Ayer por la mañana, las fuerzas especiales del Ejército expusieron el músculo y se impusieron ante la escolta personal de Ovidio Guzmán El Ratón, para lograr junto con la Guardia Nacional, la recaptura de este último a las 6:20 de la mañana, en Jesús María, Culiacán, Sinaloa.
Denominados Los Ninis, los guardias de Guzmán fueron superados por soldados que los estudiaron para evitar que se repitiera el Culiacanazo de 2019, cuando el hijo de El Chapo pudo regresar caminando a casa tras ser detenido. Para ello, el Ejército rastreó y vigiló por medio año los pasos de El Ratón y además estudió a su círculo de protección, con lo que se concluyó con éxito el operativo para detener a uno de los cuatro Chapitos.
Identificada como la célula más violenta dentro del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos o Los Menores, está conformada por cuatrohijos de Joaquín El Chapo Guzmán, quienes además llevan seis años luchando por mantener el apellido de su padre al frente de la organización criminal con las escisiones de otros líderes de la organización criminal.
A la cabeza de Los Chapitos se encuentra Archivaldo Guzmán Salazar, El Chapito, junto con sus hermanos Ovidio El Ratón, Joaquín El Güero y Jesús Alfredo Alfredillo. Su centro de operaciones se encuentra en Culiacán, Sinaloa.
Los Ninis, su escolta personal, está conformada por jóvenes de entre 20 y 35 años con perfiles de alta peligrosidad y violentos. Según inteligencia del Ejército, los miembros de esta célula fueron los ejecutores de un ataque a elementos del Ejército el 30 de septiembre de 2016, cuando custodiaban una ambulancia en la que viajaba un detenido, y que dejó 5 soldados muertos y 10 heridos, pero además, habrían participado en la liberación de Ovidio durante el fallido operativo del 17 de octubre de 2019.
Liderados por Néstor Isidro Pérez El Nini, los escoltas de Los Chapitos son especialistas en solucionar problemas a tiros. Ese 17 de octubre 2019, cuando supieron que uno de sus jefes, Ovidio Guzmán, había sido detenido en su propia casa en Culiacán, Sinaloa, comenzaron a tirar de los gatillos. Armados con ametralladoras fijas y ligeras, rifles de precisión, armamento automático y granadas, convirtieron a Culiacán en un campo de guerra. Coordinaron agresiones contra elementos de seguridad y civiles, bloqueos en vialidades, incendios de vehículos, secuestros de civiles y la fuga de reos.
Según han logrado descubrir agentes de seguridad mexicanos, Los Ninis y Los Chapitos han logrado fortalecerse gracias a la base social con la que cuentan en los municipios de Los Choix y Culiacán, Sinaloa.
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“El Estado se ubica en el lugar 9 en pobreza y en el 27 lugar en educación, lo que impacta negativamente en el desarrollo de la población, principalmente en zonas rurales alejadas de las ciudades, estas condiciones son aprovechadas por las organizaciones y grupos delincuenciales, quienes cooptan a la población marginada para presionar y exigir el retiro de las fuerzas de seguridad de su área de influencia y puedan cometer sus actividades ilícitas”, explica el Ejército en un reporte sobre la situación de inseguridad en el estado de Sinaloa.
Con el apoyo de habitantes de esas localidades, coordinan manifestaciones frente a instalaciones militares, establecimiento de zanjas y parapetos, vigilancia a través de halcones, cooptación de autoridades a través de extorsiones o amenazas y la difusión de sus actividades a través de redes sociales.
Además, con esa escolta, los herederos del emporio criminal de El Chapo, se las han ingeniado para mantener una lucha interna por el poder mientras dirigen envíos de metanfetamina, cocaína y mariguana a Estados Unidos y Canadá.
También serían los protagonistas de enfrentamientos con las otras facciones al interior del Cártel de Sinaloa, como Los Guanos, bajo el mando de Aureliano Guzmán Lorea, hermano de El Chapo y tío de Los Chapitos, o el de Los Mayos, bajo órdenes de Ismael El Mayo Zambada.
“Se advierten dos bloques de liderazgo (en el Cártel de Sinaloa): el tradicional, proclive a la negociación, donde se ubican El Mayo, El Guano y R-1; y el segundo que encabezan Los Chapitos, que es más violento”, se lee en un documento de inteligencia del Ejército de marzo de 2020, 5 meses después del culiacanazo,consultado por MILENIO.
Una situación que el mismo ejército analizaba como una debilidad y posible ruptura al interior del Cártel de Sinaloa, y que podría haber sido tomada en cuenta durante el operativo que culminó en la captura de Ovidio Guzmán.
“El conflicto entre las vertientes y las fisuras en su interior, debilitarán a la organización. Máxime en entidades donde su presencia es endeble o con resistencia de otros grupos delictivos”, detalla la Secretaría de la Defensa Nacional en su informe.
En manos de autoridades federales, Ovidio Guzmán se prepara para enfrentar, ahora ante tribunales, la solicitud de extradición que el gobierno de Estados Unidos formuló a México, para imputarlo por tráfico de cocaína, metanfetamina y mariguana ante un juez de la Corte de Distrito de Columbia.
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