Perico, fifí, nieve o cualquier otro pseudónimo que se le haya atribuido a la cocaína dan cuenta de la popularidad que la droga ha adquirido con el paso de los años ya no solo en América Latina -de donde es originaria la hoja de coca- sino en diversas partes alrededor del mundo.
Codiciada por su efecto estimulante y energético, la cocaína alcanzó un boom a finales de los años 80’s y en la décadas de los 90’s, haciendo de aquel polvo blanco y fino un invitado frecuente en fiestas o reuniones sociales.
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Pese a que es altamente adictiva y puede generar desde sentimientos de inquietud, irritabilidad, ansiedad, paranoia y hasta ataques cardíacos, derrames cerebrales o coma, el consumo de la cocaína continúa siendo una realidad en diversas sociedades del mundo y parece no ceder paso al auge que en los últimos años han tenido drogas de origen sintético como lo son, por ejemplo, las metanfetaminas o el fentanilo.
Recientemente y tras una meticulosa operación en contra del tráfico de drogas, la Policía Nacional de España logró el aseguramiento de poco más de una tonelada de metanfetaminas presuntamente producidas en el país por una célula criminal ligada al Cártel de Sinaloa.
Además de realizar la detención de cinco personas -tres españoles, un rumano y un mexicano- el comisario Antonio Martínez Duarte aseguró que no hay una cultura de consumo de drogas sintéticas en España pues las y los consumidores de drogas continúan apostando por la cocaína.
Y es que, aunque múltiples campañas contra las drogas han alertado sobre las consecuencias del consumo, el mercado de la cocaína continúa siendo uno de los más redituables para las organizaciones delictivas que coordinan toda la cadena de producción, tráfico y distribución, un lucrativo negocio que ha desatado olas de violencia y que ha cobrado miles de vidas.
La crisis de salud pública que actualmente enfrenta Estados Unidos por el consumo de fentanilo, sumado al aumento de solicitudes de tratamientos contra la adicción al cristal en México han vislumbrado el avance y auge que comienzan a alcanzar las drogas sintéticas en el continente americano, no obstante, en Europa la cocaína resiste a ser desplazada de la cúpula del mercado.
El panorama mundial del mercado de cocaína
La llegada del Covid-19 y el aislamiento social como medida de prevención de contagios tuvo también un impacto para el mercado internacional de las drogas, en específico de la cocaína.
El cierre de bares y antros durante 2020 y parte del 2021 implicó una baja en la demanda de la droga que suele ser solicitada en dichos entornos. Empero, de acuerdo con el Reporte Global de Cocaína 2023 realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), dicha caída tuvo poco impacto a largo plazo.
Información recabada por la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apunta a que la oferta mundial del también llamado “oro blanco” se encuentra en niveles récord pues, tan solo en 2020, se produjeron 2 mil toneladas.
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Dicho aumento se relaciona directamente con la expansión de cultivos de hoja de cocaína, el cual se duplicó entre 2013 y 2017, alcanzó un máximo en 2018 y volvió a aumentar considerablemente en 2021.
“Paralelamente, ha habido un aumento continuo de la demanda, la mayoría de las regiones muestran un número creciente de usuarios durante la última década. Aunque estos aumentos pueden explicarse en parte por el crecimiento demográfico, también hay una creciente prevalencia del consumo de cocaína” se explica en una parte del Reporte Global de Cocaína 2023 de la UNODC.
El auge de la cocaína en el Viejo Continente
Fue desde mediados de los años noventa cuando el consumo de cocaína en el Viejo Continente tuvo un marcado incremento, logrando colocarse en el segundo lugar de las sustancias ilícitas más consumidas, únicamente por detrás del cannabis.
Un recuento de decomisos plasmados en el artículo académico El Auge del Consumo de Cocaína en Europa y algunas implicaciones para América Latina (2011) sostiene que durante la primera década de los años 2000 el consumo de cocaína descendió en Estados Unidos mientras que en Europa comenzó a aumentar.
Fue en el año 2007 cuando, por primera vez, España superó al país de las barras y las estrellas en la prevalencia anual del consumo de cocaína entre los ciudadanos de 15 a 64 años.
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"Durante la última década se ha observado un aumento general del consumo de esta droga en la Unión Europea, principalmente en algunos países de Europa Occidental como España y Reino Unido", describe el artículo publicado en 2011 por la Revista de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En aquellos años autoridades encargadas de investigar redes del narcotráfico apuntaron a los cárteles colombianos como los responsables del envío de cargamentos de cocaína a Europa ya que, aseguraron, las organizaciones delictivas mexicanas le daban prioridad al mercado estadunidense.
Con el paso de los años, los cárteles mexicanos también comenzaron a apostarle al envío de drogas del Viejo Continente y, para lograrlo, establecieron alianzas con mafias locales como lo son la ‘Ndrangheta o las balcánicas.
El uso del ‘crack’ en Europa
A pesar de que la oferta mundial y la ingesta de cocaína se ha acentuado en los últimos años alrededor del mundo, la agencia de las Naciones Unidas también detalló que en Europa es el crack el que ha mostrado una tendencia ascendente de consumo.
La Biblioteca de Medicina del Gobierno de Estados Unidos define al crack como cocaína que ha sido calentada para cristalizarse. A diferencia del polvo blanco, ésta presentación no se esnifa por la nariz ni se unta en las encías sino que se fuma una vez que alcanza el aspecto de una roca.
Entre los efectos a largo plazo de este tipo de consumo destacan padecimientos como el asma, tos, problemas para respirar y un mayor riesgo de adquirir infecciones como neumonía.
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“El consumo de crack muestra una tendencia al alza en varios países de Europa occidental, según datos sobre personas que buscan tratamiento por primera vez. Si bien el uso de crack ha sido bien documentado en el Reino Unido, los países de Europa continental también parecen mostrar una incidencia creciente”, se explica en el Reporte Global de Cocaína 2023.
Entre los países europeos que han registrado aumentos considerables de consumidores de crack al menos desde 2017 destacan Bélgica, Francia, España e Italia, éste último con un aumento lento pero constante.
La competencia con las metanfetaminas
Mientras que en Europa drogas como la ketamina figuraron a mediados de los 90’s como una sólida competencia para la cocaína, en Estado Unidos fueron las metanfetaminas las que poco a poco han ido disminuyendo la demanda de aquel polvo blanco que alcanzó su popularidad en el continente americano una década antes.
En la actualidad, las metanfetaminas parecen estar volviendo a escalar peldaños en el mercado internacional de drogas pues, de acuerdo con el reciente reporte de la UNODC, la droga sintética estaría alternando con la cocaína pues los consumidores tienden a ingerir más de una sustancia ilícita.
“Estos hallazgos parecen mostrar que la metanfetamina es un competidor potencial de la cocaína. Aunque es posible que estas relaciones a nivel global simplemente reflejan la geografía del narcotráfico. La metanfetamina está mucho más extendida que la cocaína en Asia. Para América Latina y Europa ocurre lo contrario”, describe el Reporte Global de Cocaína 2023.
Pese a que Europa no figura aún como un mercado tan rentable para las metanfetaminas, lo cierto es que los recientes decomisos han encendido las alertas de las autoridades sobre la posible expansión de este tipo de drogas sintéticas al Viejo Continente, en donde la cocaína continúa resistiendo y buscando los medios para mantenerse dentro de la demanda de sus consumidores.
ATJ