La estrategia de seguridad del gobierno federal se quedó corta y se debe redefinir aseguró el Observatorio Nacional Ciudadano en su estudio "Cimientos de las políticas de seguridad: primeros pasos y tareas pendientes"
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De acuerdo a la organización, es necesario que las autoridades se replanteen su plan de acción para evitar incurrir en errores del pasado así como actualizar y mejorar el diagnóstico sobre que el país es un panteón.
"Ante la gravedad del problema y la insuficiencia de la política de seguridad, urge refinar las estrategias propuestas para evitar incurrir en errores del pasado", dijo Francisco Rivas, director del Observatorio.
Señaló entre las inconsistencias detectadas en la estrategia nacional de seguridad, la regionalización de la estrategia de seguridad ya que no resuelve el reto de la atención fozalizada al parecer mas una lógica de supervisión de recursos.
Y señala que los efectos de reducción de incidencia delictiva que se observen pueden ser transitorios y no sostenibles tanto a mediano como a largo plazo.
"Las entidades federativas no se pueden dar el lujo de depender del despliegue de la Guardia Nacional. Si bien libera las presiones por alcanzar un estado de fuerza suficiente, no resolverá todas las problemáticas de seguridad que existen en el ámbito local", señaló.
Explicó además que esta administración ha representado de manera negativa las estrategias de gobiernos anteriores respecto a la participación de las fuerzas armadas, el populismo penal y la falta de profesionalización de los policías, dejando de lado aspectos como la reforma penal o la de derechos humanos.
A pesar de ello, explicó que se encontraron similitudes entre la estrategia de seguridad del gobierno actual con el sexto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto en aspectos como regionalizar la seguridad, participación de fuerzas federales, uso de inteligencia, transformación del sistema penitenciario y reconstrucción del tejido social, entre otros.
Destaca que en el tema de migración hay ambigüedad discursiva pues por un lado la estrategia de seguridad considera los flujos migratorios como amenaza o riesgo en el mismo nivel del crimen organizado, mientras que en el plan nacional de desarrollo reconoce la contribución de los migrantes al desarrollo de los países.
Y critica que no hay una sola alusión a las agresiones contra periodistas ni defensores de derechos humanos.
bgpa