México registra un alto número de perros y gatos en situación de calle, siendo la falta de sensibilidad hacia las necesidades de los animales una de las principales causas de esta problemática, la cual se da a escala local y nacional.
Actualmente, el país es el primer lugar en América Latina con perros y gatos en situación de calle, con más de 21 millones de animales, según datos de Inegi.
Ante esto, hay grupos que motivan a revisar el fenómeno que contribuye a dicha problemática, y que denominan: ciclo del abandono animal, es decir, un patrón repetitivo en el que las mascotas son adquiridas por personas que finalmente no se hacen cargo de ellos y terminan abandonadas.
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En el mejor de los casos, los animales terminan en centros de recepción, pero muchas otras veces son abandonados en calles, terrenos baldíos y carreteras.
Este ciclo suele comenzar por la ignorancia sobre el comportamiento de los animales, a los que se consideran objetos prescindibles.
Mara Montero, presidenta de Comité Pro Animal, está convencida de que se necesita una encuesta formal sobre las causas reales por las que los tutores claudican de las responsabilidades que adquirieron con sus animales de compañía.
“Asumimos que es un tutor irresponsable o indolente, pero los centros (de atención canina) deben documentar por qué una persona determina llevar ahí a un perro”.
Ella sabe que, muchas de las personas que entregan a sus mascotas lo hacen por problemas económicos, gente que se queda sin trabajo “o porque el animal tiene problemas de salud importantes y la circunstancia económica no permite costear su atención médica, o bien porque son perros desahuciados y no se tienen los recursos para brindarles una muerte humanitaria”.
También hay casos en los que, los animales son muy agresivos y causan problemas a sus tutores.
“Son circunstancias reales, no puedo decir que se justifican o no”, dice Montero.
Las causas por las que una persona lleva un perro a un centro o a una asociación protectora suelen ser las mismas por las que los abandonan en la calle u otros parajes, pero eso se podría contener con información.
“Si la gente antes de comprar o adoptar a un animal tuviera la responsabilidad de informarse sobre las necesidades del ser que está integrando a su familia y fuera honesta consigo misma para saber si tiene la manera de ofrecer buenas condiciones al animal, sería diferente; y si no las tiene, debe desistir”, advierte Montero.
La presidenta del Comité Pro Animal planteó que sean las propias asociaciones y veterinarios los que realicen un estudio minucioso de los posibles tutores que buscan adoptar a un animal; responsabilidad que también debe extenderse a los criaderos, pues —dijo— es justo ahí donde se debe considerar si el comprador tiene el perfil para atender las necesidades del perro que adquiere.
Y junto a las propuestas, también surgen reacciones públicas para paliar esta situación.
El domingo 30 de junio, la Ciudad de México será escenario —una vez más— de una importante manifestación que reúne a asociaciones, activistas y ciudadanía favor de mejores condiciones para los animales: la marcha ciudadana nacional por el derecho de los animales partirá del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino a las11:00 horas.
Educación vs venta informal
El ciclo del abandono se nutre cuando se adquieren animales en el mercado informal o en criaderos no regulados, pero también al rescatar o adoptar perros y gatos sin tener el conocimiento o la capacidad adecuados para atenderlos o incluso rehabilitarlos.
También, cuando la gente regala animales –cachorros, crías muy jóvenes o ya maduros– sin considerar que las personas que los reciben tengan las condiciones económicas y el conocimiento para atenderlos de manera adecuada.
Situaciones como estas han sido identificadas por asociaciones protectoras de animales como la Fundación Antonio Haghenbeck (FAH).
Orlando Carmona, coordinador de rehabilitación, manejo y sanidad animal de FAH, explicó que cuando los tutores no conocen que – por ejemplo– un gato necesita rascar y por ello deshace sus muebles, o desconocen que un perro puede ladrar mucho, son factores que les impiden tener a estos animales en un departamento.
Las necesidades de los recién llegados se transforman en problemas para el tutor y este busca salidas inconvenientes.
“Como sociedad, como gobierno y como instituciones debemos atacar las raíces de los problemas y en el caso del abandono animal, es la falta de educación”, detecta Carmona.
Por otra parte, según cifras de Inegi: ocho de cada 10 perros en la calle alguna vez tuvieron hogar. Todo apunta –en efecto– a que en la mayoría de los casos los tutores desconocían las necesidades y conductas específicas que tenía el animal adoptado.
¿Cuáles son las fases del abandono de animales?
En resumen, el ciclo del abandono suele incluir las siguientes fases:
- Adquirir o adoptar un animal de compañía sin el compromiso suficiente de cuidarlo por los siguientes 10 años.
- Descuidar al animal tanto para atender sus conductas animales como para darle atención veterinaria.
- Abandonar en la calle. Si se intentó llevarlo a un centro de atención canina o a una protectora, pero no se lo recibieron, se termina por dejarlos en la vía pública.
- Se provoca una problemática social al dejar al animal a la deriva, sin cuidado veterinario ni esterilización, sin alimentación ni vivienda adecuada.
Rehabilitación costosa
Carmona sabe que deben apuntalarse dos medidas para contener el abandono: las que regulan y permiten la adquisición de animales y las que castigan el abandono.
Pero mientras esto se legisla, como ya ocurrió en la Ciudad de México, al reconocer a las mascotas como seres sintientes en la Ley de Protección y Bienestar de los Animales, además del establecimiento del Registro Único de Animales de Compañía (RUAC, una identificación similar al CURP).
Ante esto, el coordinador de rehabilitación de FAH explicó que el tiempo que pueden tardar en rehabilitar a un animal que fue abandonado depende de cada caso, pero el estimado mínimo es entre cuatro y seis meses para atender física y emocionalmente sus necesidades.
Hasta que eso no ocurra, es posible canalizar el ejemplar a la adopción.
“También hay que tomar en cuenta el costo del personal especializado en dar esta rehabilitación y otros costos relacionados”, agrega Carmona.
El costo mensual de un profesionista dedicado a la atención de ese animal, además de los gastos de salud veterinaria, comida y alojamiento, oscila entre 15 mil y 20 mil pesos mensuales por caso.
El abandono es también una forma de maltrato que desencadena condiciones de vida lacerantes para quien fuera un ser vivo doméstico. Además, de no estar esterilizados, contribuye a que la sobrepoblación en las vías públicas siga creciendo exponencialmente.
En la Ciudad de México, la Fundación Antonio Haghenbeck, además de rescatar, esterilizar, rehabilitar y dar en adopción a perros y gatos, contribuye a hacer conciencia sobre el compromiso y las responsabilidades que se adquieren al adoptar a un animal de compañía.
¿Cómo adoptar a una mascota?
Para adoptar a una mascota puede hacerlo a través de su programa Buscamos Adopciones, donde todos los animales han sido rehabilitados física, emocional y conductualmente.
Además, tienen vigentes sus vacunas, están desparasitados y esterilizados.
Conócelos en su centro Cambia un Destino, ubicado sobre la avenida Chapultepec #238, colonia Roma, Ciudad de México.
O escribiendo al: 555219.3610
Más información: www.fah.com.mx
RM