Varios de los criminales que eran considerados objetivos prioritarios al inicio de esta administración federal dejaron de serlo, ya que se encomendó al personal ministerial y de las fuerzas federales realizar otro tipo de acciones para enfrentar a la delincuencia.
Funcionarios federales consultados por MILENIO aseguraron que se dejó de lado la búsqueda de diversos personajes, como Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, uno de los capos del cártel de Sinaloa, de quien hasta hoy, la Fiscalía General de la República (FGR) no ha podido confirmar si está muerto, como afirmó su hijo José Juan Esparragoza Jiménez, El Cora.
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Desde 2014, corrió el rumor de que El Azul había muerto a causa de un infarto. No obstante, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) no pudo comprobar su deceso.
Esparragoza Jiménez fue detenido en dicho año y ante un juez federal aceptó ser el hijo de El Azul, y declaró que su padre acababa de morir.
Otros de los delincuentes que ya no son considerados como objetivos prioritarios están relacionados con las organizaciones criminales de Los Zetas y La Línea, y las bandas de secuestradores La Flor y Los Bayardo.
Los funcionarios consultados indicaron que otro de los que eran objetivos de prioridad es Juan Pablo Ledezma, El JL, señalado como líder absoluto de La Línea, brazo armado del cártel de Juárez, y por quien se ofrecía una recompensa de 15 millones de pesos.
Comentaron que a esta persona se le atribuyen múltiples asesinatos en Ciudad Juárez, Chihuahua, en la lucha que mantiene contra las células del cártel de Sinaloa, pero hasta hoy no se ha podido determinar su paradero y mucho menos confirmar algunas versiones que afirman que está muerto.
Un operador más de La Línea y considerado dirigente del grupo criminal es Juan Pablo Guijarro Fragoza, El Mónico, implicado en diversas matanzas, y quien también salió del radar federal.
De Los Zetas, está Maxiley Barahona Nadales, El Contador o Z-19, uno de los fundadores de esta organización criminal y de quien se presume era uno de los más cercanos al capo Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, y cuya presencia delictiva se documentó en los estados de Tabasco, Chiapas y Veracruz.
De igual manera, Óscar Morales Alvarado y Raúl Jaime Santamaría Méndez, integrantes de la banda de secuestradores La Flor, involucrados en el secuestro y homicidio del hijo del empresario Alejandro Martí, así como del adolescente Antonio Equihua, crímenes cometidos en 2008 y 2009, respectivamente, en la Ciudad de México.
Por ambos presuntos delincuentes, la PGR ofrecía una recompensa de 15 millones de pesos por cada uno.
A la lista se suma Mario Alberto Bayardo Martínez, El Jalisco, líder de la banda de secuestradores Los Bayardo, considerado uno de los delincuentes más violentos, quien desde hace 19 años no ha sido localizado.
Mario Alberto es familiar del ex inspector de Operaciones de la Policía Federal Preventiva (PFP) y testigo colaborador e informante de la DEA, Edgar Enrique Bayardo Del Villar, quien fue ejecutado en una cafetería de la colonia del Valle, en la Ciudad de México, en 2009.
Bayardo del Villar estuvo en su momento también adscrito al área antisecuestros de la PGR, cuando Mario Alberto era buscado.
RM