, que según se llevaría su carro, mientras que a otros los engañaba pidiéndoles que le cambiaran algún billete, pero éste era falso; una vez que lograba su objetivo huía siempre en taxi.
La oficial Mariana Rivas logró ver sobre la calle José María Vertiz el automóvil donde huyeron los ladrones: era un Nissan Tsuru con cromática rosa con blanco y placas A-8565L, pero ella, al ir en bicicleta, no pudo alcanzarlo, por lo que informó a sus compañeros la ubicación donde estaba la pareja para atraparlos.
Cerca de una glorieta en la calle José María Vertiz, los policías Héctor Molotla y Karla de Jesús dieron la vuelta “y vieron a la distancia un taxi que iba esquivando los carros”, lo que les hizo sospechar que se trataba del automóvil Nissan Tsuru donde escapaban pues, dijo el policía Héctor, “no es normal que un taxi vaya así, de izquierda a derecha y evitando los carros”.
Sobre el Eje Central Lázaro Cárdenas y la calle Pilares, la oficial Karla de Jesús estaba por bajar de la patrulla para acercarse a aquel Tsuru y marcarle el alto, pero su compañero le dijo que esperara, que lo interceptarían más adelante. Fue entonces que el conductor del taxi dio vuelta a la izquierda, sobre el Eje Central y a la altura de la calle Vista Hermosa, colonia Portales Norte, le indicaron que se detuviera y los arrestaron; todo en casi tres minutos.
La oficial le pidió a la mujer que descendiera del carro, mientras la víctima y el policía Héctor bajaron de la patrulla. Al estar de frente a aquella pareja, “un poco nervioso”, el afectado los reconoció como las personas que le quitaron sus pertenencias; “indicó que quien conducía el taxi, lo amagó con una pistola y la mujer, quien traía un cuchillo, le sacó el dinero de su bolsa”.
Tras una revisión preventiva al hombre y a la mujer de 54 y 41 años de edad, respectivamente, se les aseguró un cuchillo de aproximadamente 15 centímetros de largo, una réplica de una pistola y el dinero de la víctima. Al observar la vestimenta de la mujer, los policías pensaron que se trataba de aquella persona que decía ser enfermera para estafar.
Las investigaciones señalan que la mujer estaba relacionada con cuatro denuncias por el delito de fraude cometidos en las colonias Vértiz Narvarte, Portales, Independencia y Tlacoquemecatl, en la alcaldía Benito Juárez. La posible responsable vestida como supuesta enfermera, se acercaba a locatarios y comerciantes de la zona, solicitaba el cambio de un billete aparentemente falso y, al momento de recibir el efectivo, se daba a la fuga a bordo de un vehículo tipo taxi.
A veces se acercaba a personas de la tercera edad “para sacarles información de dónde trabajaban y dónde vivían”, una vez que se ganaba la confianza de éstas les ofrecía servicios médicos, pero era un engaño para robarles sus pertenencias o defraudarles con billetes falsos y presuntamente para no ser descubierta por los vecinos, decía que era amiga de sus víctimas.
“Nosotros ya con anterioridad teníamos el modus operandi de esta señora, quien estudiaba a las personas de la tercera edad y algunos negocios, entonces más o menos teníamos las calles de los puntos rojos (donde había sido ubicada) y nos enfocamos a las calles principales, que son avenidas grandes y a estos negocios, donde sabemos que cometía los fraudes cuando intercambiaba billetes falsos”, contó a MILENIO el policía Héctor Molotla.
Incluso “hacía su modus operandi de conocer a las personas de la tercera edad, entraba, platicaba con ellos y les decía ‘Mire, tengo que pagar un taxi que me está esperando aquí abajo y ahorita regreso con usted, pero ahorita no tengo cambio, ¿me puede cambiar un billete?', pero se iba con el dinero o a veces se los arrebataba. Si las personas no procedían a cambiar un billete, ella las amagaba; se metía a la casa de las víctimas”, comentó la oficial Karla de Jesús.
La captura se logró en suma con el equipo proximidad Blindar Benito Juárez, en seguimiento a las denuncias referidas, incluso en Coyoacán y Tlalpan. Además se sabe que usaba al menos tres automóviles con cromáticas de taxi en los que escapaba.
Al ser detenida, la supuesta enfermera “se veía nerviosa, pero a la vez burlona” y diciendo que “ya tenían mucho tiempo haciendo esto en diferentes alcaldías y qué suerte tenían (los oficiales) de haberla detenido en el Eje Central”.
Además en el Nissan Tsuru, los policías hallaron en la cajuela de éste, algunas batas y trajes de enfermera. “Hasta el final ella nos contó burlonamente que estaba en muchas alcaldías (...) nos dijo que ya tenía años delinquiendo”, recuerda Karla.
Los ladrones fueron identificados como Roxana 'N' y José 'N'. El 1 de octubre, un juez de control dictó prisión preventiva oficiosa contra ambos; medida cautelar determinada por su probable participación en el delito de robo a transeúnte con violencia.
En la audiencia inicial de control de detención, el juez calificó de legal la detención, mientras que la defensa del hombre y la mujer solicitó la duplicidad del término constitucional. No obstante, por el delito de fraude no ha sido penalmente responsable.
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