Juan Manuel Loisa Salinas, El Comandante Toro, había logrado escapar al menos en tres ocasiones de los operativos realizados por fuerzas especiales de la Secretaría de Marina Armada de México.
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El último, ocurrió el 17 de febrero pasado en la localidad de Villa Esmeralda, en Reynosa, cuando se suscitaron al menos cuatro enfrentamientos que dejaron nueve civiles muertos.
En ese entonces, el procurador de Tamaulipas, Irving Barrios, en declaraciones a MILENIO Televisión, dijo que los supuestos delincuentes formaban parte del grupo de El Comandante Toro.
Desde 2014, Loisa Salinas lideró una disputa interna para quedarse con el control del cártel del Golfo. Un año después fue señalado como el principal responsable de la violencia en Reynosa.
Desde entonces fuerzas de seguridad implementaron operativos de rastreo para dar con él, pero en julio de 2015 autoridades locales detectaron 24 cámaras de videovigilancia colocadas en tres colonias de Reynosa, paralelas a las que controla la policía local.
Con dicho sistema, El Comandante Toro podía no sólo advertir los movimientos de las fuerzas federales, sino también los de sus rivales al interior del cártel de Golfo: Los Ciclones.
El 7 octubre de 2016, el sujeto burló otra vez la persecución federal, pese al operativo que se aplicó en Reynosa, que incluyó un seguimiento por aire desde un helicóptero militar.
LA LUCHA RECIENTE
Desde el cambio de administración estatal y municipal, en octubre del año pasado, Reynosa ha vivido una serie de eventos violentos que han trastocado la actividad de la población.
Bloqueos y balaceras han sido una constante en la ciudad fronteriza en los últimos meses. La página de Facebook del ayuntamiento emite continuamente alertas de "situaciones de riesgo" en diversos puntos de la ciudad y exhorta a la población a resguardarse.
La actividad de los grupos armados no respeta horario, son continuas las alertas para evitar circular por las calles de Reynosa, ciudad de donde es originario el gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca.
Incluso el primer día de actividades que realizó el mandatario estatal, el 2 de octubre de 2016, tuvo su primera prueba de fuego: justamente en Reynosa había planeado un evento masivo en el que convivirían las familias en el Parque Cultural.
Sin embargo, unas horas antes del acto empezaron los bloqueos y quema de llantas, lo que encendió las alertas de la población.
Aun con esos sucesos, la kermés siguió en curso y el gobernador llegó a convivir con quienes se animaron a asistir.
En su discurso, García Cabeza de Vaca aseguró que se recuperaría la tranquilidad en todos los rincones del estado y que las acciones de unos cuantos no inhibirían las acciones de su gobierno.
“Voy a restablecer la seguridad en Reynosa y en todo Tamaulipas... Ya es tiempo de que vivamos en paz y aquí va a estar su gobernador. Vamos a apoyar a los municipios de la región y todo Tamaulipas”, ofreció.
Sin embargo, son los propios ciudadanos quienes alertan en redes sociales sobre los hechos delictivos, como hombres armados, persecuciones, robo de vehículos para escapar y ponchallantas, entre otros.
El mes pasado, en menos de cinco días dos notarios y un trabajador fueron secuestrados y tras los operativos fueron liberados por agentes de la Unidad Antisecuestros de la Procuraduría General de Justicia.
En febrero se tuvo que implementar un operativo especial para cuidar a quienes circulaban de la carretera Reynosa a Monterrey, derivado de los robos y secuestros que estaban ocurriendo. Fue la Policía Federal quien anunció que pondrían a 10 unidades a realizar recorridos en la zona.
Este sábado, la alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, lamentó los hechos de violencia por los que personas honestas fueron afectadas.
Esta semana, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi reportó que de diciembre de 2016 a marzo de este año creció la percepción de inseguridad entre los habitantes de Reynosa de 79.6 a 84.1 por ciento.