El Centro de Reinserción Social Número 1 del estado de Chihuahua vive un riesgo latente porque concentra a 298 reos catalogados de alta peligrosidad identificados como líderes, operadores y sicarios que operan para los cárteles de Juárez y de Sinaloa, responsables de la ola de violencia que se vive en Ciudad Juárez desde hace años.
Un documento en poder de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fechado el 1 de abril de 2022, y dado a conocer por los hacktivistas de Guacamaya, alertó sobre la necesidad de trasladar de manera urgente a los reos a cárceles federales.
El aviso se envió a José Ángel Ávila Pérez, comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado, Prevención y Readaptación Social (OADPRS), a la Fiscalía General de Justicia del Estado y al general Sergio Martínez Castuera, entonces coordinador general de Centros Federales.
Entre los prisioneros se solicita el traslado de 49 integrantes de la pandilla de Los Mexicles, grupo delictivo que el 1 de enero protagonizó un motín y fuga en el Centro de Reinserción Social Número 3 en Ciudad Juárez que dejó 17 muertos y 30 evadidos, entre ellos su líder Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, El Neto, quien después fue abatido en un operativo.
El oficio firmado por Luis Alfonso Harris Arrondo, autoridad penitenciaria del estado de Chihuahua, mencionó que los Ceresos 1 y 3 tienen una sobrepoblación del 43.82 por ciento y del 36.38 por ciento, respectivamente, y que “cuentan con un deficiente estado de fuerza operativo en relación a la cantidad de elementos de seguridad y custodia y población penitenciaria, proyectándose que el número de privados de la libertad por custodio es de hasta 65 personas por elemento (…)".
Por ello, solicitó revisar los estándares con los se trabaja en las prisiones de Chihuahua, además de que en el Cereso Número 1, se identificó la presencia de procesados y sentenciados que mantienen vínculos el cártel de Sinaloa y los grupos criminales La Empresa, Aztecas, Mexicles, La Línea (del cártel de Juárez), Los Paisas, Sureños y Los Artistas Asesinos, “mismas que disputan una lucha territorial en el estado de Chihuahua, específicamente en Ciudad Juárez, la cual permea al interior de los centros penitenciarios”.
Entre Los Mexicles destacan los nombres de Mónico Aguirre Carreón, El Mónico; Alejandro Alvarado Ruiz; José Alberto Gurrola, El Gurrola; Fernando Caballero Villa, El Pata, acusados de homicidio calificado, violación y secuestro, entre otros ilícitos, cuya clasificación son la de reincidentes genéricos, con una capacidad criminal alta y un índice de estado peligroso alto, mismos que enfrentan penas de más de 20 años de cárcel o vitalicias.
Asimismo, se solicitó el traslado de 26 miembros del cártel de Sinaloa, entre estos, de Omar Álvarez Rodríguez, El Omar, quien enfrenta una pena de 60 años de prisión por dos homicidios, persona que fue absuelto del delito de inhumación, exhumación y respeto a los cadáveres o restos humanos.
También está Luis Armando Atienzo Ortiz, El Atienzo; Roberto Alan González, El Macizo; Jesús López González, El Moncada; Ramón Antonio Mendías Granados, El Ramón, así como de Pablo Alonso Montalvo Hernández y Esteban Eduardo Montaño Aguirre, ambos con el apodo de El Feto.
Del grupo criminal La Empresa se pidió el traslado de 34 personas, entre las que se menciona Arnulfo Jonathan Valtierra, El Zorro; Jesús Manuel Ramos Ortega, El Sonora; Ezequiel Fernando Zavala Téllez, El Chicano, y Sergio Arturo Amaya Rodríguez.
Del grupo de Los Aztecas se menciona a 23 personas, como Ernesto Hernández Espinosa, Lowly; Jesús Hernández Valle y José Manuel Ramírez Arámbula, El Meny.
Igualmente, se pidió el traslado de dos integrantes de La Línea, brazo armado del cártel de Juárez, entre ellos, Luz Estrella Romero Pérez, acusada de violación agravada; y Ángel Espinoza Chaparro, quien enfrenta dos penas por homicidio calificado.
La petición de traslado también menciona a un integrante de Los Paisas, a uno de los Sureños, y a nueve integrantes de Los Artistas Asesinos.
La permanencia de estos reos en la misma prisión, detalló el oficio, puede generar el incremento de incidentes violentos por ser de grupos antagónicos.
ROA