Tuvo la oportunidad de rescatar a 600 personas, ha entrenado hasta a siete generaciones de nadadores de rescate para la Secretaría de Marina y dice que no hay mayor satisfacción que ayudar a la gente.
Al capitán Francisco Vela Cardoso, además de ser en años anteriores un nadador de rescate, su capacitación con la Guardia Costera de Estados Unidos y su dedicación le permitieron ser pionero en el rescate marítimo desde helicóptero en nuestro país.
Cuenta que no hay mayor emoción que estar sentado en la puerta del helicóptero mientras se sienten los fuertes vientos provocados por el rotor de la aeronave, instante que también describe como de “mucho nerviosismo”, pero que este se debe ir al momento de saltar al agua.
De las 600 personas que logró salvar entre 2008 y 2010, le viene a la mente una operación en la que, dice, su mayor satisfacción fue ver establecidos los cimientos del sistema de búsqueda y rescate del país, ya que, en aquel entonces, “buscábamos operaciones y que la comunidad marítima nos conociera y que ellos nos pudieran auxilio”.
Hace más de una década, en 2009, llegó una llamada de emergencia a la base naval de Cabo San Lucas, en Los Cabos, donde era comandante. Cuenta que les alertaron sobre un yate blanco que presentaba fallas en el motor.
“Estábamos en Los Cabos, era 2009, y recibimos la llamada de una embarcación dedicada a la pesca deportiva y nos dicen que están a la deriva, no tienen propulsión, no tienen oportunidad de seguir avanzando”, narró a MILENIO.
Era un matrimonio estadunidense y tres elementos de la tripulación que pidieron auxilio para desalojar el bote, por lo que él y un puñado de compañeros tomaron su equipo y zarparon en una embarcación Defender, una de las mejores capacitadas de la Armada.
El rescate no presentó mayor dificultad, poniendo a salvo a las dos personas, logrando pasarlas de una embarcación a la otra. El hombre, ya abordo del Defender, recibió una llamada.
“En ese momento el caballero recibe una llamada de sus familiares y les dice que está bien, estamos con la Marina mexicana, dijo Vela.
A lo que voy es que ellos además de pedir ayuda, llaman a sus familiares en San Diego, ellos le hablan a la Guardia Costera de Estados Unidos y de ahí le hablan a la Secretaría de Marina, cuando ya estábamos zarpando para rescatarlos. La llamada de los familiares era para notificar al hombre que ya se había pedido ayuda, ésta fue recibida cuando ya estaba a bordo de nuestra embarcación”.
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Cuenta que, en aquel momento, se siento muy orgulloso por ver como se cristalizaban los esfuerzos que se estaban realizando, porque ya había credibilidad del sistema de búsqueda y rescate de la Secretaría de Marina “porque estábamos siendo efectivos atendiendo las cosas de forma inmediata”.
Sobre su antigua labor, asegura que, si bien el objetivo es rescatar personas, esta no trata de solamente subir al helicóptero o embarcación al rescatado, si no que es un trabajo de actitud y que se debe de brindar todo el apoyo que se necesite.
“Es una satisfacción, es el haber apoyado, el haber encontrado a las personas, eso es muy reconfortante, eso es algo que te va dando cierta plenitud, te identificas con tu trabajo y te motiva a estudiar, motivar y querer enseñar mejor a tus alumnos, a presionarlos más porque ya pasaste por esto", expresó el marino.
Mientras que, como instructor, y a la vez subdirector de la Escuela de Rescate y Buceo de Acapulco, entre 2012 y 2015, capacitó a siete generaciones de nadadores, entrenamiento donde estos deben “estar preparados para nadar por ellos y por otras personas”.
DMZ