Hace mucho tiempo Juanita dejó atrás las brechas y callejones de Casita Blanca, una comunidad perteneciente al municipio de Ahualulco, en San Luis Potosí, que hoy en día está convertido en un pueblo fantasma.
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Como cientos más, originarios de esta localidad en el centro del territorio potosino, Juanita migró hacia el norte en busca de mejores oportunidades de desarrollo, algunos de sus familiares se asentaron en Monterrey, pero ella logró legalizar su estadía en Estados Unidos sin imaginar que 15 años después le aguardaba la peor tragedia de su vida.
“Tienen mucho tiempo viviendo allá, inclusive los hijos nacieron allá en Oklahoma. En esta ocasión, en este periodo vacacional de diciembre, ellos no vinieron a San Luis Potosí, llegaron a visitar a unos familiares en Monterrey, Nuevo León, y allí estuvieron una semana y media… y de ahí deciden regresar a Oklahoma el día del percance”, dijo en entrevista para MILENIO el secretario general de Gobierno de San Luis Potosí, Alejandro Leal Tovías.
La madrugada del pasado 5 de enero varios hombres fuertemente armados dispararon contra el vehículo en el que viajaba Juanita Castillo, de 41 años de edad; ella recibió cinco balazos.
Rafael Castillo, de 48, primo de Juanita, fue herido con siete disparos; Óscar, de 13, hijo de ella, falleció en el lugar del ataque, mientras que Neftalí, de 10, hermano menor de Óscar, también fue lesionado.
Sobre la carretera libre Ribereña, entre Nuevo Laredo y Reynosa, los criminales les marcaron el alto, pero como la familia no detuvo la marcha de su vehículo, entonces les dieron alcance y los rafaguearon. Los tres sobrevivientes fueron trasladados al Hospital Universitario de Monterrey; tras su ingreso los reportaron graves.
La familia viajaba en una camioneta en caravana junto con el vehículo de otros parientes, cuando fueron interceptados por los criminales.
Informó la Fiscalía de Tamaulipas que “al no detenerse, los individuos los alcanzaron y colisionaron para obligar a que se pararan. Hicieron disparos contra las víctimas y huyeron en otra camioneta”.
Leal Tovías dijo que se espera poder tener acceso a la carpeta de investigación que se abrió en el municipio de Mier, Tamaulipas.
A cinco días del ataque la familia Castillo sigue hospitalizada.
Neftalí, el niño de diez años aún se encuentra en estado crítico; trasladarlo a un hospital de San Antonio, Texas bajo esa condición es muy riesgoso, señalaron médicos consultados por MILENIO.
Luego de darse a conocer la noticia del ataque perpetrado contra la familia Castillo, la comunidad hispana en Estados Unidos está consternada. Muchos connacionales que viven en EU también vinieron a México a pasar el fin de año y retornaron por carretera en los últimos días.
Algunas fundaciones de ayuda a la comunidad hispana en el sur de Estados Unidos iniciaron campañas en internet para solidarizarse con la familia Castillo.
The New York Post y otros medios de EU destacaron el ataque, recordando la agresión que sufrió la familia LeBaron en los límites de Chihuahua y Sonora el año pasado.
El lunes, las autoridades de Tamaulipas, en el municipio de Miguel Alemán, entregaron al padre de Óscar el cuerpo de su hijo, pero no se dieron detalles sobre dónde sería sepultado el adolescente de 13 años, quien además era ciudadano estadunidense, por ello se dio parte a las autoridades consulares de EU en Monterrey.
En entrevista, David Mendoza, es secretario del ayuntamiento de Ahualulco, pueblo natal de Juanita, exhortó a los paisanos que visitan México “atender de manera puntual los protocolos —de seguridad para viajar en carretera— que emiten los gobiernos federal y estatal”.
Luego del ataque, la familia Castillo decidió mantenerse hermética ante la opinión pública y han evitado hablar ante los medios de comunicación.
Desde 2010 las agencias de seguridad de EU han advertido sobre el peligro latente para quienes viajan en carreteras del norte de México, particularmente de Tamaulipas.
Los grupos delincuenciales comenzaron a necesitar camionetas para desplazarse en caravanas durante sus enfrentamientos. Las unidades tipo SUV y las pickups de cuatro puertas, como la que usaban las víctimas, se convirtieron en los vehículos más robados.
Muchos inocentes han sido heridos o asesinados en los enfrentamientos o en los retenes carreteros montados por la delincuencia organizada.
Uno de los casos más icónicos fue el de los niños Bryan y Martín Almanza; ellos fallecieron en 2010 luego de quedar atrapados en medio de un enfrentamiento entre militares y narcotraficantes precisamente en la carretera Ribereña, donde 10 años después fue atacada la familia Castillo.
Y ADEMÁS
MIGRANTE SE SUICIDA; LO REGRESARON DE EU
Un hombre se suicidó en el puente Internacional nuevo Amanecer-Pharr tras de que fuera rechazada su solicitud de ingreso a Estados Unidos.
Después del lamentable suceso, autoridades de EU decidieron cerrar el paso internacional, mientras representantes de justicia de México terminaban con los procedimientos de ley para retirar el cadáver.
Según testigos, el migrante se quitó la vida al cortarse la yugular, en la línea divisoria, ante los ojos de automovilistas que iban rumbo a Estados Unidos y quienes pretendían disuadirlo de lo contrario.
Pero el occiso hizo caso omiso y dirigió el cuchillo al cuello para suicidarse y caer de inmediato mientras se desangraba, dejando una gran mancha roja en el pavimento y en el que se veía su ropa de color azul.
Se pidió auxilio, pero cuando llegó el servicio médico el cuerpo ya estaba inerte.