La llave del huachicol se cerró a finales de 2018 en Tecamachalco, Puebla, y desde entonces los delitos que afectan la vida común se incrementaron de manera importante. Los robos a transeúnte crecieron 500 por ciento en dos años, los homicidios dolosos subieron 53 por ciento y los robos a casa habitación se duplicaron.
Estadísticas de la Fiscalía General del Estado confirman el contexto de violencia que vive el municipio de 64 mil habitantes, donde el crimen se ha vuelto una constante. Hace pocos años este territorio era conocido como el “corazón del triángulo rojo” porque por ahí pasaba el 40 por ciento del combustible que recibía la Ciudad de México y que era una mina de oro para grupos criminales.
Actualmente los pobladores denuncian un fuerte aumento de delitos, lo que ha llevado al gobierno municipal a pedir ayuda a las autoridades estatales y federales. Con ello se busca reducir los índices delictivos que registra Tecamachalco desde 2019 y que se mantienen en lo que va del presente año.
En este lugar los criminales han cambiado de giro y nadie se salva, ni los civiles ni su alcaldesa, Marisol Cruz. Inclusive ella, en entrevista para MILENIO, celebró que hace un par de días el gobernador Miguel Barbosa haya anunciado que el estado tomaría el control de la seguridad en el municipio.
“Allá fuera pudiera parecer como una debilidad el hecho de que vengan y digan que le quitan la seguridad o que toma el mando de la seguridad del gobernador, pero aquí hay que ser inteligentes, decir que se ve tanto el problema que es obvio que estamos rebasados”, declaró la edil.
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Los números muestran que las denuncias por robo a transeúntes pasaron de 6 casos en 2018 a 32 casos en 2019, mientras que en nueve meses de 2020 han sido abiertas 34 carpetas de investigación por este crimen y de mantener ese ritmo se llegaría hasta los 45 expedientes.
Además, los homicidios dolosos también mostraron un aumento considerable, pues en 2018 se tuvieron 34 asesinatos en el municipio, pero en 2019 la incidencia de este delito alcanzó las 55 muertes violentas. Entre enero y septiembre de 2020, se tiene registro de 29 casos y a esos hay que agregar a seis hombres que fueron acribillados el domingo pasado en una tienda de conveniencia.
La ola de violencia que padece Tecamachalco afectó la seguridad de las personas que transitan en la calle, pero también se han duplicado los robos a casa habitación, con o sin violencia, pues en 2018 sólo se presentaron 10 denuncias, pero en 2019 se presentaron 20 carpetas de investigación y hasta septiembre de 2020 ya se contabilizan 17 delitos de este tipo.
Hace un mes un empleado perteneciente a una proveedora de servicios médicos en la ciudad de Puebla viajaba en su auto hasta Tecamachalco, sin embargo, cuando acabó la negociación del contrato que fue a pactar y se disponía a regresar, una camioneta lo interceptó.
“De ahí bajaron tres sujetos armados, uno de ellos se acercó a la ventanilla del conductor y me pidió que me pusiera en cuclillas, también me encañonaron y luego me pidieron que me pasará a la batea boca abajo”, afirmó un hombre de más de 50 años, a quien llamaremos Felipe, quien fue víctima de estos delitos.
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Felipe también recuerda que se sintió aún más desprotegido porque justo en el momento en que estaba siendo encañonado, un helicóptero estatal sobrevolaba la zona, pero los pilotos ni siquiera se inmutaron.
El carro en el que viajaba Felipe era de la empresa y desde entonces ni él, ni su jefe volvieron a saber de la unidad.
Estas cosas no solo le pasan a los visitantes, este tipo de situaciones son constantes para los comerciantes, transportistas y trabajadores del municipio.
Julián Estrada es líder transportista. Él tiene camiones y pipas; sin embargo, hace un una semana decidió dejar de ofrecer servicios, debido al incremento de robos a sus unidades.
“El problema es que te quitan la unidad y jamás vuelves a saber de ella, no solo te roban el dinero o tus pertenecías, es algo terrible lo que estamos viviendo. Lograron cerrar la llave del huachicol, pero abrieron la de otros delitos”, compartió Felipe.
Don Julian no es el único afectado, aproximadamente 80 conductores de pipas que abastecen agua potable a municipios de la zona de Tecamachalco se manifestaron el 24 de septiembre a un costado de la carretera federal Puebla – Tehuacán, entre los límites del municipio de Tecamachalco y Huixcolotla. Los conductores exigían que el municipio los blindara de seguridad.
“En estos dos meses nos robaron por lo menos cuatro unidades y eso genera pérdidas económicas, pues los choferes ya no quieren laborar por miedo a sufrir algún asalto con violencia”, comparte el líder transportista.
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Casos como este existen muchos, basta con acercarse a los comerciantes o conductores de transporte público para que la desesperación los haga compartir su situación, como fue el caso de Joaquín.
“Del miedo ya ni salimos después de las 20:30 horas, nos da temor de que nos vayan a robar, aunque al parecer eso no les importa porque también lo hacen de día”, compartió.
El domingo pasado seis hombres murieron tras ser baleados con armas de grueso calibre por un comando. De acuerdo con las investigaciones, el grupo de hombres se encontraba en el estacionamiento de la tienda, ubicada sobre la calle 5 de Mayo y la esquina de la 2 Poniente-Oriente, en el Barrio de San Juan.
Mientras consumían bebidas alcohólicas, cerca de las 01:18 horas, un comando llegó a bordo de varias unidades. Sin descender, les dispararon en múltiples ocasiones y posteriormente huyeron.
A manera de manifestación, los familiares marcharon con los ataúdes de las víctimas en los hombros. Caminaron desde la entrada de Tecamachalco hasta el panteón municipal, donde finalmente fueron enterrados.
“Los jóvenes ni la debían, ni la temían y miren cómo acabaron, pero no solo ellos, mis choferes huyen del lugar después de que los asaltan, se van del pueblo porque se sienten vigilados, y cómo no, si salen a buscar cómo ganarse la vida y encuentran la muerte”, cuenta don Joaquín.
El impacto de la inseguridad en el municipio ya tocó todo tipo de fibras, inclusive las de la misma alcaldesa: “No he recibido amenazas, pero debo decir que la situación en la que se vive sí me ha preocupado”, declaró.
ROA