Alumnas del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara, denunciaron la existencia de una banda, denominada Los Tornillos, que agrede sexualmente a las estudiantes.
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Daniela, estudiante de19 años de la licenciatura en Médico Cirujano Partero, señaló que uno de ellos abuso de ella el 23 de enero.
“(Jafet) se sube encima de mí, me empieza a tocar y quitar la ropa, a morder la piel en todas las partes del cuerpo, me lastimó y me dejó todos sus dedos marcados”, narró y recordó que tres compañeros más se dieron cuenta y no hicieron nada.
“Llegaba un punto donde yo ya no respiraba, ya se empezaba a nublar la vista y él retiraba sus manos; yo volvía a respirar y él me apretaba, eso lo hizo unas ocho veces. Yo me me puse a rezar y dije: ‘me va a matar’”, relató.
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Ese día, Daniela realizaría junto con ellos un proyecto sobre Fisiopatología en una casa de asistencia donde viven dos de los involucrados.
En entrevista, señaló que no se atrevió denunciar por temor y vergüenza, pero al enterarse que ocurrió lo mismo con otra estudiante, identificada como Grecia, decidió hablar.
Una amiga, la única a la que confió lo sucedido, le contó que Jafet, Juan Pablo y uno más violaron Grecia en la misma casa el 23 de febrero. “Te salvaste de que te violaran en bola”, le dijo.
Jafet y Juan Pablo la invitaron a la casa de asistencia para que ahí la recogiera su madre. Fue cuando se aprovecharon de ella en la casa de asistencia entre Clemente Aguirre y López Cotilla, en la colonia La Perla, de Guadalajara, para abusar de ella.
Indagatorias
La Defensoría de Derechos Humanos de la Universidad de Guadalajara reconoció que “hay más casos, pero que no podía externarlos”, señaló Daniela.
En tanto, Jafet y Juan Pablo están suspendidos, pero amparados bajo el argumento de que la universidad les niega su derecho de estudiar.
Por el caso de Daniela, la Fiscalía abrió la carpeta de investigación 28885/2019. El Ministerio Público otorgó dos órdenes de protección en favor de Daniela, pero señaló que la siguen acosando.
La joven pidió apoyo a la diputada Mara Robles y al coordinador de la carrera de Medicina, Víctor Lara, quienes le sugirieron pedir licencia.
“¡Y por qué tengo que ser yo la que pida licencia?, si no soy la violadora, yo no soy la que abusa, no soy la que encierra a las mujeres para torturarlas sexualmente”, reclamó.
La Comisión de Responsabilidades y Sanciones y el Consejo General Universitario no se han pronunciado al respecto.
SRN