Ángel Domínguez Ramírez Jr. fue sentenciado este martes a 16 años y 3 meses de prisión. La fiscalía de la Corte Federal del distrito sur de California había pedido al juez William Hayes que se ubicara en el rango de entre los 21 a los 27 años, mientras que su defensa consideró que una condena de 10 años era suficiente.
Dado que el juez Hayes ordenó también que se le tome como crédito de sentencia desde el momento de su detención el 3 de noviembre del 2016 cerca de Querétaro, al acusado le restaría solamente cumplir una década de castigo. Tras de ser extraditado en abril del 2019, apenas en noviembre pasado Domínguez se declaró culpable de un cargo de conspiración internacional para distribuir sustancias controladas y uno más de conspiración para cometer lavado de dinero,
Contando con la doble nacionalidad, Domínguez Ramírez Jr. es considerado por la justicia norteamericana como “el líder de una organización narcotraficante con sede en México que se extendía desde América del Sur a lugares dentro de los Estados Unidos, incluido el distrito sur de California”. Para ellos empleaba una “vasta red de coordinadores de transporte, lavadores de dinero, mensajeros, fuentes de suministro y traficantes de drogas”.
Dicha organización era conocida como Satellite Group Elite 39 o El Seguimiento 39, la cual presuntamente formó alianzas cooperativas con cárteles como el de los Beltrán Leyva, el Jalisco Nueva Generación, el de Sinaloa, del Golfo, pero sobre todo con Los Zetas, donde él inició su carrera delictiva y recibió el mote de Z-39, del cual derivó después en el nombre de la organización que comandaba.
Aseguran los fiscales que El Seg 39 se abrió camino en el mercado del narcotráfico “usando plata, no plomo, a diferencia de muchos otros líderes del narco mexicanos”. Uno de esos presuntos sobornos fue entregado a Iván Reyes Arzate, hoy detenido en Estados Unidos, pero que en 2016 era el oficial de más alto rango de la Unidad de Información Sensible de la Policía Federal y quien otorgó a El Seguimiento 39 valiosa información sobre decomisos y detenciones. Así, la labor de Domínguez y sus conspiradores era la de ser coordinadores o intermediarios de otros grupos delictivos a los que ofrecía servicios como compra y entrega de armas, lavado de dinero, falsificación de documentos y, por supuesto, transporte de cargamentos de droga.
Desde el 2015, el Departamento de Seguridad Nacional investigaba a Domínguez y su Seguimiento 39 al cual le fueron incautados “más de 4 mil 300 kilogramos de cocaína y más de 7 millones de dólares”, en México, Costa Rica, Texas; e Illinois. Un cálculo del informe de libertad condicional señala que “El Seg movió al menos 10 mil kilos de cocaína al año a los Estados Unidos y obtuvo un aproximado de 10 millones de dólares de ganancias de regreso a México.
“Domínguez era el líder incuestionable de El Seg 39 según se desprende de escuchas telefónicas donde se demuestra que controlaba todos los aspectos de su organización”, acusa la investigación. En su papel de manager, el Zeta-39 “no era el narcotraficante promedio”, sino uno que se coordinó con otros delincuentes “de alto nivel para trasladar cantidades considerables de cocaína”, reiteran los fiscales a los que sin embargo conmovió la condición de Domínguez como jubilado de la Marina de los Estados Unidos.
Dicha indulgencia fue aprovechada por la defensa, que en sus alegatos niegan los montos de la droga y el dinero presuntamente lavado por su defendido, aduciendo que tales cantidades vienen de “fuentes dudosas”. Recalcan aquel momento de 1994 cuando al querer esquivar un ciervo, “el sargento Domínguez habiendo completado cuatro años en la Infantería de Marina”, perdió el control del auto donde viajaba con sus dos hijas que murieron en el percance. El traumático momento significó la perdida no sólo de ellas, sino de la carrera militar de este mexicano nacido en Puebla y quien desde los ocho años se trasladó con su madre a vivir a Carolina del Norte.
“Si bien este caso es serio, no es un caso RICO (crimen organizado) ni un caso de cártel en el que no hay denuncias de violencia”, insiste la defensa pese a las evidencias recopiladas por el gobierno. Cuentan cómo, tras del accidente, Domínguez Ramírez Jr, quedó incapacitado para realizar casi cualquier labor y que la marina incluso le negó cualquier capacitación. Y que en esas condiciones fue que aceptó “entregar un cargamento de mariguana” ya en territorio estadunidense, con el cuál, a sus 27 años, iniciaba una carrera delictiva que la tarde de ayer concluyó con la sentencia de 16 años y 3 meses.
“¿Cuánta custodia es necesaria para un veterano de 50 años que durante años, antes de involucrarse (en el narcotráfico), fue un miembro contribuyente de la sociedad y su comunidad?”, preguntó la defensora de Domínguez, Nancee Schwartz
El juez Hayes quedó al parecer conmovido por esa exposición.
DMZ