De ser encontrado culpable, Serafín Zambada Ortiz, el hijo mejor de Ismael Zambada García, líder histórico del cártel de Sinaloa, podría alcanzar de uno a cinco años de prisión, ya que sólo se le acusa de traficar 500 gramos de cocaína junto con otros presuntos cómplices que no son señalados en el expediente de la corte de San Diego, donde enfrentará su proceso legal.
De 23 años, el joven hijo de uno de los narcotraficantes mexicanos más buscados por la DEA y el FBI, cruzaba habitualmente la frontera hacia Estados Unidos gracias a que cuenta con documentos de ciudadano estadunidense, pues nació en la ciudad de Coronado, San Diego, California, el 27 de mayo de 1990.
Y fue precisamente en la Corte del Distrito Sur de California, en San Diego, donde se le libró la orden de aprehensión que llevó a la DEA, el miércoles 20 de noviembre pasado, a detenerlo en la garita de cruce De Concini, en Nogales.
Según fuentes cercanas a la familia, Serafín iba con su esposa Yamelí Torres Acosta a Estados Unidos a realizar compras navideñas; se sabe que el hijo de cuatro años que tienen no estaba con ellos a la hora del arresto. A Yamelí la liberaron al no tener cargos por ningún delito.
Sin embargo, a Zambada Ortiz le comunicaron que tenía un requerimiento del juez de San Diego con fecha del 27 de septiembre, es decir, apenas de dos meses atrás.
Esta detención significa un nuevo golpe para la familia Zambada de parte del gobierno estadunidense, que mantiene bajo proceso a Vicente Zambada Niebla, el hijo mayor del Mayo, en una corte de Chicago, acusado de traficar toneladas de cocaína en una red internacional de narcotráfico que incluye a más de 40 personas, entre las que destacan Joaquín El Chapo Guzmán, su hijo Alfredo, y los mismos Zambada: Ismael y Vicente.
El expediente 13CR3575, que la Corte de San Diego hizo público tras la aprehensión de Serafín, no da detalles del grupo de supuestos cómplices con los cuales se reunió para traficar drogas.
Por eso las primeas lecturas que despertaron en Sinaloa la temprana detención del Sera fue que se trata de un golpe mediático de la DEA en contra de los Zambada, después de que en Chicago se hicieran públicas las mociones de defensa del Vicentillo, que ha sacudido violentamente la credibilidad de las agencias de combate al narcotráfico en Estados Unidos.
El telón de fondo, más allá del arresto del Serafín, que según sus abogados tiene ventajas en el juicio, es el caso de su medio hermano, Vicente, el Niño.
La acusación de uno y otro son tan abismales como que la del primero puede compararse con un delito parecido al narcomenudeo, mientras que la del segundo con una conspiración que involucra a cientos de personas, redes, toneladas de droga, equipos aéreos, de navegación, de comunicación, y de corrupción a gran escala en México y Estados Unidos, así como testigos que fueron socios pasados y que hoy están en manos de los fiscales dispuestos a rendir testimonio.
Pero sobre todo, destaca la escandalosa acusación de la defensa del Vicentillo en el sentido de que el cártel de Sinaloa tenía "carta blanca" para traficar drogas siempre y cuando la DEA fuera privilegiada con información de grupos contrarios y capos del mismo cártel.
De hecho, la DEA aceptó oficialmente que ocurrió una reunión entre Vicente y dos agentes en el hotel Sheraton de la Ciudad de México horas antes de su arresto, pero nunca ha admitido que le ofreció inmunidad ni protección a la organización.
El juicio, ventilado en la Corte del Distrito Norte de Chicago, ha sido aplazado una y otra vez por el juez Rubén Castillo desde hace dos años, lo que en meses pasado despertó la sospecha de que por fin la defensa de Zambada Niebla y la fiscalía habían llegado a un acuerdo con una sentencia cómoda para el hijo del Mayo.
Incluso el cambio de reclusorio, de uno de máxima seguridad a uno de mediana fue el primer indicio de que el caso estaba negociado.
Sin embargo, el inesperado arresto de Serafín se configuró como un golpe contra Ismael Zambada, de 65 años, que en los últimos meses, según familiares cercanos, ha resentido emocional y físicamente la tragedia del hijo preso en Estados Unidos, al grado de que se habla de que ha sido hospitalizado un par de ocasiones en una clínica privada de Culiacán.
"Es mi hijo. Lo lloro", le dijo en 2010 el Mayo al periodista Julio Scherer. Y sí, es del dominio público las recaídas que le han minado la salud, agravada por una enfermedad crónica que padece desde hace años. El Vicentillo, el Niño, va para cinco años en prisión, y los cargos que enfrenta son tan graves que de encontrársele culpable le podrían dar cadena perpetua.
Zambada García, visto como un patriarca del narco en Sinaloa, tiene además otro hijo que ha sido perfilado como sucesor del Vicentillo, de nombre Ismael Zambada Imperial, conocido como Mayito Gordo, quien aparece en fotografías con Serafín y otros integrantes del grupo de sicarios "Los Ántrax", y el Mayito Flaco, de nombre Ismael Zambada Sicairos, quien a diferencia de sus otros medios hermanos se mantiene fuera de la escena pública.
Además, el Mayo tiene otras cuatro hijas con Rosario Niebla Cardoza: María Teresa, Miriam Patricia, Mónica del Rosario y Modestra, todas testaferros de las empresas legales de Ismael, y que han sido "boletinadas" por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El historial de Serafín
Serafín es hijo de Leticia Ortiz, una de las mujeres de Zambada, con quien tiene otra hija menor que el Sera.
En Sinaloa, al juniors se le conocía más por sus andanzas en la llamada "farándula buchona", de lujos y excesos mafiosos. "Los Mayitos", él y sus hermanos, eran más bien vistos como narcojuniors que se daban la gran vida en las zonas costosas de la ciudad.
Sin embargo, en Culiacán no se le conocían actividades criminales, según las autoridades locales no existe ningún expediente penal en su contra más allá de narcocorridos, fotografías en las redes sociales y comentarios que él mismo vertía en estos sitios, como Metroflog, Facebook y Twitter.
En 2010 se casó en una fabulosa boda con Yameli Torres Acosta, hija de Manuel Torres Félix, alias El Ondeado, hermano de Javier Torres, recientemente repatriado de Estados Unidos al cumplir una sentencia de ocho años por tráfico de drogas y preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano. Así, los Torres Félix se emparentaron con los Zambada.
El padre de Yameli fue abatido por elementos del Ejército en una zona oculta en la montaña de la comunidad de Oso Viejo, sindicatura de Quilá, en septiembre de 2012.
A Serafín se le podía ver en lugares públicos como cafés y centros comerciales, incluso era del dominio público que estudiaba en la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa, plantel ubicado por la carretera Culiacán-Eldorado.
Versiones de cercanos señalan que Serafín es más bien de carácter tranquilo, aunque a la facultad acudía en ocasiones con guardaespaldas armados.
Se le podía ver acompañado de Yameli y su pequeño hijo en sitios como Costa Rica y El Salado. "El Sera es más de la familia, no tanto andar en el desmadre", comenta una persona conocida.