México enfrenta dos grandes retos en el combate al tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos: la coordinación entre estados y la federación para rastrear los aseguramientos, y la falta de laboratorios y esfuerzos en investigaciones balísticas para vincular los artefactos a otros delitos o seguirles la pista de su origen.
Durante la inauguración de la Mesa Redonda sobre el Combate al Tráfico de Armas y Mejores Prácticas, en la Ciudad de México, el titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), de la Fiscalía General de la República (FGR), Felipe de Jesús Gallo Gutiérrez, explicó que estas son dos clave para identificar el origen de las armas que cruzan la frontera.
El primer tema explicó que las fiscalías estatales y federales cargan información de un arma de fuego asegurada a la plataforma eTrace, un sistema manejado por el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), de Estados Unidos, que alberga datos para el rastreo de armas de fuego utilizadas en crímenes violentos hacia potenciales traficantes.
“El eTrace es una herramienta. Yo les pido que sí, la carguemos, pero que nos coordinemos. Hay un dato que nos está preocupando: las cargas dobles, las cargas en las que la fiscalía estatal hace el eTrace y después nos pone a disposición las armas y se duplican las cargas de información, y que a veces hay una no coincidencia, con algún dígito, alguna característica, y eso nos afecta gravemente”, dijo Gallo al respecto.
Aunque no lo mencionó el funcionario de la AIC, al momento solo 22 fiscalías estatales, en todo México, además de la FGR, cuentan con el certificado que la Oficina Antinarcóticos y de Aplicación de la Ley (INL), de Estados Unidos, otorga para que cualquier agencia tenga acceso a la plataforma eTrace.
El resto de las fiscalías estatales, entre ellas las de la Ciudad de México y el Estado de México, dependen de que la FGR ingrese los números de serie o matrículas para investigar el origen de un arma.
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Por otro lado, Gallo hizo énfasis en que algunos estados no cuentan con laboratorios con acceso al Sistema Integrado de Identificación Balística (IBIS por sus siglas en inglés), el protocolo con el cual trabaja la FGR y la ATF para rastrear armas de fuego y para detener a personas vinculadas a su comercio ilegal a través de los proyectiles o cartuchos recuperados de una escena del crimen.
“El IBIS, también necesitamos que todos tengamos, sé que hay algunos estados que no cuentan con su laboratorio IBIS, pero es una de las prioridades. Nos quejamos mucho de la introducción de armas de fuego a México pero poco hacemos en algunos estados, y otros hacen mucho, en investigar la huella balística para poder determinar dónde fue utilizada esa arma de fuego y en cuántos eventos violentos la tenemos relacionada, esa es nuestra responsabilidad”, reprochó el titular de la AIC.
Gallo Gutiérrez detalló que la clave para impulsar la construcción de casos sólidos contra traficantes de armas que radican en Estados Unidos, es el intercambio de información con las autoridades de ese país. Así, la prioridad será detener las armas antes de que lleguen a México, no rastrearlas cuando crucen la frontera, en donde normalmente son utilizadas en delitos investigados a nivel estatal, como el homicidio y el secuestro: “el intercambio rápido de información es el verdadero éxito de nuestro trabajo.”
Esfuerzos que han comenzado lento, pero con optimismo de ambos lados del Río Bravo. Fuentes del gobierno estadunidense confiaron a MILENIO que en 2023 al menos 655 personas han sido arrestadas en Estados Unidos por cargos relacionados con tráfico de armas de fuego gracias al intercambio de información con plataformas como eTrace.
En tanto, el embajador estadunidense Ken Salazar, reconoció que su país es la principal fuente de armas de fuego que cruzan a México, pero destacó que desde hace dos años se logró un nuevo entendimiento para trabajar codo a codo para combatir este delito.
“Esta mesa redonda de esta mañana, y de mañana, organizada por México y los Estados Unidos, es un paso importante porque este camino largo contra las armas que llegan a México, es un trabajo que ahora comenzamos en el último año y medio, dos años. Nos falta mucho qué hacer, pero tengo toda la confianza y todo el optimismo de que sí lo vamos a lograr”, dijo Salazar.