La vida de Maricruz cambió drásticamente desde el pasado 27 de mayo cuando su esposo, Antonio Guerra Bernabé, desapareció de su casa ubicada en el fraccionamiento Campestre Las Palomas, en Zapopan.
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Desde que denunció y presentó pruebas ante la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas del Estado de Jalisco sobre quienes podrían estar detrás del caso, la mujer y sus tres hijos corren peligro.
“Tengo miedo, porque ahí han ido las camionetas extrañas, se paran afuera de mi casa horas, están checando y ya realizaron disparos”, hace 15 días, denunció. Llamó a la policía, pero “tardaron en llegar”. La mujer y sus hijos cuentan con medidas de protección que vencen el próximo 22 de agosto.
En entrevista, explicó que el día 27 de mayo su esposo llegó a comer a la casa. Le comentó que había visto dos camionetas sospechosas afuera del domicilio, pero no le tomó mayor importancia.
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Ella se retiró para llevar a su hija a la escuela, pero cuando regresaba a su casa por la carretera a Colotlán, se encontró la camioneta de su esposo, que era manejada por otro hombre.
“Era un señor pelón, de barba de candado, moreno claro, robusto y de camisa blanca”, reveló entre sollozos.
A la fecha, Maricruz ha llevado al ministerio público videos del trayecto que siguieron las tres camionetas que se presume utilizaron para privar de la libertad a su esposo. También entregó fotografías y copias de los gastos que han hecho con la tarjeta de su esposo. Los últimos movimientos fueron del pasado 19 de julio.
Antonio Guerra Bernabé, tiene 49 años y se desempeñaba como jefe de seguridad y apoderado legal del grupo gasolinero Alpez.
El vehículo de su esposo era propiedad de la empresa y apareció tres días después en un fraccionamiento que se llama Tierra.
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“Preguntando con los vecinos de ahí quien la dejó y como la dejaron, me comentaron que se quedó desde el lunes entre 4 y 6 de la tarde”, apuntó.
La señora dijo que el padre de sus hijos, tuvo problemas con una clienta de una gasolinera que lo amenazó de muerte, porque le pusieron diésel en vez de gasolina. Le repararon su vehículo, pero nunca quedó conforme. La mujer, lo llevó a otro taller y quería que le pagaran lo que gastó, pero Antonio se negó argumentando que ya se le había hecho una reparación.
“La señora le dijo que con ella no se jugaba, que ella tenía quien le cuidara las espaldas y que se iba arrepentir de lo que le había hecho. Lo empezó a insultar, amenazarlo y grabarlo con su celular y a la semana, mi esposo desapareció”, expresó desconsolada.
Este incidente se lo comentó a la Fiscalía del Estado, pero tampoco lo han indagado. Por este caso se abrió la carpeta de investigación 19211/2019. “Vivo aterrada. Ya son 81 días de angustia y desesperación”.
SRN