Roberto Fabián Miranda, El Betito, asumió el control absoluto del cártel La Unión de Tepito, que opera como “empresa” y en la que las diferentes actividades ilícitas están encomendadas a un lugarteniente y ocho operadores, quienes se encargan de vigilar los mercados de droga que desarrolló su antecesor Pancho Cayagua, ejecutado el miércoles.
De acuerdo con un ex escolta del extinto fundador de la organización criminal, el actual líder delegó la coordinación de las actividades ilícitas de las zonas que controla a un sujeto identificado como El Pulga, segundo al mando, quien vigila al resto de los operadores que le rinden cuentas del negocio que manejan en colonias de las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.
El Micky realiza tareas de extorsión sobre Eje 1 Norte, correspondiente al barrio de Tepito y colonia Centro; El Perro, El Manzana y El Bryan operan en la colonia Guerrero, mientras que El Huguito y El Elvis son responsables de la colonia Centro y Santo Domingo, respectivamente.
El testimonio del ex integrante de La Unión, al que tuvo acceso MILENIO, refiere que El Chori, uno de los principales sicarios de El Betito, también coordina operaciones ilícitas en la colonia Centro e inmediaciones de La Merced; en tanto que El Pelón, otro de los integrantes de dicho cártel, se encarga de vigilar las tareas en diferentes colonias de la delegación Venustiano Carranza.
Los jefes de célula “laboran” con al menos 50 personas, su sello es la violencia con la que actúan, además de que, según el testigo, gozan de protección mediante la cooptación de autoridades policiales.
Cada uno de estos hombres clave en la estructura criminal desarrollan diferentes actividades desde el trasiego de droga, hasta distribución y vigilancia en los puntos de venta.
Además se encargan de eliminar a aquellos que pretenden ocupar dichas plazas.
La Policía de Investigación de la procuraduría capitalina no ha sido capaz de desmantelar las operaciones de La Unión, que en meses recientes se extendió inclusive hasta Eje Central Lázaro Cárdenas, donde comerciantes aseguraron que continúan las extorsiones y “cobro de piso”.
Por estos hechos, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ordenó investigar a través de los órganos de inteligencia las actividades del grupo criminal.
A la fecha no se han dado a conocer oficialmente detenciones de miembros del primer nivel de estructura de La Unión, organización de las que autoridades capitalinas han rechazado tajantemente que se trata de un cártel.
COMERCIANTE
Según su esposa, Pancho Cayagua era un comerciante asentado en la calle Argentina, número 43, del Centro Histórico, local donde se venden cosméticos, bisutería y otros artículos.
En contraparte, las autoridades tienen abierta una línea de investigación que apunta a que el fundador del cártel La Unión de Tepito dirigía una red de distribución de droga en el Reclusorio Norte.
Informes de la procuraduría y de la Secretaría de Seguridad Pública capitalinas, a los que MILENIO tuvo acceso, revelan que logró cooptar a servidores públicos del sistema penitenciario capitalino para introducir cocaína, mariguana y crack en el penal.
De acuerdo con autoridades, Pancho Cayagua fue víctima de una traición por el liderazgo de la organización criminal.
Admitieron que La Unión de Tepito está vinculada con el narcotráfico a gran escala en Ciudad de México, a través de la reventa de droga a narcomenudistas de la capital.
Además amplió sus operaciones a otras actividades delictivas como extorsión, venta de armas, piratería y cobro de piso. El grupo criminal se dividió tras la detención de Pancho Cayuaga en 2016.
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