Rosa (a quien la hemos nombrado así para proteger su identidad), forma parte del grupo de encuestadores que realizan el Censo de Población y Vivienda 2020, en el fraccionamiento Chulavista, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga.
Lo que estamos a punto de leer es el testimonio del grado de inseguridad en el que está inmersa ella y al menos ocho compañeros más, en su mayoría mujeres, todos los días.
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La función que ellos realizan es el levantamiento de información estadística y geográfica de casa en casa.
El municipio de Tlajomulco de Zúñiga, lugar de trabajo de Rosa, es una de las zonas que presenta mayor número de incidencia delictiva. A esto es a lo que se han enfrentado: "Las chicas han llegado a tocar la puerta de las casas y las jalonean, las quieren meter a la fuerza. A otras las amenazan y les dicen que si vuelven a pasar ahí las van a matar o les han querido robar el equipo de trabajo".
Ella refiere que desde que inició la capacitación por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) les aseguraron que la policía del municipio estaría dando rondines por la zona para proteger la integridad de los encuestadores, cosa que hasta la fecha sigue sin suceder.
"No tenemos nada de seguridad, ninguna policía. El Gobierno no nos ha mandado a nadie. Fuimos con los de la Guardia Nacional y dijeron que ellos no pueden hacer nada y la inseguridad está muy grave. Desde un inicio se supone que íbamos a tener el apoyo de las autoridades y no tenemos nada".
Si por suerte las patrullas del municipio llegan a circular por el fraccionamiento Chulavista, en el municipio mencionado, estos siguen su camino sin detenerse en las manzanas que ya han sido identificadas como puntos rojos.
Ante la falta de sensibilización por parte de las autoridades, han sido los propios fraccionadores quienes los han resguardado en sus casas cada que su vida se ha puesto en riesgo.
MC