Cuna del fusil Barrett, fábrica impenetrable

Murfreesboro, Tennessee. Hace 38 años su fundador instaló un taller que hoy beneficia, entre otros, a los cárteles mexicanos.

El fusil Barret se ha convertido en el favorito de grupos criminales mexicanos.
Melissa Del Pozo
Nashville, Tennessee /

El arma más letal del narco mexicano se ensambla aquí, a cincuenta millas de la ciudad de Nashville, Estados Unidos,  la capital de la música country. Es sobre la carretera 50, a tiro de piedra de las Grandes Montañas de Humo en donde Ronnie G. Barrett construyó un imperio que hoy beneficia a los cárteles mexicanos de la droga con un rifle tan letal que no existe defensa alguna en su contra. Se trata del Barret calibre 50, el fusil preferido del Cártel de Sinaloa.

Desde hace 38 años, Ronnie instaló un taller para fabricar armas en Murfreesboro, una ciudad al sur de la capital de Tennessee con apenas 100 mil habitantes, en su mayoría anglosajones nacionalistas acostumbrados a tener armas en sus autos, casas y cocheras.

El taller creció. Hoy es la fábrica más grande de armas en la nación americana, resguardada por el ejército, alambres de púas y cámaras de seguridad que la hacen impenetrable. De aquí han salido cientos de rifles descubiertos en territorio mexicano, lo mismo al norte, como al sur. Se trata de fusiles que han acabado con la vida tanto de narcotraficantes como de elementos de las fuerzas armadas.


¿Y el responsable? Es Ronnie Barrett, miembro honorario de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), quien diseñó el primer rifle de francotirador calibre .50 después de observar una ametralladora Browning montada en un bote.

John C. Killorin, un ex agente especial de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), llamó al rifle de Barrett "un arma devastadoramente poderosa contra la cual la mayoría de las tropas de las fuerzas del orden, tiene cualquier medio de defensa ".

Barrett en cambio describió su invento como “un juguete para un niño grande ".

La Barret calibre .50 tiene un alcance efectivo de casi tres kilómetros, puede perforar armaduras, y derribar helicópteros con precisión del 98 por ciento sobre el objetivo. De ahí que sea el rifle predilecto de las agencias estadunidenses y de los ejércitos de 73 países del mundo, además favoritas de las organizaciones terroristas como Al Qaeda.

El pasado 17 de octubre, cuando se capturó y luego liberó a Ovidio, el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, los sicarios del cártel de Sinaloa se dejaron ver en las calles de Culiacán con esta poderosa arma.

Apostados en el piso como francotiradores profesionales, los integrantes del cartel dispararon a militares y policías. También se pasearon en camiones de redilas armados con el potente rifle, como si fuese un tanque de guerra.

Incluso en audios difundidos a través de las redes sociales y donde se perciben las conversaciones entre integrantes de ese cartel, un hombre al mando da indicaciones a otro para “tirar con el 50”, el arma que fabrica Barret en esta ciudad del sureste americano.

En Murfreesboro la compra de armas es tan regular cómo lo es en casi todo el estado de Tennessee, cuna del legendario músico Jhony Cash, pero también donde se fundó la organización supremacista Ku Kux Klan en 1865, en el poblado de Pulaski, al sur del estado, colindante con Alabama.

El ex concejal en Nashville Fabian Bedne asegura que buena parte de las armas que se comercializan en el estado se hacen a través del comercio entre particulares, en donde la legislación local no tiene injerencia.

“Y es que una persona con licencia para armas de grueso calibre puede adquirirlo con todos los permisos, pero con el paso del tiempo esa arma llega a manos incorrectas a través de la compra-venta entre particulares, que aquí no se vigila, ni se persigue”, dice en entrevista Bedne.

El trasiego de las armas de alta potencia, dice Bedne, si está regulado fuera de Tennessee, especialmente en estados donde la legislación “no es tan laxa como la nuestra”.

El año pasado Bedne y el legislador Mark Stewart promovieron una ley de regulación local para frenar la compra-venta en sitios abiertos, como los son las ferias y los mercados de armas móviles, pero buena parte de las empresas organizadoras se ampararon y podrían organizar dichos eventos en 2020.

Amy Jackson de la organización Moms demand action for gun sense señala que la accesibilidad que tiene en Estados Unidos a las armas ha abierto la puerta también a la inmersión de los cárteles y pandillas que distribuyen droga en este estado, específicamente en los condados de Franklin y Memphis, en donde con más frecuencia se dan enfrentamientos y asesinatos.

Apenas el año pasado, un comando armado irrumpió en una tienda de armas y robo un arsenal de 400 armas. La policía local reportó que unas 30 eran armas de grueso calibre, de la marca Barret entre ellas.

Las autoridades locales también han reportado el incremento de robo de armas en las casas y autos de los residentes en Nashville, Memphis y Knoxville. De octubre de 2018 a octubre pasado 600 armas fueron robadas de automóviles, 40 por ciento más que los reportes hechos el año pasado.

El gobierno de Tennessee ha comenzado una campaña en esas ciudades para que los portadores de armas no las dejen al interior de los automóviles y las carguen consigo. 

Para Badne, la nueva política es una “locura más, promovida por los seguidores del Donald Trump”, quien dice ha propiciado una psicosis en el estado, de terror a las minorías, haciéndoles pensar que les vamos a quitar sus empleos, “aunque con sus armas, sigan quitándole la vida a cientos de familias en México”.

RLO

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