Ayer por la tarde, dos días después del ataque en el que murieron nueve de sus integrantes, los LeBarón construían en la carpintería de la comunidad los ataúdes para enterrar a sus muertos.
En el panteón de esta comunidad mormona hay pocas tumbas, y es que las autoridades locales aseguran que la masacre del lunes se trató de un hecho aislado.
Este municipio de apenas mil 500 habitantes, es vigilado sólo por policías a bordo de tres patrullas que se reparten entre un comandante para la cabecera municipal, y un comisario y otro uniformado para el poblado de San Miguel.
“Siempre había sido muy tranquilo el municipio, no habíamos tenido presencia de estos grupos (delincuenciales). Nos sentimos consternados por lo que sucedió”, señala Cornelio Vega, alcalde de Bavispe.“Con esos elementos siempre se ha permanecido por muchos años de lo tranquilo que son los pueblos. Nunca se había necesitado más”, asegura.
Las estadísticas gubernamentales le dan la razón: el Sistema Nacional de Seguridad Pública detallan que en los últimos dos años no se denunció ni un solo homicidio, secuestro o extorsión.
Incluso el Inegi revela que en los últimos 28 años, en Bavispe sólo se habían registrado tres asesinatos. Pero el lunes fueron acribillados seis niños y tres mujeres.
Por eso el reforzamiento de la seguridad por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de Claudia Pavlovich: cientos de soldados, elementos de la Guardia Nacional, y policías del estado de Sonora asentados en la cabecera municipal.
Durante día y noche dan rondines por la zona, y en los accesos de los tres poblados de Bavispe instalaron retenes de vigilancia. Un helicóptero de la Policía estatal también realiza sobrevuelos, y es que los culpables de las múltiples ejecuciones están libres...
“Yo siento que ellos todavía están aquí”
En la comunidad LeBarón la conocían como La hija de El Grito porque nació un 15 de septiembre. Aunque por su tono de cabello y sus ojos claros también le decían La mexicana güera.
Rohonita María tenía 30 años y siete hijos. La fotografía con ellos y su esposo fue de las primeras que se difundió de las víctimas de la masacre del lunes en Sonora.
Pero la muerte de Nita -como la llamaba su familia- y de sus gemelos fue de las que más dolió en la comunidad mormona asentada en el municipio de Bavispe.
Y es que los restos de la mujer de 30 años y de los dos bebés de 6 meses de edad quedaron irreconocibles por el grado de calcinación que sufrieron cuando los crimínales atacaron su camioneta y se incendió.
“Ella nació el 15 de septiembre y le decíamos La hija del Grito, porque nació en El Grito, o La mexicana güera, o le decían nopal pintado“, recuerda su madre Shalom Tucker.
En la que fuera casa de Rohonita María, llamado así por herencia de nombre de su abuela y de la enfermera que atendió ese día, Shalom enseña unas fotografías de su hija y su familia: Howard, su esposo, y sus siete hijos.
“Cree en dios, cree en Cristo y estarás listo para recibirlo... Nita escribió ese pensamiento y lo dejó aquí en su habitación, antes de salir a recoger a su esposo al aeropuerto de Phoenix, al que nunca llegó”, exclamó.
Esta tarde, la familia de Rohonita María organizará una misa en su casa en el rancho La Mora para que la comunidad pueda despedirse de ella y de sus gemelos.
“Sus cuerpos, desde el lunes qué pasó el crimen, han estado aquí, en su casa, no pasaron por una morgue ni nada de eso; es una tradición aquí en la comunidad”, revela Adrián LeBarón, padre de Rohonita.
Será hasta el viernes que los restos de Rohonita María y sus gemelos serán trasladados a la colonia LeBarón en el municipio de Galeana, Chihuahua, para ser sepultados y darle el último adiós.
“Yo siento que ellos todavía están aquí, pero yo también pienso que nunca estamos más vivos que los primeros cinco minutos después de morir y ellos están vivos en otra tarea”, exclamó Shalom, de pelo rubio, ojos claros y tez clara.“A lo mejor yo la eduqué, pero ella me lo devolvió: me honró, no me hizo preocuparme, no me dio problemas”, solloza la madre.
Otras tres víctimas de la tragedia del viernes pasado sí serán enterradas en el panteón ubicado dentro del rancho La Mora, en Bavispe, Sonora.
RLO