El gobierno de Estados Unidos difiere con lo dicho por las autoridades mexicanas que aseguran que en el país no se produce fentanilo; Washington argumenta tener otros datos.
Todd Robinson, subsecretario del Departamento de Estado para asuntos internacionales de narcóticos, afirma desconocer la información con la que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador niega que en México se produzca fentanilo, pues los datos proporcionados por las agencias estadunidenses muestran lo contrario: para ellos está claro que sí se produce y que las pastillas de esta droga sintética que llegan a su país, en gran parte, están hechas por el cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación.
“No tengo acceso a la información que tienen los funcionarios del gobierno mexicano. Tengo acceso a la que tiene nuestro lado policial y está claro. Conocemos las redes que están produciendo estas drogas; están enfocadas en Sinaloa y Ciudad Juárez”, asegura Robinson en entrevista para MILENIO Televisión.
“Sabemos que (los cárteles mexicanos) están trabajando con redes para obtener precursores de forma ilícita, en gran parte de China, y han desarrollado redes y rutas a escala mundial para obtenerlos y producir estas drogas y enviarlas” a Estados Unidos y en “gran parte (las pastillas) están hechas por estos dos cárteles”, enfatiza.
En el contexto de la Conferencia sobre Drogas Sintéticas, convocada por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos del Departamento de Estado de Estados Unidos, realizada en la Ciudad de México, explicó que para los cárteles “es más fácil producir estas drogas porque están concentradas para que sean más potentes y son más fáciles de mover en paquetes pequeños”.
“Ya no son los días en que tenías grandes cargamentos de cocaína. Ahora estamos buscando empaques mucho más pequeños que son más fáciles de mover en vehículos privados a través de la frontera” con Estados Unidos”, dijo.
Robinson reconoció que aunque los dos países están trabajando en atacar este problema compartido, Washington evalúa nuevas acciones, incluida la designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
“Nada está fuera de la mesa (…) tenemos que pensar cuidadosamente en hacerlo. Y creo que eso es lo que el secretario (Blinken) realmente estaba tratando de transmitir. Podemos considerarlo, puede que no lo implementemos, pero vamos a echar un vistazo a todas las herramientas que tenemos necesarias, incluidas nuestras sanciones, nuestros programas de recompensas, lo que sea necesario para perseguir estas redes”, explicó.
El subsecretario reconoció que Estados Unidos tiene responsabilidad en la crisis de fentanilo debido tanto a la demanda de los consumidores como al tráfico de las armas que utilizan los cárteles en México.
“Tenemos la responsabilidad de trabajar en la terrible ola de violencia que México y los mexicanos han sufrido a lo largo de los años al enfrentarnos a estos cárteles. Debemos parar las armas que estos cárteles están usando para aterrorizar a sus comunidades. Reconocemos esa responsabilidad, y haremos más para abordarla”, dijo.
De las acciones conjuntas a las que se han comprometido ambos países Robinson destacó que “necesitamos involucrar a aquellas partes de la sociedad que tal vez no lo hayan hecho antes. Tenemos que hablar con la sociedad civil. Tenemos que hablar con el sector privado”.
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