Un adeudo de 20 millones de dólares que disputaban dos organizaciones criminales internacionales presuntamente fue el motivo del crimen cometido hace cuatro años en Plaza Artz, donde murieron los ciudadanos israelíes Benjamin Yeshurum Sutchi y Alon Azulay, revela un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El documento puntualiza que la Policía Nacional de Israel (PNI) compartió a las autoridades que Sutchi se encontraba en México “arbitrando una disputa” entre facciones criminales, una con base en Israel y alcances en América del Sur y Estados Unidos, y otra en Francia, relacionada con un adeudo de 20 millones de dólares.
“Sutchi habría determinado que la facción francesa tenía la razón, lo que obligaba a la israelí a pagar. Esto habría motivado la contratación de sicarios para la ejecución de Sutchi”, detalla el documento dado a conocer por los hacktivistas de Guacamaya.
De acuerdo con la PNI, al momento de la agresión, las víctimas se encontraban reunidas con una mujer de origen francés, quien los habría citado en el restaurante para acordar el pago del adeudo.
Los datos recabados por la Secretaría de la Defensa Nacional indican que en las primeras entrevistas a la esposa de Ben Ami, realizadas por la Policía de Investigación (PDI) de la Ciudad de México tras el atentado, ella señaló que el homicidio pudo derivar de una deuda de varios millones de dólares que le debían a su esposo y a sus socios, sin señalar el motivo de la deuda ni las actividades que realizaba su pareja.
El informe establece que una fuente de la comunidad israelita en la Ciudad de México compartió que Alon Azulay formaba parte de una estructura delictiva dedicada al lavado de dinero; mientras que Ben Ami era conocido por formar parte de una organización criminal con presencia en Israel y México, cuyos integrantes en nuestro país residían en las colonias Lomas de Chapultepec y Polanco, así como en las zonas de Interlomas y Satélite, en el Estado de México.
También señaló a otro integrante del grupo como Oshi, proporcionando dos números telefónicos, a los que se le dio seguimiento técnico.
El informe en poder de la Sedena menciona que, por inteligencia técnica (monitoreo) a uno de los presuntos integrantes de la mafia israelí en la Ciudad de México, se conoció que el homicidio derivó por el cobro de un adeudo entre grupos criminales de Israel.
“En la conversación con interlocutor, el judío confirmó que en la reunión participó una mujer identificada como ‘Vanessa’ y refirió que indemnizarían a la esposa de Alon Azulay con ‘10 grandes’, en posible referencia a millones de dólares”, señala el informe.
La principal línea de investigación establece que el homicidio de los israelíes el 24 de julio de 2019, derivó del cobro de una deuda entre facciones de la mafia israelita por varios millones de dólares, presuntamente transferidos a México a un posible prestanombres integrante de una red de lavado de dinero, quien se encargaría de triangular los recursos.
Para evitar el pago del adeudo, especifica el documento, los autores intelectuales del homicidio habrían contratado a sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Por la destreza en el manejo de las armas de fuego, es posible que los sicarios hayan recibido adiestramiento en los campamentos utilizados por el CJNG para entrenar a sus sicarios. Se conoce que en la zona serrana de Puerto Vallarta, Jalisco, Gonzalo Mendoza Gaytán, El Sapo, líder regional de la organización, dirige campamentos de adiestramiento”, añade el informe.
Antecedentes
El 24 de julio de 2019 fueron asesinados los israelíes Alon Azulay y Benjamin Sutchi, en un restaurante de la Plaza Artz, al sur de la Ciudad de México.
En el lugar fue detenida Esperanza Gutiérrez Rojano, una de las presuntas coautoras materiales del homicidio cuando pretendía huir del lugar.
En los videos del centro comercial se advierte la participación de al menos cuatro sujetos más en el homicidio: dos al interior del restaurante y dos más en el acceso principal de la plaza.
Asimismo, en la escena la PDI recuperó un equipo telefónico que posteriormente se supo que pertenecía a Diego Hernández, Mauri.
En sus primeras declaraciones a la PDI, Gutiérrez Rojano se identificó como “Mariana” y comentó que fue contactada por Diego Hernández, quien coordinó al grupo de sicarios para llevar a cabo el homicidio de los israelitas junto con otro sujeto conocido como Baiba.
Añadió que Mauri le proporcionó cuatro números de tres sujetos que también participarían en el homicidio: Carlos Medina, Yuca; Canelo y Bryan Tra.
EHR