La Glorieta de Insurgentes se ha convertido en una zona de agresiones. El conflicto por el espacio comercial ha acabado en enfrentamientos entre comerciantes, unas y unos de la comunidad LGBT+ y otros que se han establecido por años en la calle Génova, entrada de la Zona Rosa; estos últimos aseguran que han sido desplazados de manera violenta de sus puntos de venta.
Vecinos, madres de familia, viudas y personas no asalariadas acusan que este grupo de personas trans, no binarias y homosexuales han transformado a la Zona Rosa en un sitio de peligro para los peatones y turista, ya que de manera constante agreden o golpean a quienes se atreven a grabarles.
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María Luisa Aguilar señaló que desde hace más de una década vende inciensos y llaveros, pero desde que llegaron quienes dicen ser integrantes de La Tianguis Disidente, la zona se ha transformado en una frontera que las divide desde la calle de Liverpool.
"Nosotros tenemos problemas con las personas del tianguis disidente porque ellas son personas agresivas, de por sí no tenemos turismo y el poco turismo que llega ellas las golpean, aquí llega la ambulancia dos o tres veces al día por las personas que ellas golpean", aseveró.
"A mí me gusta trabajar en paz, no me gusta que vengan y que agredan a la gente y a los señores de la tercera edad y que a nosotros nos echen la culpa por algo que no hacemos", señalo Mariela Santana, quien lleva más de tres décadas trabajando.
Ante esta creciente situación, el grupo de comerciantes de Diana Sanchez Barrios, hacen un llamado a la conciencia de las autoridades capitalinas para preservar sus espacios de venta y recalcaron que están en la mejor disposición de mantener la paz con el único propósito de salvar la buena imagen de la Zona Rosa, uno de los lugares más emblemáticos y culturales de la Ciudad de México.
DMZ