En medio del dolor por la pérdida de su hija adolescente, la señora Priscila Lomas parece estar un poco más tranquila al saber que el supuesto homicida se encuentra en la cárcel.
De alguna forma reconoce la decisión que tomaron las autoridades de enviar al penal del Topo Chico al ex novio de la joven, al sustituir la medida cautelar de arraigo domiciliario por prisión preventiva.
Es la historia de Betania Nayeli Hernández Lomas, quien murió tras ser atropellada por quien hasta hace un año fue su novio, en la comunidad de San José de Raíces, en el municipio de Galeana.
Ezequiel B., de 19 años, fue notificado de la medida durante una audiencia en el juzgado.
“Pues sí, ya lo detuvieron ayer (el miércoles) en Montemorelos. Lo llevaron al penal del Topo Chico, y todo hace parecer que sí va a haber justicia”, comentó la señora Priscila Elizabeth.
Betania contaba con 17 años y tenía toda una vida por delante.
“Muy alegre. Le gustaban mucho las fiestas. Le gustaba mucho bailar. Andaba riéndose con todo el mundo. Era muy amistosa. Tenía muchas amistades”, dijo su mamá.
Cursaba el segundo semestre de Enfermería, de un total de ocho, en el plantel Cecyte de Galeana.
“Que quería progresar para sacarnos adelante a nosotros, a sus padres, y no vernos siempre viviendo pobres”, aseveró la señora.
Fueron dos años los que duró el noviazgo entre Betania y Ezequiel, el cual culminó a mediados de 2017, debido a que simplemente no se entendían.
“Ella decía que Ezequiel quería regresar con ella, pero como ella se encontró otro muchacho, y era su novio, pues decía que ya no iba a regresar con Ezequiel”, comentó.
La madrugada del domingo 27 de mayo, la adolescente, su novio y una pareja de amigos se dirigieron a la periferia del panteón de Raíces, por simple curiosidad ante el rumor de que en la zona se percibían olores extraños.
De pronto llegó el ex novio como con seis amigos. Visiblemente tomado, Ezequiel conducía una camioneta Cherokee roja, con la que impactó a gran velocidad a la pick up negra que tripulaba el grupo de amigos.
Betania salió proyectada y, en la misma trayectoria, fue arrollada brutalmente por la Cherokee. Del hospital de Galeana la llevaron al Universitario de Monterrey, donde falleció al mediodía de ese domingo.
Los vecinos y familiares de la víctima creen que fue un crimen, un hecho premeditado, y no un homicidio culposo o accidental, como lo calificaron las autoridades.
“A pesar de que él esté donde esté, sus padres lo pueden ver. Lo pueden ir a ver el día que quieran. No sé cómo sean las cosas allí en el penal, pero lo pueden ver. Pero yo… ¿dónde voy a volver a ver a mi hija?”, puntualizó Priscila Lomas.