A Carlos Armando no le importó si sufriría lesiones por quemaduras o no, simplemente, el amor al prójimo y en especial a los perros, provocó que su instinto lo hiciera meterse a una casa ardiendo en llamas para salvar a “Pinocho”, un perro de la raza pitbull de edad joven. Los hechos tuvieron lugar este viernes por la madrugada en Guadalajara.
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El feroz incendio que casi acabó con la planta alta de este domicilio, donde se elaboraban suelas para zapatos, ocurrió sobre la calle Castellanos y Tapia, al cruce de Federación, en la colonia San Juan Bosco de Guadalajara.
Afortunadamente la pareja de “Pinocho”, resultó totalmente ilesa, pues fue salvada y resguardada dentro de la finca por los bomberos municipales de Guadalajara.
SRN