Paramédicos del Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas (ERUM) y policías de la Ciudad de México fueron los primeros en llegar. En el Cerro Pico Tres Padres, en el perímetro de Cuatepec, de la alcaldía Gustavo A. Madero, una pareja había caído a un barranco, pero sacarlos implicaba una labor más quirúrgica por lo complicado del terreno.
El 7 de febrero pasado Javier Herrera, paramédico y rescatista aéreo del agrupamiento Cóndores de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), recibió el reporte a través de las frecuencias de radio de la corporación en la que los primeros respondientes indicaron que sería necesario el apoyo de una ambulancia aérea para trasladar a la mujer a un hospital, mientras que el acompañante de ésta había sido atendido en la zona.
Desde el hangar del equipo Cóndores, en la alcaldía Venustiano Carranza, dos helicópteros de la SSC despegaron. En la tripulación de uno de ellos iban cuatro personas: los capitanes Francisco Tamés y Ernesto Viadas, piloto y copiloto respectivamente; el oficial Arturo Conde, operador de la grúa de rescate y Javier Herrera.
Con una diferencia de casi 2 minutos, una de las aeronaves se acercó primero a la zona para valorar la zona del percance y así evitar más riesgos, mientras que detrás sobrevolaba Javier y sus compañeros, quienes recibían instrucciones para descender y salvar a la mujer.
“Se recibió un llamado de auxilio, esto se emite por las frecuencias operativas de la policía de la Ciudad de México y nos hacen la alerta de dos personas que se encontraban perdidas en la zona del Cerro Pico Tres Padres, por lo que se activa un protocolo con personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y el Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas en el que nos informan ellos, al llegar al punto, que se encuentran dos personas lesionadas. En ese momento se activan todos los protocolos. Arriba primero personal del ERUM, ellos valoran la situación y debido a lo complicado del terreno, nos piden apoyo”, cuenta a MILENIO el rescatista aéreo Javier Herrera.
La pareja se encontraba realizando una caminata desde la mañana de ese día, pero sin el equipo y conocimiento necesario para adentrarse en la zona del cerro. Aunque quedaron atrapados, uno de ellos logró pedir ayuda a través del número de emergencias 911.
“En lo que recibimos la llamada y salimos de nuestra base, es un aproximado de siete minutos, en siete minutos ya tenemos que saber las condiciones climatológicas, si es seguro el lugar y la operación que vamos a realizar. Existe una diferencia de dos minutos que es lo que tarda en llegar el primero helicóptero seguido después de nosotros, ellos entran y evalúan en la zona, éste es un helicóptero ambulancia, para que por protocolo, apoyar en labores de rescate en caso de que fuera necesario otro tipo de apoyo. Salimos de nuestra base en el hangar de Cóndores”, recuerda.
Una vez que la tripulación en la que iba Javier Herre llegó, evaluaron la escena. El rescatista descendió para acercarse a la mujer y en un minuto con 20 segundos, fue rescatada y colocada en el interior de la ambulancia aérea.
La mujer tenía fracturas en las extremidades inferiores a consecuencia de la caída, por lo que camino al hospital fue valorada por los paramédicos, mientras se le preguntaba qué fue lo que sucedió y cómo se sentía.
“Me mencionaba que ellos se encontraban en un día de caminata y desafortunadamente desconocían el lugar, pero se aventuraron y al no conocer el terreno tuvieron este accidente. Se veía nerviosa, pero uno debe mantener en calma al paciente (…) el hombre recibió la atención y no necesitaba un traslado especial, afortunadamente no tuvieron lesiones graves, pero fue necesaria la evacuación aérea por el tipo de terreno en el que estaban adentrados. Él fue trasladado en una ambulancia al mismo hospital”, dice Javier Herrera.
El helicóptero voló en un aproximado de cinco minutos del Cerro Pico Tres Padres al Hospital Victorio de la Fuente para que la mujer fuera atendida. “Hicimos un estimado de 12 minutos en lo que tomamos conocimiento de la emergencia, salimos y regresamos al hospital”.
El paramédico platica que desde que recibieron la alerta, ya llevaba una preparación mental “porque sin duda alguna siempre existe algún temor o miedo”, pero, dice, “eso hace reaccionar y estar alerta en nuestras labores”.
Javier Herrea tiene aproximadamente un año de haber concluido el curso de la SSC como rescatista ya que antes al personal del agrupamiento Cóndores se les certificaba por medio de empresas extranjeras “y ahora se tiene este privilegio de una capacitación de nuestros propios compañeros”.
Pese a llevar poco tiempo, reconoce que “es muy diferente la preparación teórica a una experiencia en lo real, pero es parte de lo que te va dando experiencia y uno no se imagina la magnitud, pero gracias a la preparación podemos salir adelante”
“Tenemos mucho este tipo de llamados o alertas, específicamente, fines de semana o días de puente ya que la gente toma estos días para pasear. La verdad es que la gente se aventura y entra en estas zonas que ellos desconocen el terreno y sin ninguna seguridad y solos sin conocer el punto, es por eso que sufren este accidentes”, expresa.
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