Hermelinda subió a una camioneta con la promesa de que la llevarían a comer y bañarse a uno de los albergues que frecuentaba, Belén salió a preparar la fiesta de cumpleaños de su hijo de 2 años y Laura luchaba cada día contra el consumo de sustancias; las tres desaparecieron en la Ciudad de México y tras años de búsqueda, sus cuerpos fueron hallados en fosas comunes mediante el uso de bases de datos.
Estas tres mujeres podrán tener en los próximos meses un entierro digno gracias al cruce de información entre la Comisión Nacional de Búsqueda ( CNB) y organizaciones civiles; sin embargo, actualmente en los registros oficiales, se ubican 11 mil 624 cadáveres plenamente identificados en espera de ser reclamados por sus familiares o conocidos en 15 panteones municipales del país.
La mayoría de los cuerpos o restos humanos que tienen nombre y apellido en las fosas comunes de cementerios municipales fueron hallados antes de 2012, lo que equivale al 64 por ciento de los casos totales; es decir, que llevan más de una década esperando que sus familiares o conocidos los reclamen para que les den una digna sepultura.
Hermelinda, Belén y Lauran dejaron de pertenecer a esa estadística gracias al cruce de información entre la CNB, mediante el Módulo de Fosas Comunes (MFC) que identificó a más de 11 mil cuerpos de fosas comunes, y las bases de datos de personas en situación de calle realizó la asociación civil El Caracol.
Enrique Hernández, director del El Caracol, explicó que anteriormente ya se habían acercado a diversos colectivos de organizaciones que buscan a personas con vida, pero hasta que las instancias oficiales se acercaron a ellos pudieron dar con los cuerpos de las tres mujeres que llevaban buscando desde hace más de dos años.
“La CNB nos llamó y nos mostró sus bases de datos de cuerpos identificados en fosas comunes, nos pidieron nuestra base de datos de personas que mueren en situación de calle para poder hacer un cruce de información para ver cuales de esos nombres coinciden en las de bases de información y nosotros accedimos porque nos dieron la oportunidad de poder ofrecer un entierro digno”, explicó el activista.
Por su parte, la comisionada explicó que en la presente administración se cuenta con un amplio compromiso por identificar a los cuerpos de las fosas comunes, por lo que tras casi tres años de trabajo se creó el MFC, el cual sistematiza la información de los libros de 15 panteones públicos ubicados en ocho entidades federativas.
“Con la información recopilada hasta hoy podemos saber que a las fosas comunes llegan miles de personas identificadas y ‘no reclamadas’, entre las cuales los cruces de datos están detectando a las que están siendo buscadas”, señaló la encargada de la CNB.
Los trabajos revelan que se identificó el nombre de mil 849 personas que perdieron la vida en lo que va del presente sexenio, de los cuales el 69 por ciento se concentró entre 2020 y 2021, los años más intensos de la pandemia de covid-19.
Las cifras de 2022 se encuentran actualizadas hasta el mes de septiembre y suman 234 cuerpos con nombre y apellido, lo que da una media mensual de 26 casos, una cifra 48 por ciento menor al promedio registrado en los dos años previos.
Los reportes presupuestarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público revelan que en lo que va de la llamada “cuarta transformación” se han destinado casi mil 800 millones de pesos para la búsqueda de personas, de los cuales 667 millones fueron exclusivamente para el sector forense.
Una parte de ese presupuesto se destinó para crear en 2020 el Módulo de Fosas Comunes para concentrar y homologar la información que generan los panteones sobre cuerpos y restos inhumados, la cual es confrontada con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas para encontrar posibles positivos.
Entre los resultados que han ofrecido las innovaciones en materia forense, se encuentra que el 46.5 por ciento de los 4 mil 261 cuerpos exhumados en lo que va de la presente administración han sido identificados por las autoridades forenses de ocho centros regionales que hay en el país.
Además, la CNB reporta que al menos mil 133 cadáveres rescatados de la fosa común fueron entregados a sus familiares, esto significa que al menos 1 de cada 4 muertos que por algún motivo llegan a la fosa común pueden tener una sepultura digna por parte de sus seres queridos.
Pese a los avances que reporta la CNB en el presente sexenio, también exhibe un rezago al momento de implementar un esfuerzo nacional por tener una red nacional de información de fosas comunes, ya que el MFC solo es alimentado por 15 panteones municipales.
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De ellos, el Panteón Civil de Dolores, ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, es el que mayor cantidad de información aporta a la nueva base de datos del gobierno federal al concentrar el 70 por ciento de la información disponible.
Entre los mayores problemas que reporta la Comisión se ubica la desorganización de los diferentes entes de gobierno que manejan información relacionada a las fosas comunes como las Fiscalías estatales, los panteones municipales y los organismos encargados de la búsqueda de personas desaparecidas.
“La información forense se encuentra fragmentada, incompleta y no existe comunicación técnica entre las personas expertas que ejecutan los procedimientos forenses útiles para la identificación, además de que trabajan bajo un enfoque individual y no masivo.
“Los servicios médicos forenses son insuficientes. En suma, existen decenas de miles de cuerpos y de restos sin identificar en ausencia de una política pública nacional en materia forense con enfoque en la búsqueda de identificación humana en relación con la desaparición de personas”, explicó la CNB durante su informe de labores 2022.
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