En 14 cárceles de la Ciudad de México, cerca de un millón pesos, más de nueve mil celulares y alrededor de 3 mil 900 mil chips telefónicos han sido decomisados por autoridades capitalinas a los reclusos de estos centros entre enero de 2019 y julio de 2022.
De acuerdo con un informe de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), obtenido por MILENIO vía transparencia, los reclusorios Norte y Oriente, así como el penal varonil de Santa Martha Acatitla y el Módulo Diamante, zona de máxima seguridad de este último, concentran la mayoría de los aseguramientos realizados por la policía y la Secretaría de Gobierno cuando tenía a cargo las prisiones de la ciudad.
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El documento firmado por el comisario Pablo López Jaramillo, director ejecutivo de Seguridad Penitenciaria, señala que desde el inicio de la presente administración se han asegurado 962 mil 703 pesos en efectivo, de los cuales el 64 por ciento fueron incautados en apenas tres prisiones.
El reclusorio Norte, cárcel caracterizada por resguardar a ex funcionarios federales y locales, encabeza el registro con una suma de 263 mil 804 pesos; le sigue el reclusorio Oriente con 205 mil 481 pesos; posteriormente, el Centro Varonil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla, con 147 mil 687 pesos.
La cantidad de celulares decomisados es otro rubro que destaca en el informe de la policía, ya que en lo que va de la gestión de Claudia Sheinbaum suman un total de 9 mil 135 equipos decomisados, cantidad de la cual el reclusorio Oriente posee el 30 por ciento con 2 mil 745.
A ese último le sigue el Módulo Diamante, zona de máxima seguridad del penal varonil de Santa Martha Acatitla que alberga a presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación, cártel de Sinaloa, entre otros, y donde se han asegurados mil 579 teléfonos; después está el reclusorio Norte con mil 398; la Penitenciaria de la Ciudad de México con mil 101; y el reclusorio Sur con mil 42.
En cuanto a los chips telefónicos, la cantidad asegurada asciende a 3 mil 939 decomisados en 14 cárceles de la capital, registró que lidera el reclusorio Norte con mil 886, lo que equivale al 40 por ciento del total de este rubro, muy por arriba de la Penitenciaría de la Ciudad de México, con 625 y el reclusorio Oriente con 438.
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Estos decomisos al interior de las presiones se desprenden de 89 operativos ejecutados por autoridades capitalinas y 54 mil 592 revisiones donde, entre otros, también se han incautado dos armas completas (sin que se especifique qué tipo), una en partes y 36 cartuchos en el reclusorio Oriente.
Sobre estos aseguramientos, el especialista en seguridad nacional Armando Rodríguez, consideró que la cantidad de dinero y el acceso a recursos como celulares para los reclusos representa el “descontrol” que hay en la supervisión de los reclusos en los centros penitenciarios del país, así como las redes de corrupción de funcionarios de diantos niveles que le permite a los internos contar con “privilegios”.
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“Estos centros, más que centros de reclusión o de transformación social, han sido ya desde hace tiempo controlados por el crimen organizado, enfocados por la corrupción y, además, centros de actividades criminales altamente predatorias sobre la sociedad”.
“El mayor problema es que existan privilegios a través de la corrupción, que les permitan ingresar, además de los teléfonos celulares, quizás aún más los chips porque el cambio de chips constantemente impide llevar a cabo rastreos dentro de las acciones que buscan identificar a quienes están perpetrando las extorsiones o secuestros (virtuales) desde el interior de los centros penitenciarios, y afuera también, pero el descontrol es uno de los puntos más nodales”, dijo en entrevista con MILENIO.
Destacó que la falta de control sobre la población privada de la libertad es que en diversos penales federales y estatales no existen criterios para separar a los reclusos de acuerdo con su perfil criminológico, los cuales deberían de considerar desde el delito por el que están internos, sus trayectorias y las redes de complicidades que pueden construir dentro y fuera de las cárceles.
“No hay una separación, la separación implica en que estén en áreas restringidas y parece más bien que estas áreas restringidas son áreas de privilegio donde se vuelven a reunir los integrantes de las bandas criminales que desarticulan en la calle, pero se reúnen de nuevo dentro del centro y eso les permite llevar a cabo un proceso de reorganización interna y empezar a activar estas redes hacia afuera”.
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Además, recordó que por lo menos desde hace 10 años las cárceles han sido consideradas como centros para la comisión de delitos como extorsión telefónica y secuestros virtuales y, recientemente, de actividades relacionadas con cobro de piso, por lo que dijo que es fundamental que las autoridades recuperen el control de los penales como parte de la estrategia de seguridad contra la delincuencia organizada.
“Es una acción fundamental recuperar el control sobre los centros penitenciarios para que esto también influya sobre la estrategia de seguridad y los resultados, y como decía hace un momento, si se logra retomar ese control es muy probo que se pueda incidir en el problema de la extorsión telefónica y de los secuestros virtuales”.
DMZ