Mientras los hermanos Venancio y Jaime Santiago continúan delicados, pero estables en el Hospital Universitario, los cuerpos de los dos albañiles que fueron ultimados a tiros por elementos de la Fuerza Civil en el sur de Monterrey, fueron trasladados a su natal Aquismón, San Luis Potosí.
La tarde del martes les dieron el último adiós a Gregorio Santiago Margarito y a Claudio Reyes en el panteón de la comunidad Unión de Guadalupe, en la Huasteca Potosina.
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Cerca de allí se ubica el famoso paraje “El Sótano de las Golondrinas”, donde ambos, además de Venancio y Jaime, hermanos a su vez de Gregorio, eran guías turísticos certificados con conocimientos en rapel.
Para el traslado de los restos fue determinante el apoyo económico del Ayuntamiento de Aquismón.
Los familiares de los cuatro albañiles dijeron mantenerse firmes en su exigencia de justicia, pues no desean que el caso quede impune.
Gregorio tenía 20 años de edad y dejó un niño de un año. Claudio, por su parte, murió a los 41 y tenía una niña de 4 años de edad.
Ante la ausencia de turismo en “El Sótano de las Golondrinas”, Claudio llegó a Monterrey hace dos meses y encontró trabajo de albañil.
Hace dos semanas les recomendó a sus primos trasladarse también a Nuevo León, pues había empleo para ellos.
La madrugada del sábado 26 de septiembre tuvieron un altercado con oficiales de Fuerza Civil en la construcción donde laboraban, en la colonia Los Cristales, y fueron baleados por los policías.
En una rueda de prensa realizada en la organización Zihuame Mochilla A. C., que apoya a comunidades indígenas que sufren actos de discriminación en Nuevo León, las asociaciones civiles pidieron justicia para los trabajadores, la reparación del daño y la remoción de los elementos de la corporación policiaca del Estado.
Exigen justicia
Asociaciones civiles y familiares exigieron esclarecer los hechos y brindar justicia para los familiares de los dos albañiles que murieron a balazos y los otros tres que fueron heridos, en una acción de elementos de Fuerza Civil.
En una rueda de prensa realizada en la organización Zihuame Mochilla A. C., que apoya a comunidades indígenas que sufren actos de discriminación en Nuevo León, las asociaciones civiles pidieron justicia para los trabajadores, la reparación del daño y la remoción de los elementos de la corporación policiaca del Estado.
Las organizaciones lamentaron la muerte Gregorio Santiago Margarito y Claudio Francisco Martínez, así como las heridas de Jaime Santiago Margarito, Venancio Santiago Margarito y Felipe Martínez Martínez, quienes fueron atacados el pasado 26 de septiembre.
“Es un hecho a manos de policías pertenecientes a Fuerza Civil, quienes, en un total abuso de autoridad y uso desmedido de la fuerza, dispararon en contra de las personas que se encontraban desarmadas y conviviendo de manera pacífica, sin que mediara razón alguna para la agresión”, leyeron las asociaciones.
Carmen Farías, representante de Zihuame Mochilla, manifestó su repudio total a los hechos sucedidos en contra de los jóvenes originarios de San Luis Potosí, quienes tenían apenas 15 días en la ciudad, luego de que emigraran por falta de trabajo.
Galileo Hernández Reyes, de Procuración de Justicia Étnica, lamentó la falta de conciencia y la deficiente actuación de los policías de Fuerza Civil.
“Es un hecho muy grave donde se involucran cuerpos de seguridad que en teoría tienen una capacitación y gastan mucho dinero en capacitación, y no es justo que se estén dando este tipo de situaciones.
“Ayer dijeron que era una persona que había reaccionado, fueron 13 balazos, uno reacciona con un balazo, en una lógica básica, hoy hay una nueva versión de que fueron dos personas que reaccionaron, nos preocupan estas versiones contradictorias, queremos que la Fiscalía haga su trabajo de forma correcta”, expresó.