La Fiscalía General de la República entregó al gobierno de Estados Unidos al mexicano José Ángel Solorio, quien desde 1987 era buscado para ser juzgado por balear a cuatro personas, dos de las cuales perdieron la vida, en San Diego, California.
Según la acusación de los norteamericanos, en junio de 1987 las autoridades de procuración de justicia respondieron a un llamado para acudir a un domicilio localizado en el Condado de San Diego, donde se celebraba una fiesta.
Al llegar a la escena del crimen, encontraron a cuatro hombres que habían sido baleados. Dos fallecieron en el lugar y los otros dos fueron trasladados al hospital. De acuerdo con los testigos, José Ángel Solorio estaba alcoholizado cuando sacó una pistola y disparó contra las víctimas, para posteriormente huir del lugar de los hechos.
Ángel Solorio es requerido por la Corte Municipal del Estado de California, Condado de San Diego, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de homicidio.
Una vez agotadas las etapas del procedimiento de extradición, la Secretaría de Relaciones Exteriores dictó el acuerdo correspondiente, por medio del cual el gobierno de México concedió la extradición. El acuerdo quedó firme y ejecutable al agotarse los recursos legales a los que José Solorio tenía derecho.
La entrega del fugitivo se realizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a los agentes estadunidenses designados para su traslado final.