Estados Unidos dobla a capos mexicanos y los vuelve 'narcosoplones'

Desde el 2008, importantes líderes del narcotráfico en México han sido orillados o han aceptado dar información sobre sus operaciones a Estados Unidos.

La última detención fue la de Joaquín Guzmán López (Ilustración: Mauricio Ledesma)
Ángel Hernández
Ciudad de México, México /

Washington ha logrado reconvertir a peligrosos capos del narcotráfico mexicano en testigos colaboradores, que mantiene como ases bajo la manga listos para declarar en procesos penales de alto impacto.

Se trata de al menos siete ex narcotraficantes, algunos familiares directos de líderes de cárteles como el de Sinaloa o del Milenio, que ya han mostrado su valor al testificar ante jueces, un camino que podría seguir Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo, ahora que está detenido en Estados Unidos.

Uno de estos ases es Jesús Reynaldo Zambada García, El Rey, hermano de Ismael, El Mayo, Zambada, quien hasta hace una semana era el líder máximo del cártel de Sinaloa.

El Rey Zambada fue detenido el 20 de octubre de 2008 en la Ciudad de México y extraditado en 2012 a Estados Unidos, donde se declaró culpable de varios cargos por narcotráfico.

Su primer testimonio como colaborador fue en 2018, en el juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán. Además de dar detalles de los negocios del líder del cártel de Sinaloa, señaló al ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, de recibir sobornos durante su administración.

Más tarde, a inicios de 2023, también formó parte de los testigos en contra de García Luna, en la misma Corte que vio caer a El Chapo, en Brooklyn, Nueva York.

Otro de los narcos que colaboran en Estados Unidos es Óscar Nava Valencia, El Lobo, quien lideró el cártel del Milenio hasta 2009, cuando fue detenido en México.

Ismael Zambada compadeció ante una corte federal de Texas:

Su extradición se concretó a inicios de 2011, e hizo su aparición como colaborador de las autoridades en el juicio en contra de García Luna, en Nueva York, tras haber también llegado a un acuerdo de culpabilidad.

En el caso de Sergio Viallrreal Barragán, El Grande, quien era un operador del cártel de Sinaloa que fue detenido en 2010, el gobierno de Estados Unidos asegura que en México solicitó entrevistarse con la DEA para ofrecer su colaboración.

Testificó primero contra el ex policía federal, Iván Reyes Arzate, juzgado por narcotráfico en Estados Unidos. Y después contra el ex secretario de Seguridad Pública, García Luna, en Nueva York.

El Grande recuperó su libertad en 2019 luego de declararse culpable de narcotráfico y de las autoridades estadounidenses se le tomara en cuenta como pago de su condena los nueve años que estuvo detenido en México antes de su extradición.

En 2019 dos narcotraficantes de alto calado salieron de prisión. Junto a El Grande, salió Harold Poveda Ortega, conocido como Conejo.

Comparecencia del Mayo Zambada duró seis minutos:

Fue detenido en 2010 y extraditado a Estados Unidos en 2012. Como ocurrió con el resto, llegó a un acuerdo de culpabilidad que incluyó su colaboración activa. También formó parte de los testigos del gobierno estadunidense en contra de García Luna.

Tirso Martínez, El Futbolista, fue detenido en febrero de 2014, en Guanajuato. Es identificado como un ex narcotraficante independiente, con vínculos con el cártel de Juárez y el cártel de los Beltrán Leyva. El siguiente año fue extraditado a Estados Unidos, y llegó a un acuerdo de culpabilidad por narcotráfico. Para 2023 su nombre volvió al público tras testificar contra Genaro García Luna sobre cómo es que el cártel de Sinaloa traficaba drogas escondidas en diversos vehículos que entraban a Estados Unidos.

Elpidio Mojarro Ramírez, El Pilo, nunca fue detenido oficialmente en México. Llegó a Estados Unidos en 2018, donde se rindió a las autoridades para declararse culpable de tráfico de cocaína y volverse un soplón. Ya ha declarado contra dos miembros de Los Cuinis, aliados del cártel Jalisco Nueva Generación, y un narco independiente: Raúl Hernández Flores, El Tío.

Antes de su colaboración, estuvo a punto de liderar al Cártel del Milenio, pero Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, se interpuso en su camino.

José María Guízar Valencia, el Z43, fue detenido en 2018 y después extraditado a Estados Unidos, donde se declaró culpable y comenzó a detallar las operaciones de Los Zetas, antiguo brazo armado del cártel del Golfo.

Actualmente se desconoce su estatus, pero ya ha colaborado en contra de Gerardo González Valencia, un miembro de Los Cuinis, del CJNG.

aag

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