Chiapas, el estado con la ciudad percibida como más insegura; vivir “bajo la esclavitud de la violencia”

Antes de morir asesinado, el padre Marcelo Pérez Pérez pidió "a Dios que ellos hagan su trabajo, que ellos de verdad tomen en serio el defender la vida del pueblo, que no lo sometan a la esclavitud bajo el yugo de la violencia".

La violencia en Chiapas ha provocado que Tapachula sea la ciudad de México donde la población se siente más insegura (Diseño: Milenio)
Raúl Ruiz
Ciudad de México /

Liliana Guadalupe, menor de edad reportada como desaparecida, hallada muerta y su cuerpo enterrado en el patio de una casa en Tuxtla Gutiérrez. Marcelo Pérez Pérez, sacerdote católico asesinado a balazos unos minutos después de que terminara de oficiar una misa en el barrio de Cuxtitalli, San Cristobal de las Casas. Abraham González, gerente en un Banco Azteca de Copainalá que falleció tras recibir disparos de arma de fuego durante el asalto a la sucursal en la que trabajaba.

Estos casos, que no distinguen por género, edad u ocupación, son hechos violentos registrados en el estado de Chiapas sólo del domingo 20 de octubre al domingo 27. ¿Qué sabemos de la violencia en este estado?  

En México, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en su reporte de incidencia delictiva del fuero común, entre enero y septiembre de 2024 se han registrado 32 mil 509 homicidios. De este universo, 19 mil 329 corresponden a homicidios dolosos y 13 mil 180 a homicidios culposos.

Aspectos del entierro del padre Marcelo en el patio de la casa parroquial de la iglesia de San Andrés Apóstol (Cuartoscuro)

Para el caso chiapaneco, la cifra se ubicó en mil 104 homicidios: 525 son homicidios dolosos y 579 homicidios culposos. Observando estas cifras, durante 2024 Chiapas ha sido el escenario del 3.39% de los homicidios que ocurren en México.

Activismo por la paz

El asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez ha constituido uno de los episodios violentos registrados en Chiapas de mayor impacto. No es casual. El sacerdote era conocido desde hace años por su activismo en pro de la paz en las región de los Altos de Chiapas, zona de donde además era originario.

Así lo dijo el padre Marcelo Pérez Pérez:

“Nosotros seguimos manifestándonos, nosotros vamos a seguir movilizándonos, nosotros seguimos a arriesgando nuestras vidas. Pero le pedimos a Dios que ellos hagan su trabajo, que ellos de verdad tomen en serio el defender la vida del pueblo, que no lo sometan a la esclavitud bajo el yugo de la violencia”.

Las huellas del monstruo

La violencia que esclaviza no es nueva en Chiapas. Se trata del estado donde fueron asesinadas 45 personas indígenas tzotziles el 24 de mayo de 1997, durante el gobierno del priista Ernesto Zedillo Ponce de León. Ese crimen ocurrió en un contexto político donde el país avanzaba hacia lo que sería su primer gobierno federal de alternancia y en medio de procesos económicos marcados por una fuerte crisis (1994) y el modelo económico aperturistas que se inauguró con el Tratado de Libre Comercio. Ademas, unos años antes, en enero de 1994, surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Mujeres indígenas participan en una ceremonia en memoria de las víctimas de la Masacre de Acteal (Cuartoscuro)

A pesar de estas dinámicas, sumado al hecho de que Chiapas comparte una extensa frontera con Guatemala, y por tanto es una importa zona de paso para personas en condición migrante, el estado vivía en una relativa paz.

Durante años Chiapas fue una de las entidades de la República Mexicana con el menor registro de incidencia delictiva. Incluso, en el reporte del SESNSP correspondiente al primer trimestre de 2024, ninguna de sus ciudades aparecía en la lista de las de mayor percepción de inseguridad. La misma situación se mantuvo en el reporte del segundo trimestre. Pero en el más reciente, correspondiente al tercero, que comprende julio, agosto y septiembre, las cosas cambiaron. 

Tapachula se convirtió en la ciudad de México, no de Chiapas, de todo México, donde el mayor porcentaje de población de 18 años o más dijo sentirse insegura.

"Las ciudades donde más población sintió inseguridad fueron: Tapachula (91.9 %), Naucalpan de Juárez (88.0 %), Fresnillo (87.9 %), Ecatepec de Morelos (87.0 %), Irapuato (86.4 %) y Tuxtla Gutiérrez (85.9 %)", se lee en el reporte del tercer trimestre del SESNSP (puedes consultarlo aquí).

Denominación de origen 

El café chiapaneco es, quizá, el producto más popular del estado. Incluso, se ha creado la Denominación de Origen "Café Chiapas" para denominar a los granos producidos en diferentes regiones del estado. 

De acuerdo con datos oficiales, las principales zonas de producción del Café Chiapas se encuentran en las regiones de Ocozocoautla, San Cristóbal de las Casas, Copainalá, Comitán, Ángel Albino Corzo, Pichucalco, Bochil, Palenque, Ocosingo, Yajalón, Motozintla y Tapachula.

Esta última alberga la ciudad más importan del Soconusco y la segunda más poblada del estado, pero ahora también la de mayor percepción de inseguridad en México. Mientras que en el municipio de Copainalá, apenas este sábado 26 de octubre se registró el asesinato del gerente de una sucursal de Banco Azteca durante un asalto. 

Aspectos del velorio de Liliana Guadalupe (Cuartoscuro)

El homicidio del Abraham González, nombre del gerente, así como el feminicidio de la niña Liliana Guadalupe, quien inicialmente fue reportada como desaparecida, obedecen a otros tipos de violencia. 

En principio, las víctimas no eran personalidades públicas y sus asesinatos, aunque han provocado reacciones como la Ricardo Salinas Pliego, uno los hombres más ricos de México (9.8 mil millones de dólares de acuerdo con la lista de billonarios Forbes) y dueño del banco donde laboraba González, se incriben dentro de dinámicas más allás de los conflictos políticos, sociales, religiosos o hasta de control económico. Las víctimas son hombres y mujeres "de a pie", personas a quienes, durante una jornada cotidiana, les arrebataron la oportunidad de seguir amando a sus queridos queridos. 

Sus muertes, en Tuxtla Gutiérrez la de Liliana, en San Cristobal de las Casas la del padre Marcelo, y en Copainalá la de Abraham González, son un recordatorio del monstruo de la violencia que sigue ahí, dejado huellas en el pavimento de las ciudades y los caminos rurales. Manchas hemáticas que, a pesar de los trabajos de limpieza, no se borran.

rarr 

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