La Fiscalía General de la República tiene 114 restos óseos que pueden ayudar dar un giro a la investigación sobre el destino que tuvieron los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero la institución no los ha enviado a la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, para su análisis.
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El titular de la Oficina Especial para el Caso Iguala, José Trinidad Larrieta, dijo que han pasado casi cuatro meses de que la CNDH emitió una recomendación para que la FGR enviara los restos.
En entrevista con Carlos Marín en El asalto a la razón, dijo que están a la espera de que la fiscalía y la comisión de la verdad accedan a la petición de la CNDH de solicitar la ayuda de Innsbruck.
Explicó que entre los 114 restos, hay 41 petrosas, 38 localizadas en el basurero de Cocula y tres más en el río San Juan, donde según la PGR (hoy Fiscalía) fueron incinerados los normalistas por Guerreros Unidos y sus restos óseos y cenizas lanzadas al río.
Larrieta señaló que los humanos tenemos dos petrosas, huesos que están atrás de nuestros oídos: “Eso indica que tenemos 21 personas ahí, si es que correspondieran en pares, pero como no se ha determinado científicamente que esas petrosas correspondan a una sola persona, existe posibilidad de que pudieran ser 41 personas, por eso es la importancia”, de que sean estudiados.
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Dijo que el grupo pericial de la CNDH, integrado por criminalistas, forenses, genetistas, histopatólogos, antropólogos, hicieron un análisis de los más de 63 mil restos óseos que se recuperaron, tanto del basurero como del río.
Recordó que en su momento, la PGR envío a Innsbruck 27 restos para que fueran analizados, “pero nos parecía importante hacer este muestreo y análisis”, por lo que el equipo pericial de la CNDH acudió a la PGR y determina que hay 114 restos óseos que tienen material genético susceptible de análisis.
Larrieta subrayó que Innsbruck fue la instancia que propusieron los padres de los normalistas y el Equipo Argentino de Antropología Forense, para que fueran analizados los restos.
En 2014, la Universidad de Innsbruck dio a conocer que uno de los restos óseos corresponde al normalista Alexander Mora; tres días después, informó que eran “muy bajas” las posibilidades de conocer la identidad del resto de las víctimas.
En 2015, la universidad austriaca identificó entre las víctimas del basurero del municipio de Cocula los restos de Jhosivani Guerrero de la Cruz y reconfirmó la muerte de Mora.